jeudi 10 septembre 2009

Tregua y tensión entre comunidades mapuche, particulares e iglesia católica en Puerto Domínguez


El pasado domingo los comuneros mapuche en conversación con el sacerdote Roberto Díaz acordaron una tregua, ellos salen de las tierras con el compromiso de que cuando vuelva el Obispo Francisco Stegmeier del extranjero se desarrolle una reunión amplia con la Alianza Territorial Mapuche. Mientras que particulares amenazan con desalojar a los mapuche. Ante la posibilidad de enfrentamientos la iglesia opta por solicitar el desalojo por la vía legal, vale decir, con la policía, calificándola como “optar por el mal menor”.


Un joven en mapuzugun explicó que están ahí por tener aún un pensamiento mapuche, por querer seguir siendo mapuche y porque él no tiene tierras donde vivir y trabajar. Y luego agregó: “Kuxantuli tañi rakizuam, kuxantuli tañi piuke, weicha-weicha getuiñ fei allkvnmalainmu rume, pu winka chemu inchin femeken”, es decir, “afligido está mi pensamiento y mi corazón, estamos luchando, pero no nos han escuchado los chilenos sobre el por qué estamos haciendo esto”.


Tregua y tensión entre comunidades mapuche, particulares e iglesia católica en Puerto Domínguez
El pasado domingo los comuneros mapuche en conversación con el sacerdote Roberto Díaz acordaron una tregua, ellos salen de las tierras con el compromiso de que cuando vuelva el Obispo Francisco Stegmeier del extranjero se desarrolle una reunión amplia con la Alianza Territorial Mapuche. Mientras que particulares amenazan con desalojar a los mapuche. Ante la posibilidad de enfrentamientos la iglesia opta por solicitar el desalojo por la vía legal, vale decir, con la policía, calificándola como “optar por el mal menor”.


Por Elías Paillán, martes 08 de septiembre de 2009
Tenso es el ambiente en Puerto Domínguez, localidad ubicada en la zona costera, en la ribera del lago Budi de la Novena Región. Los mapuche señalan que continuarán adelante con el proceso de recuperación de las 80 hectáreas de tierras hoy en manos de la iglesia, en tanto que particulares y feligreses católicos amenazan por asumir ellos la función del desalojo. Pues culpan a la iglesia y a la Congregación del Verbo Divino de la situación, y temen que posteriormente sean otras tierras las que deseen recuperar.


Este domingo al visitar el lugar, eran 10 adultos -entre hombres y mujeres-, cuatro niños y sus animales, principalmente caballos, quines estaban al interior del fundo que reivindican. Con una vista privilegiada al lago Budi, este campo se caracteriza por sus hermosas explanadas, buenos cierres y bosques de pino y eucaliptos. Ahí construyeron una mediagua cubierta de zinc, en cuyas paredes externas con letras rojas se lee: “Resistencia Mapuche, territorio libre marrichiweu”.
Al interior, una fogata en el centro esparce algo de calor en una tarde helada. Nos imaginamos el frío de la noche. Se observa también un colchón grueso, un par de frazadas, algo de fardo en un húmedo suelo, mientras en las paredes cuelgan bolsas con alimentos. Los rostros de los allí presentes denotan cansancio y sus miradas melancolía.


Posición categórica, “Nos vinimos a establecer”
En breve diálogo con los comuneros, un chachai (adulto mayor) que optó por no identificarse, señaló “Inchin mvlepain tvfa chi mapumu porque nielain mapu, nielain criam cullin”, es decir, “nosotros hemos llegado a esta tierra porque no tenemos tierra, no tenemos para criar animales”, “apenas tenemos un poquito de tierras para sembrar y sobrevivir”, y luego añadió, “necesitamos tierras para los hijos, y nuestros nietos”.


