jeudi 7 juillet 2011

LA FAO MIENTE AL MUNDO: ¡LAS PLANTACIONES FORESTALES EN MONOCULTIVOS NO SON BOSQUES!


WRM viene denunciando la definición que hace la FAO del bosque, quienes consideran que con el “disfraz” de bosque, los monocultivos industriales de árboles se extienden por el mundo, en muchas ocasiones desplazando bosques reales o tierras productivas, causando graves impactos territoriales, deforestación, desertificación, contaminación – uso indiscriminado plaguicidas, succión de las aguas, desplazamiento de poblaciones, perdida soberanía alimentaria y medicina natural.

El fenómeno de la globalización forestal, en Chile como en otras partes del mundo, ha agudizado aún más los conflictos territoriales entre comunidades y ciudadanía. Este modelo constituye la causa principal de los impactos negativos como el uso indiscriminado de plaguicidas, sequía recursos hídricos, pérdida suelo agrícolas y ganadero, pérdida bosque nativo, transgénicos, desplazamientos forzados de poblaciones rurales, empobrecimiento, etc., que dicha industria está generando con las plantaciones a gran escala en monocultivos de especies exóticas (pino, ecucaliptus o palma aceitera a modo de ejemplo).

Se agrega a ello, los problemas históricos acerca de la posesión de las tierras, la presión en los recursos naturales y el explosivo crecimiento de éste fijando los límites de sus espacios y los impactos que esto genera en la calidad de vida de la gente y sus ecosistemas.

A `pesar de esta realidad que viven diferentes países, la FAO insiste en señalar que las plantaciones forestales son BOSQUES, frente a esto WRM ha comenzado este año una campaña llamada ¡Démosle voz al bosque!.

La uruguaya Ana Filippini del Movimiento Mundial por los Bosques tropicales- WRM nos cuenta frente a la posición de la FAO: “Creemos que es, de hecho, una causa indirecta de deforestación. Al considerar a los bosques como meras “tierras que se extienden por más de 0,5 hectáreas dotadas de árboles de una altura superior a 5 m y una cubierta de dos el superior al 10 por ciento, o de árboles capaces de alcanzar esta altura in situ” (FAO, Evaluación de los recursos forestales mundiales 2010) permite que se considere como bosques a los monocultivos industriales de árboles. Así, con ese “disfraz” de bosque, los monocultivos industriales de árboles se extienden por el mundo, en muchas ocasiones desplazando bosques reales”.

Filippini agrega: “En este Año Internacional de los Bosques tenemos la intención de desafiar la definición de bosques de la FAO, y para ello, intentaremos elaborar diferentes herramientas que apunten a concientizar sobre este problema. Intentaremos también que la construcción de esas herramientas sea participativa”.

Parte de La campaña que impulsa WRM se puede ver en el siguiente Link:

http://www.wrm.org.uy/bosques.html

También en animaciones de imágenes en video como la que sigue en el siguiente Link:

http://www.youtube.com/user/WRMvideos#p/u/6/4utr964AggU

Disponible en múltiples idiomas y en múltiples sitios de internet.

Cabe mencionar que un bosque es un ecosistema complejo, es bio diversidad - un sistema biológico con un sinnúmero de interrelaciones distintivas de las partes vivas del ambiente como variedad de árboles, plantas, animales y micro-organismos entre sí mismas y con otras partes que algunos denominan abióticas como el suelo, clima, agua, restos orgánicos, rocas. Es una intrincada red – frágil, pero, al mismo tiempo, sostén del ecosistema.

EL CASO CHILE Y LA INDUSTRIA FORESTAL

En Chile existen más de 3.000.000 de hectáreas de plantaciones exóticas concentradas mayoritariamente en el centro sur o sea, en gran parte del territorio ancestral Mapuche, las que son controladas principalmente por los grupos económicos como Matte (CMPC, Mininco,) y Angelini (Arauco - Celco), cuyos patrimonios con fortunas de miles de millones de dólares han sido sindicados de ser obtenidos principalmente, del saqueo al estado de Chile.

Como consecuencia de este modelo, la destructiva industria de Celulosa se viene expandiendo, que son una de las actividades más contaminantes del planeta y que en Chile ya han arrojado serios impactos.

Algunos de estos problemas inevitablemente derivan en conflictos al resistirse legítimamente las comunidades y poblaciones a que se siga afectando su calidad de vida y un claro ejemplo de esto, es la Industria Forestal y de Celulosa. Asimismo, lo que acontece en ese sentido demuestran los niveles de intervención de los grupos económicos que son amplísimos en Chile. Sus redes empresariales y familiares han demostrado enorme capacidad de influencia sobre partidos políticos, poderes públicos, autoridades y medios de comunicación, dejando muchas veces en desamparo a grupos sociales víctimas de estas inversiones y sus efectos.

Por Alfredo Seguel

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