mardi 11 août 2009

Dos Mapuche a la ONU contra la Contaminación en sus tierras*


El jueves 7 de agosto en la noche los representantes Mapuche de Ngulumapu ante el CEDR, Francisco Vera Millaken, Werken de Pepiukelen, y Manuel Curilen, Enviado Especial de las Comunidades afectadas por Racismo Ambiental, participaron de una reunión con residentes chilenos y expusieron la situación que afecta al Pueblo Mapuche en Chile a raíz de la invasión de nuestro territorio. La nota original elaborada por el periódico Le Courrier de Ginebra - Suiza, recoge lo expuesto en esta jornada...


FUENTE: Le Courriere
Publicado el viernes 7 de agosto de 2009, Por Pablo De Roulet
Internacional Chile - Manuel Curilen y Francisco Vera Millaquen, portavoces mapuches denuncian la contaminación de sus tierras por el Estado y las empresas chilenas. “Esta es la segunda vez que viajo a Ginebra, debo agradecer al Gobierno chileno eso”, explico en una amarga ironía Manuel Curilen, portavoz de una cincuentena de comunidades mapuches afectados por descargas a cielo abierto.


“Sin sus acciones y su racismo medioambiental, nunca habríamos venido a aquí presentar denuncia en el Consejo de los derechos de Humanos”. Manuel Curilen presentará el problema de los basurales en su región del Sur chileno ante las instancias de las Naciones Unidas, el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CEDR), el 13 y 14 de agosto próximos.


Francisco Vera Millaquen, el otro dirigente Werken mapuche lo acompaña con una denuncia similar con respecto a la industria del salmón y sobre la situación general de racismo estructural que aqueja a su pueblo.


La noche del jueves 7 de agosto los representantes mapuche participaron de una reunión con residentes chilenos y expusieron en una conferencia, ante una audiencia de sudamericanos principalmente, el peligro que representa para la salud y el estilo de vida del Mapuches los megaproyectos de extracción y explotación de recursos. Las descargas afectan aproximadamente a 5 mil personas de las comunidades locales a través de la contaminación química de los suelos y capas freáticas, “este tipo de contaminación causa enfermedades difíciles a definir y tratar, puesto que nadie conoce su causa exacta”, explica a Francisco Vera.


Para el Werken este problema de la industria salmonera es la misma que el de las descargas de basura, “un ducto de cemento, construido ilegalmente por la fábrica de tratamiento del salmón, que pasa a veinte metros de las casas, vierte diariamente millares de litros de sangre y residuos de salmón en el río”, agrega que “cuando presentamos esta denuncia, un examen del Estado concluyó que no había vínculo entre la contaminación del agua y la empresa”.


Detrás de la cuestión medioambiental aparece la difícil relación entre el Estado Chileno y el Pueblo Mapuche. A juicio de Manuel a Curilen “nuestro problema comienza por la invasión de nuestro territorio por Chile”, señala que “se confina a las comunidades en espacios demasiado pequeños para la vida tal como la concebimos", sobre la noción de racismo medioambiental explica "nosotros no hacemos distinción entre el humano su medio ambiente, la forma en que los vertederos y plantas de tratamiento nos afectan es una relación de exterminación. Destruye nuestras vidas y la base de nuestra sociedad”.


Los representantes Mapuche denuncian que Chile firmó el Convenio 169 de la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que estipula que las comunidades indígenas deben ser informadas y consultadas para los proyectos que se refieren a sus territorios, pero no la respeta. “La instalación de estas descargas no ha no terminado después de Pinochet, mucho de esto se construyó durante el período democrático” aclara Manuel Curilen.


“El Gobierno tiene un discurso de diálogo”, a la represión de las protestas por parte de las autoridades chilenas, se añadirían también la de “paramilitares”, pagados por los empresarios. Las acciones jurídicas, no producen resultados tampoco, en particular, debido a la dificultad de encontrar del abogado preparados para defender a los Mapuche.


“Las cortes locales emiten decisiones injustas, y la Corte Suprema se limita a desestimar sistemáticamente nuestros recursos” concluye Francisco Vera Millaquen.

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