mercredi 26 mai 2010

Discurso presidencial del 21 de Mayo: “Olvidó” sus obligaciones internacionales como jefe de estado en materia de Derechos Indígenas.


Abordar y enfocar las cuestiones de los Pueblos indígenas es hacerlo de conformidad a las obligaciones que tiene el estado chileno y no desde el exotismo, el folclorismo, el maternalismo, asistencialismo o paternalismo marginal como se ha estado haciendo. / El dar una solución plena a los actuales conflictos, con el respeto de los Derechos Humanos, es un deber del ejecutivo.

El Gobierno debe asumir una serie de recomendaciones y resoluciones del sistema Internacional de Derechos Humanos, cuyo estándar se basa en las diversas Normas y Tratados Internacionales que son vinculantes al estado chileno y que hasta la fecha omite y que versan en materias de garantías, reconocimientos y reparaciones.

En suma, entre las temáticas que el Gobierno de Sebastián Piñera debe asumir, están pendientes:

La implementación plena y efectiva, de buena fe, de las Normativas Internacionales de Derechos Humanos de los Pueblos Indígenas y conexiones, como los diversos pactos y tratados, el Convenio 169 de la OIT, la declaración ONU sobre Pueblos Indígenas, que son obligatorias y de primer orden jerárquico dentro del ordenamiento jurídico, político y administrativo de Chile.

Adecuación de la legislación local y sectorial de conformidad a esos criterios sobre estándares internacionales.

Utilización de los mecanismos pacíficos de resolución de conflictos que establecen las normas internacionales de Derecho, principalmente frente a los hechos que son de carácter político e histórico como los conflictos por tierras ancestrales y de imposición de proyectos de inversión en tierras indígenas.

Dar implementación eficiente para los procesos de demarcación y restitución de Tierras ancestrales a comunidades, como parte del conflicto histórico y actual del estado chileno y que han sido conminados a cumplir por órganos como el Comité de eliminación de la discriminación racial y de los Derechos Civiles y Políticos de la ONU, como asimismo, la atención a la rica jurisprudencia que existe en ese sentido, atendiendo la importancia de un territorio suficiente para el desarrollo y Bienestar de un Pueblo.

La implementación efectiva, plena y de buena fe de los procedimientos de consulta a los Pueblos Indígenas, sus comunidades y organizaciones frente a iniciativas de políticas públicas, legislativas y administrativas; y reconocer, debidamente el Derecho a la participación atendiendo aspectos políticos y socio culturales.

Atender la situación de racismo y discriminación de que son objeto los Pueblos Indígenas en Chile, entre otros, ante las políticas de asimilación y homogenización y exclusión en aspectos educativos, de salud, medio ambiente, como es la contaminación, el deterioro de las actividades económicas locales que se deben revitalizar y asumir, niveles de reconocimiento y valoración.

Poner fin a la violencia estructural del estado hacia la protesta social de los Pueblos Indígenas, particularmente en hechos que tienen que ver con legítimas reclamaciones en materia de demandas de tierras y/o defensa de territorios. Escandalosa es la aplicación de Leyes represivas como la Ley antiterrorista que diversos organismos internacionales de Derechos Humanos han conminado a poner fin, ya que son prácticas de facto.

Terminar con la existencia de instituciones fácticas como la competencia de los tribunales militares en causas civiles, tal como ordena la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA por la resolución del caso Palamara. Cabe mencionar que lo único que han generado son impunidades a abusos, atropellos y asesinatos ejecutados por agentes uniformados del estado en contra de numerosos civiles, hechos que han quedado en medio de verdaderos planes conspirativos.

Reconocimiento de las instituciones tradicionales, como son sus autoridades; Y Potenciar las economías locales, las tradicionales y la vida rural

Extracto del discurso del 21 de Mayo (Gentileza Juan Carlos Chávez Pilquil)
Amigas y amigos, la gran riqueza de Chile es nuestra diversidad cultural.

Nuestros pueblos originarios son parte integral de Chile, y su historia, cultura y tradiciones están arraigadas en el alma de nuestro país. Pero muchos de sus miembros sienten, y con razón, que la sociedad chilena no los integra, respeta y valora como merecen.

En el año del Bicentenario, ha llegado el tiempo de hacer justicia a nuestros pueblos originarios.
Para ello, implementaremos dos programas muy concretos.

Un acuerdo de Reencuentro Histórico con el Pueblo Mapuche, cuyo primer paso será poner urgencia a la reforma que consagra su reconocimiento constitucional. Además, modificaremos la CONADI, para crear una verdadera Agencia de Desarrollo Indígena,
Asimismo, reformularemos la política de tierras, para transformarla en una verdadera palanca de progreso para las comunidades indígenas, incorporando capacitación, asistencia técnica y asociatividad.

Tendremos siempre una posición clara y categórica en contra de la violencia, que grupos minoritarios promueven entre las comunidades y territorios indígenas.

Segundo, el “Plan Araucanía” promoverá un desarrollo integral de los pueblos originarios, incluyendo importantes inversiones para mejorar la infraestructura de las regiones de La Araucanía y el Bío Bío, atraer inversiones que generen buenos trabajos, e incluirá un esfuerzo especial para mejorar la calidad de la educación, salud y la promoción de la cultura de los pueblos originarios.

Indígenas lamentan omisión de Piñera / Leer Más: http://radio.uchile.cl/noticias/68385/

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