En tanto un joven, que también reservó su identidad, en perfecto mapuzugun explicó que están ahí por tener aún un pensamiento mapuche, por querer seguir siendo mapuche y porque él no tiene tierras donde vivir y trabajar. Y luego agregó: “Kuxantuli tañi rakizuam, kuxantuli tañi piuke, weicha-weicha getuiñ fei allkvnmalainmu rume, pu winka chemu inchin femeken”, es decir, “afligido está mi pensamiento y mi corazón, estamos luchando, pero no nos han escuchado los chilenos sobre el por qué estamos haciendo esto”.


Otro joven que se identificó como Alejandro, werken del proceso de recuperación, explicó que esas tierras pertenecían al cacique Pascual Coña pero que le fue arrebatada por el gobierno de Chile, quien le hace entrega a la empresa colonizadora Eleuterio Domínguez y Cornelio Saavedra (ver cuadro). De entonces, se habría sucedido un proceso de usurpación hasta llegar a manos de la Iglesia. También hace mención a tierras y fundos ubicados en las comunas de Teodoro Smith, Puerto Saavedra y Carahue. Y sobre la recuperación firmemente puntualiza: “Nosotros aquí nos vinimos a establecer. La gente está dispuesta a llegar hasta las últimas consecuencias y ante un eventual desalojo, si hay que caer detenido, será. Los que tengan que caer, pero nosotros vamos a volver”.


Posición de la Iglesia: “optamos por el mal menor”, “la reivindicación mapuche no es algo injusto”.


El actual párroco llegado a la zona en marzo de este año, Roberto Díaz, señala que desde un inicio comenzaron tratando de dialogar, que se visitó a las comunidades y se hicieron las gestiones para que éstas se entrevistaran con el nuevo Obispo. Pero advierte que hay diferencias en la manera de entender la problemática, y siguiendo la línea de quienes han insistido en la existencia de mapuche “bueno y malos”, asegura que “Las comunidades mapuche en su mayoría están en contra de esta toma casi violenta de algunos, incluso en una reunión se dijo sobre la posibilidad de vender, pero no en base a la forma violenta y prepotente, porque entonces es un peligro”.


Sobre una reunión con el actual Obispo, señala que el primer encuentro con él y las comunidades demandantes no fue bueno, más bien fue un encontrón. Pero él como párroco ha autorizado a que ingresen al predio, incluso a rezar en el rewe que se ha instalado de común acuerdo dentro del fundo. “Pero últimamente no me han avisado, se ha sobrepasado todo límite, más aún ha habido amenazas de parte de civiles de ir a sacar a los mapuche de ahí, y en vista de un posible enfrentamiento entre civiles, me parece que no hay otra posibilidad que pedir el desalojo por la policía en el marco de la ley… optamos por el mal menor”, aseguró.


Díaz desconoce, sin embargo, los detalles de los acuerdos suscritos con el anterior obispo y los anteriores sacerdotes, lo que ha hecho que esta reivindicación territorial sea aún más complejo de llevar y enfrentar. No obstante, el sacerdote reconoce que la lucha mapuche es justa: “Me parece que la reivindicación del pueblo mapuche es digna de darle atención, no es algo injusto, el problema es cuando unos dicen nosotros somos el pueblo mapuche, y pasan por encima incluso de la voluntad de sus propias autoridades”. Y luego acotó que: “El Obispo dijo que él no se niega ni se cierra a una posibilidad de hacer una entrega de dichas tierras…”.


Por su parte el padre Fernando Díaz, Vicario de la pastoral Mapuche del arzobispado de Villarrica, advierte que algunos particulares del poblado, colonos asentados, son muy intolerantes y cerrados a la situación mapuche. Mientras que el abogado del arzobispado, Felipe Riesco, al ser consultado, explicó que ellos no han pedido el desalojo hasta estudiar bien el caso.


Posición de los particulares: “El obispo nos pidió que nos aguantáramos”.


