mardi 22 novembre 2011

Todas y todos quienes demandamos respeto por diversidad, somos Bania.


El hecho, atenta contra la dignidad de las niñas, viola la Convención de los Derechos de las niñas y niños, que dice que todos tienen derechos a su identidad, también viola el principio de interculturalidad y respeto a la diversidad presente en la legislación educativa (LGE), porque el traje mapuche es un constituyente de la cultura mapuche y de la identidad de la mujer...

Por Elisa Loncon

El traje de la mujer mapuche forma parte de la identidad, de la memoria y del orgullo por ser mujer; pero no sólo eso, el traje aún existe porque las mujeres lo han sabido llevar y defender.

Leyendo en la prensa el caso de Bania y su amiga en Ercilla, recuerdo las veces en que mi madre fue discriminada por usar su traje mapuche. Una vez me contó que una enfermera en el hospital de Traiguén le dijo: ¿por qué no dejas de usar tu chamal?, Mi madre le contestó – y tú, ¿Por qué no te sacas el vestido? – Ambas mujeres hubieran quedado desnudas... producto de una agresión cultural mutua. También se me viene a la memoria el testimonio de un educador tradicional pewenche, que con resignación, nos contó en un curso en la Universidad, sobre su experiencia en un internado en una escuela de la zona; nos dijo que los encargados del internado, le sacaron la ropa a todos los niños y se las quemaron, mientras ellos observaban desconcertados como ardían sus pertenencias, sin entender nada. A cambio, les pusieron otra vestimenta. Esto ocurrió hace no más de 30 años. Lo cierto, que con estas prácticas los hombres mapuche abandonaron sus trajes; no así las mujeres mapuche.

Por experiencia se que muchas jóvenes mapuche visten sus trajes en los momentos más importantes de su vida, cuando no son usuarias habituales del mismo, personalmente también lo he vivenciado; cuando egresé de la universidad, recibí mi título con mi traje mapuche. Me sentía orgullosa de mí, de mi familia, de mi historia, y no podía ser de otro modo, era una mujer más, que rompía el círculo de la discriminación y la marginación social, mediante la movilidad social que otorgan los estudios universitarios.

También años tras años, en distintas ceremonias de graduación en la IX región principalmente, la prensa regional dedica más de una nota sobre jóvenes mapuche se reciben de la universidad o de algún instituto profesional con sus trajes tradicionales, destacando el hecho, y a veces hasta adornando las páginas sociales.

Por eso, es muy lamentable que a dos niñas se les prohíba participar de la foto de licenciatura, porque han decidido vestir sus trajes ceremoniales mapuche. El hecho, atenta contra la dignidad de las niñas, viola la Convención de los Derechos de las niñas y niños, que dice que todos tienen derechos a su identidad, también viola el principio de interculturalidad y respeto a la diversidad presente en la legislación educativa (LGE), porque el traje mapuche es un constituyente de la cultura mapuche y de la identidad de la mujer.

La encuesta casen 2009, señala que la mujer mapuche es doblemente discriminada, por ser mujer y por ser indígena. No se dice nada de las y los niños indígenas, que son aún más discriminados; no sólo por pertenecer a familias con bajos ingresos, también por ser indígenas, y por ser niños, a quienes no se les permite vivir su cultura. Pero el caso de Bania es todavía más duro, a ella anteriormente, le fue aplicada la ley antiterrorista en el marco del “conflicto mapuche de Ercilla” (2009-2010) y fue procesada y absuelta por inocencia.

Estos son hechos graves y no se pueden volver a repetir. Esperamos que el Ministro de Educación, como autoridad máxima de la escuela se disculpe públicamente, y tanto el gobierno como la oposición demuestren consecuencia ante los hechos. No puede ser que a días de haber votado a favor de una ley antidiscriminación en el Parlamento, hoy se maltrate a dos niñas mapuche por usar sus trajes en una ceremonia escolar, para ellas de gran significado.

El gobierno, debe reparar los daños causados. En respuesta, lo instamos a que asuma los planteamientos de la “Interculturalidad para todos en la educación” demanda presentada por los pueblos indígenas y por los jóvenes de CONFECH, para mejorar la calidad educativa. El sistema educativo debe hacerse cargo de formar profesores que respeten y valoren la diversidad en plenitud, generar mecanismos para combatir el racismo y evitar la discriminación contra las culturas de los pueblos, y a las otras diversidades.

La interculturalidad para todos en el sistema educativo, es una propuesta que permitirá implementar una parte de la Ley contra la discriminación.

Las dos adolescentes de Ercilla son ejemplos de niñas que pese a todo lo mal que les ha tratado el sistema, creen que es posible seguir siendo plena en su cultura e identidad; y como no ha de ser así, si la cultura es lo mejor que tenemos los seres humanos, y su realización, depende de las prácticas sociales. Estas adolescentes, como tantos otros que han asumido vivir su cultura diferente, aportan a la diversidad cultural del país, pero además son sujetos, dignos de si mismo; cuya actitud es necesaria para el diálogo entre los pueblos. Al contrario la represión que sufren ponen en riesgo su realización personal cono niños y jóvenes, y amenazan la paz que necesitan para seguir educándose; ellas, como todas y todos los niños merecen, ser acogidas y respetadas en su identidad e integridad.

La defensa de estas estudiantes con sus trajes mapuche, es la defensa de todas las diversidades. El gobierno y la sociedad deben dar una respuesta ejemplar, para no tener que seguir lamentando casos de discriminación racial y cultural.

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