mardi 15 décembre 2009

LA INTERCULTURALIDAD EN UN ESTADO PLURINACIONAL

Por la década de los noventa, cuando se reconoce a Bolivia su característica multiétnica y su diversidad, indirectamente se reconoce la presencia de dos Bolivias (ciudades – pueblos). Pero, lo que no significa reconocer su esencia multinacional.

Mas de quinientos años de convivencia en un mismo territorio pero separados por actitudes de exclusión y discriminación, ya sean por el desconocimiento o la total negación. Actitudes discriminatorias que profundizan las diferencias y evitan la construcción de un factor común que pueda identificarlas como una sola nación, un solo Estado.

Por Sandra Griselda Berdeja Hurtado
Recordemos que más de cuatrocientos años se debate la incorporación del indígena en la sociedad, en un principio fue mediante la castellanización para luego iniciar la erradicación de sus rasgos culturales.

Mientras que por otra parte, los pueblos indígenas originarios propiciaban el respeto al carácter plurinacional, pluriétnico y multicultural, tendiendo presente en sus vidas la autodeterminación política y cultural.

Algunos antecedentes –por ejemplo con el tema de educación- nos dicen: que durante la colonia, la educación se destino a la descendencia española, de lo que se deduce que sólo era para los elegidos. Ya en la nación india, a partir de 1532 se gesta un movimiento reconstitutivo, que posteriormente tiene una expresión más fuerte en 1778, con el movimiento de liberación liderizado por Tupac Amaru y Tupac Katari.

Por otra parte, en la república la educación sólo llegaba a hijos de los patrones por ser un privilegio de los criollos, quienes decían que deben construir la personalidad del “ser criollo”. La fundación y organización de las escuelas indigenales, liderizadas por Avelino Siñani responden a la necesidad de “reconocimiento de sus territorios”. En aquella época era importante leer y escribir porque ese aprendizaje permitiría evitar los engaños y las expropiaciones de su territorio. Ya con la revolución nacionalista, la educación estaba destinada a los hijos de la oligarquía terrateniente.

En el año de 1955, con la aprobación del Código de Educación Boliviana, la educación se populariza y su presencia en las escuelas abarca casi a todas las poblaciones rurales. Es así que podemos decir que, cuando los indígenas son incorporados al sistema, mediante estas modificaciones, lo educativo se circunscribe al reconocimiento de una ciudadanía plena.

Por lo planteado hasta aquí, decimos que la diversidad étnica y cultural que tiene el Estado boliviano, permite explicar el sistema principal de valores propios, que configuran y reproducen formas de identidad cultural, social y política. En ese sentido, el sistema de valores de nuestros pueblos indígenas originarios se mantiene a partir de los acuerdos establecidos entre los miembros de la sociedad o grupo, por medio de mecanismos de “sobrevivencia”, por lo que el sistema de valores se desplaza como un sistema de normas, y ambos sistemas interdependientes componen lo que denominamos “Derecho”.

Por lo tanto, la interculturalidad no solo es el derecho a la diversidad y el respeto a las diferencias. Es un proceso cualitativo de actitudes y relación entre personas, grupos, instituciones o sociedades con diferentes modalidades, desde la más simple convivencia multicultural en un mismo espacio, a la más compleja dinámica social pluricultural.

(Diez Astete: 2006)
Con ello se entiende que la interculturalidad tiene una amplitud muy grande, y por tanto plantea problemas teóricos y prácticos también muy diversos, que apelan a una pluralidad de racionalidades que coexisten, y que exige de cada uno (persona, pueblo) tomar conciencia del carácter contextual y limitado de la propia racionalidad.

Al respecto, Xavier Albó nos dice: “Cada pueblo indígena, por ser tal, tiene el derecho y garantía a ser reconocidos como pueblos constitutivos del país y de poderse expresar y desarrollar como tales pueblos, nacionalidades o naciones diferenciadas en el seno del Estado multiétnico, pluricultural y plurinacional. Para el cumplimiento de esta garantía deben tener los debidos márgenes de autonomía así como los medios para financiar sus actividades autónomas.”

Al presente observamos que el proceso de construcción de un Estado Plurinacional, desde la educación en nuestro territorio, supone una confrontación entre una propuesta política planteada desde los discursos tradicionales o desde los grupos culturalmente dominantes y otra propuesta política planteada por las culturas subordinadas y sometidas a través del tiempo.

En un Estado unitario plurinacional –como Bolivia- la interculturalidad es entendida como el fortalecimiento de las identidades culturales con sus particularidades, es el paso previo o complementario, es un convivir armónicamente con uno mismo; por lo tanto su acción significa lograr el crecimiento espiritual, productivo, científico, y organizativo a partir de la propia cosmovisión en forma integral y holística.

Ahora, referirnos a la interculturalidad es entenderla como una política de estado, en la que se asume una actitud permanente de relacionamiento comunicativo dentro de un Estado Plurinacional, en todos los ámbitos, en todos los niveles y en todos los espacios.

Por ello se dice que la interculturalidad es tema para indígenas y no indígenas.

1.- Abogada y antropóloga, Ministerio de la Presidencia, Componente de Transversalización

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