samedi 1 octobre 2011

Cuando la violencia policial supera los parámetros de la democracia: El allanamiento al Hogar Pelontuwe


La calzada carbonizada, casquetes de lacrimógenas dispersas por la calle Las Encinas y restos del polvo químico en el aire señalan la violencia de la que fue víctima el Hogar Autónomo Pelontuwe. Vestigios de un jueves de descontrol policial alrededor de la Universidad de La Frontera.

Nuestra ruta comienza en la entrada, un ingreso donde el portón de fierro fue derribado por un vehículo de FFEE de Carabineros, de inmediato salen los trewua a recibirnos contentos, corriendo por el pasto, saltando las lacrimógenas de distintos tamaños sembradas por el lugar. Los estudiantes se han pasado parte de la noche limpiando y arrumando inmobiliario y material dañado por carabineros, el lugar se ve dañado, pero nos cuentan que ayer la destrucción visible era mayor.

Accedemos a un pabellón de habitaciones con ventanales rotos por las lacrimógenas lanzadas al interior, nos relatan que aun con el lugar infectado con este gas debieron encerrarse con llave en sus piezas, pues carabineros detuvo incluso a gente que se encontraba saliendo del baño. A otro le rompieron el vidrio de su dormitorio con una lacrimógena de mano, el pasillo tiene derretida y quemada la cerámica con la clara marca circular de la bomba disuasiva. Esto se replica en la mayoría de los pabellones del hogar.

Con respecto a las detenciones nos comentan que los que se encontraban deambulando por el patio del lugar debieron huir por detrás del hogar, hacia un pasaje, donde algunos fueron interceptados por carabineros y otros perseguidos hasta un supermercado del sector. A los que prendieron en el mismo hogar fueron golpeados en el suelo, frenados con bastonazos por la espalda y rematados con patadas en el suelo. Doce detenidos en total, sumado al allanamiento de morada ilegal.

Ellos se muestran tranquilos, a pesar de haber sido víctimas del brutal accionar de carabineros, que transgredió no solo sus derechos sino violentó la dignidad de estos jóvenes. Esta serenidad es motivada lamentablemente por la costumbre a la violencia por parte del estado chileno, saben que son 500 años de lucha, demandas históricas donde estos procesos se ven replicados en distintos escenarios, donde como este jueves 29 de septiembre se alzó la intolerancia y la brutalidad.

Stefanie Pacheco Pailahual

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