mardi 2 août 2011

Afectando a sitios culturales y arqueológicos Huilliches funcionarios de Gobierno aprueban Mega Proyecto eólico en Chiloé


Con una simple declaración de impacto ambiental funcionarios aprueban parque eólico Chiloe, mientras comunidades rechazan su instalación sobre sitios arqueológicos / De manera bochornosa y confirmando las graves irregularidades que se vienen sucediendo desde un comienzo de este sui generis proceso de “evaluación ambiental”, fue aprobado este lunes por la Comiesión de Evaluación Ambiental de la Región de Los Lagos el megaproyecto Parque Eólico Chiloé de la empresa chileno-seuca Ecopower.

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Ancud, isla de Chiloé, 02 de Agosto de 2011 (CCC/Ecoceanos News)-– De manera bochornosa y confirmando las graves irregularidades que se vienen sucediendo desde un comienzo de este sui generis proceso de “evaluación ambiental”, fue aprobado este lunes por la Comiesión de Evaluación Ambiental de la Región de Los Lagos el megaproyecto Parque Eólico Chiloé de la empresa chileno-seuca Ecopower.

Los Secretarios regionales ministeriales (Seremis), alineados luego de una arenga del intendente regional, quien señaló que “Chile tiene que aumentar su matriz energética”, sino Chiloé quedará sin energía en el futuro, los funcionarios designados por el gobierno, aprobaron obedientemente por unanimidad el megaproyecto energético, utilizando el sistema de mano alzada.

Con ello la institucionalidad ambiental de la región de Los Lagos desestimó aspectos relevantes presentados por las organizaciones ciudadanas, pescadores artesanales, operadores de turismo y pueblos originarios. Entre los reclamos destacan los referidas a la no aplicación del convenio 169 de la OIT respecto al derecho de consulta, las observaciones científicas sobre los impactos a las poblaciones de cetáceos y aves marinas, los efectos destructivos sobre uno de los más valiosos sitios arqueológicos del continente americano, los derechos de los pescadores extractores de machas quienes ven peligrar la existencia de este valioso recurso bentónico, y las de operadores de turismo de base comunitaria que defienden los miles de empleo en que se ven afectados por Ecopower.

El megaproyecto que inició su tramitación ambiental en octubre de 2010, emplazará 56 torres eólicas en playa de Mar Brava, noroeste de la comuna de Ancud, Isla Grande de Chiloé, para generar 112 MW de energía eléctrica para suministrar al sistema interconectado central.

Esta localización, además de afectar el área de Quilo, uno de los primeros asentamientos humanos costeros de América, impactará sobre una gran diversidad de avifauna costera, incluyendo especies migratorias que provienen de Canadá y otros lugares. Además afectará a varias especies de fauna terrestres endémicas y protegidas.

El gigantesco parque eólico afectará también zonas de dunas y humedales, y el desarrollo de las actividades pesqueras artesanales y de turismo de base comunitaria , entre otras.

CORRUPCIÓN AMBIENTAL AL ESTILO SUECO

En la reunión sostenida en Ancud, la empresa Ecopower a través de Alfredo Wendt, director del Servicio de Evaluación Ambiental (SEA) de la Región de Los Lagos, desde un inicio dió por aprobado el proyecto, anunciando de paso que se creará una fundacion que financiará proyectos asistenciales. Esto le permitirá a la empresa cooptar y corromper a las comunidades locales, además de reducir el pago de impuestos.

Según el representante de Ecopower, no existiría en el archipielago de Chiloé otro lugar con las características de viento necesario para su proyecto. Esto a pesar que el mapa del Ministerio de Economía evidencia lo contrario. Los asistentes señalaron que el sitio del emplazamiento costero del megaproyecto eólico fue un regalo del Estado de Chile, quien los vendió a la compañía de capitales suecos por la módica suma de $ 13 mil pesos la hectárea.

Por su parte el intendente regional intentó negociar a nombre de la empresa Ecopower con un dirigente indígena preguntandole “que necesitaban para avanzar”, pregunta que fue respondida por una representante de la comunidad de Guabún, quien le señaló que “no estaban allí para recibir nada a cambio del proyecto, sino para defender la forma y calidad de vida de las comunidades que se verán afectadas”.

RECOMENDACIONES CIENTÍFICAS NO FUERON CONSIDERADAS

La zona noroeste de la Isla de Chiloé recibe anualmente la mayor concentración de ballenas azul en el Hemisferio sur. Además la ballena franca austral, clasificada en Peligro Crítico por la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (UICN), así como los delfines austral (especie semi-endémica) y el delfín chileno son especies susceptibles a impactos del parque eólico Chiloé debido a la localización propuesta en el borde costero.

La preocupación sobre los efectos del megaproyecto sobre la fauna marina llegó al Comité Científico de la Comisión Ballenera Internacional que es la máxima autoridad científica internacional sobre temas de cetáceos. Este panel hizo un categórico llamado al gobierno de Chile, recomendandó “la realización urgente de una evaluación de impacto ambiental completa” e instándo a “reconsiderar la localización del mismo (parque) en áreas alejadas de la costa”. Nada de ello fue considerado por los Seremis regionales y el intendente de la región de Los Lagos.

Para Bárbara Galletti, presidenta del Centro de Conservación Cetacea “pese a los reiterados llamados, las autoridades regionales han vuelto a hacer caso omiso a las recomendaciones científicas”. En este sentido indicó que “esperábamos que las autoridades hubiesen cumplido con su deber exijiendo la realización de un estudio de impacto ambiental, ya que es impresentable que hubiesen aceptado el ingreso de una escueta declaración de impacto ambiental para este megaproyecto energético”.

En tanto para Juan Carlos Cárdenas, médico veterinario y director del Centro Ecoceanos “no es posible que el presidente Piñera y su Intendente Regional sigan haciendo la vista gorda y oídos sordos frente a los impactos que provocará la ubicación de este parque eólico”.

“La forma como se ha resuelto este controversial proyecto fue un ‘test de esfuerzo’ que evidencia que en Chile no existe una institucionalidad ambiental creíble, ni procedimientos transparentes y democráticos, y menos que se respeten los acuerdos internacionales que protegen los derechos de los pueblos originarios”, agregó el director de Ecoceanos.

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