José Fica Suazo es un empresario de productos agrícolas que vive en el poblado de Puerto Domínguez. Con mucha energía plantea que efectivamente ellos han pensado en expulsar por sus propias manos a los mapuche que han hecho ingreso al terreno de la parroquia, argumentando que ellos como ciudadanos católicos también son dueños de esas tierras. “Lo deberíamos haber hecho hace días, pero el Obispo nos pidió que nos aguantáramos”. Y manifestó su preocupación respecto de que “si éstos (los mapuche) logran recuperar esas tierras, después tememos que quieran recuperar el fundo Alessandri también”.


Fica aclara, además, que él conoce bien el problema y a los curas también y los culpa de haber venido a sembrar la cizaña. “Incluso nombramos a uno de ellos persona no grata y desde ahí no ha venido más acá”, subraya. También critica al actual sacerdote ya que ha permitido que los mapuche ingresen al fundo con sus animales. Reconoce que le perece bien la entrega de tierras, “pero que se apeguen a la ley, que respeten”, enfatiza, y luego amenaza que si las cosas no cambian están dispuestos a pedir que el sacerdote actual “se vaya de aquí, porque no queremos ese tipo de curas”. José Fica es hermano de Juan Fica Suazo, último administrador de las tierras de la parroquia, de quien se sospecha pudo haber quitado el Rewe de esas tierras en conflicto.


Juan Fica actualmente se encuentra hospitalizado en Temuco, tras intentar quitarse la vida.
Tregua hasta octubre
El lunes por la mañana el werken Emilio Painefil comunicó que el domingo bajaron a conversar con el párroco Roberto Díaz y acordaron una tregua. Ellos se comprometieron a hacer abandono temporal de las tierras y el sacerdote a gestionar una reunión con el Obispo de Villarrica, Francisco Javier Stegmeier Schmidlin, quien actualmente se encuentra en Roma y vuelve en octubre próximo. Esta reunión sería conjuntamente con los lonkos de la Alianza Territorial Mapuche. Pero advirtió que los animales los mantendrán en el interior del fundo por esta semana, vigilándolos permanentemente.


Por su parte el sacerdote señaló que él les agradeció el gesto, porque disminuye las tensiones y se abren nuevas posibilidades de diálogo para buscar una salida del conflicto.


CUADRO: Mirada a los inicios del conflicto
Las tierras que hoy son reivindicadas por las comunidades mapuche les fueron usurpadas por Francisco Sánchez y Eleuterio Domínguez en el año 1902, quienes fundan la “Empresa colonizadora Eleuterio Domínguez y también el pueblo de Puerto Domínguez, después de recibir 50.000 hectáreas de territorio del Budi por Decreto N°1.257, durante la administración del gobierno de Germán Riesco Errázuriz.


Cabe destacar que donde está actualmente el huerto de la parroquia de Puerto Domínguez, existe patrimonio cultural mapuche, específicamente un cementerio histórico, señalaban las comunidades en comunicado público tras deponer una movilización de recuperación territorial el 19 de enero de 2008.


En efecto, la Empresa Colonizadora del Budi fundada por este decreto de 23 de agosto 1902, fue entregada a Francisco Ruiz Sánchez, quien la cedió a la empresa colonizadora Eleuterio Domínguez y Cía. El contrato firmado entre los gerentes y el gobierno chileno de la época prevé la entrega progresiva de un total de 150.000 hectáreas, mientras que la empresa se comprometía a traer 300 familias de colonos españoles.


En 1907, año de la muerte de Eleuterio Domínguez, solo 88 familias ocupaban 7.932 hectáreas (según Decreto N°1650 del 25 de octubre de 1907), mientras que 42.063 hectáreas habían quedado en posesión de la empresa colonizadora. Estas tierras, dejadas en herencia y más tarde rematadas, pasan en 1914 a manos de la familia Alessandri, cuna de dos futuros presidentes de la República (Arturo y Jorge), rebautizándola como “Sociedad Colonizadora del Budi”. ("Vueltas y revueltas de la historia a las orillas del Lago Budi” Fabien Le Bonniec. Fuente:


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