vendredi 13 septembre 2013

El gobierno de Neuquén quiere decidir quién es mapuche: un mapuchómetro por acá

En medio de la lucha mapuche contra la hidrofractura de YPF-Chevron en Vaca Muerta, la corrompida subsecretaria de tierras de la provincia de Neuquén acusó a la comunidad Lof Campo Maripe de no ser originarios y denunció a sus integrantes de “oportunistas”. Cual expertos en clima, los funcionarios miden cómo debe ser y quién debe ser mapuche.
mapuche vaca muerta
Fuente: 8300
Por Kvrvf Nawel.-
La constitución argentina, en su artículo 75, inciso 17, establece: “Reconocer la preexistencia étnica y cultural de los pueblos indígenas argentinos. Garantizar el respeto a su identidad y el derecho a una educación bilingüe e intercultural; reconocer la personería jurídica de sus comunidades (…)” La constitución de Neuquén expresa exactamente lo mismo en su artículo 53.
Para que todos y todas podamos entender, incluyendo a los funcionarios, lo pasamos en limpio: el reconocimiento a la preexistencia de los Pueblos Indígenas ya es un hecho, el Estado no debe arrogarse la facultad de definir quién es y quién no es indígena. Ello no le compete. Como tampoco debe fijar límites a cuál comunidad le entrega personería jurídica y cuál no. Pensar en que el Estado debe “reconocer” a los indígenas para que éstos existan, es tan ridículo como pensar en que un recién nacido solo puede respirar y vivir cuando recibe su DNI.
Es absurdo. Al momento que un grupo de familias se define como comunidad integrante de un Pueblo Originario ejerce el derecho al autoreconocimiento y quien reconoce a esa comunidad como tal es el Pueblo Originario al que pertenece, de acuerdo a sus propias formas de organización. En el caso mapuche existen pautas culturales que pueden ayudar a definir mejor la pertenencia al Pueblo: el Tuwvn (origen territorial) y el Kvpan (origen familiar). ¿Qué debe hacer el Estado ante dicha situación? Solo registrar y entregar inmediatamente la personería jurídica a las comunidades indígenas tal como lo indica la constitución del país, sin preguntar si son 10, 50 o 100 familias. Con personería jurídica en mano, la comunidad puede realizar toda gestión necesaria para el beneficio de todas las familias.
Sin embargo ya no basta la cara redonda y la piel morena, como tampoco el pelo negro y duro. Parece que apellidos como Ñancufil o Tripailaf serian de dudosa ascendencia. Ahora los funcionarios van más allá. Según fuentes cercanas al gobierno se estaría diseñando una nueva estructura para establecer el estereotipo mapuche. El nunca bien ponderado mapuchometro.
Al día siguiente que la comunidad mapuche Lof Campo Maripe sufre un atentado incendiario de 3 casas y una ruka comunitaria, el gobierno provincial, en la persona del ministro de Energía, Guillermo Coco, salió como tiro a acusar a los Campo Maripe de mentirosos, especuladores y falsos mapuche. Incluso los diputados kirchneristas, Canini y Podesta, juran por sus vidas que en Vaca Muerta no vive ninguna comunidad mapuche.
En cada ocasión que una comunidad mapuche asumió su identidad y levantó la voz ante el mundo, se encontró con el mapuchometro y la misma acusación del gobierno: “no son mapuche”. Desde la histórica lucha de Pulmari, pasando por Mega en Loma la Lata, Gelay Ko y Wentru Xawel Leufu en Picun Leufu. Y en cada situación el gobierno ha fracasado rotundamente, incluso apelando a la ayuda de bufones mediáticos que intentan sin éxito sostener un discurso que se cae a pedazos.
El victimario acusando…
El 5 de septiembre, la corrompida subsecretaria de Tierras de Neuquén presentó “pruebas” para denunciar a la comunidad Campo Maripe de falsos “originarios”. La institución estatal acusa a la comunidad de “reclamar ilegítimamente” alrededor de 45.000 hectáreas en la zona de Vaca Muerta, destino de la explotación petrolera de YPF-Chevron.
La subsecretaria de Tierras tiene en su haber una larga lista de denuncias de corrupción. Más que una carta de presentación posee un prontuario. Cada uno de los directores que estuvo a la cabeza se encargo de sumar desprestigio: venta ilegal de tierras mapuche, expulsión arbitraria de crianceros, entrega clandestina de tierras fiscales a empresarios, pérdida sorpresiva de documentación, negación de títulos de propiedad, falsificación de documentos, pedidos de coimas para obtener títulos, son algunos méritos que ha hecho la subsecretaria de Tierras de la provincia de Neuquén para que su palabra carezca de autoridad.
“No existe derecho en base al reclamo efectuado. Sí existe una extensa historia de la familia Campo en esa zona, pero nunca se declararon como originarios ni preexistentes al Estado neuquino y ahora se presentaron con esta novedad; pretenden ser una comunidad mapuche, y eso no es cierto” sostuvo el titular de la institución, Eduardo Ferrareso en declaraciones a la prensa.
Con el mapuchometro en mano, Ferrareso realizó un estudio genético de cada uno de los pobladores de la comunidad Lof Campo Maripe mientras los peñi y lamgen dormían, penosamente su perro lo devoró el día anterior a la presentación de las “pruebas” de manera que no pudo presentarlo, pero lo tiene. Para afirmar “pretenden ser una comunidad mapuche, y eso no es cierto” hay que tener el eje fuera de escuadra o ser subsecretario de Tierras de Neuquén. Imaginemos acusar a los judíos de no ser tales por el hecho de no expresarlo abiertamente, sería una verdadera locura, nadie en sus cabales podría sostenerlo. Sin embargo argumentos tan ridículos como éstos utiliza el gobierno provincial para acusar a los mapuche de invasores en su propia tierra.
En un comunicado la comunidad Lof Campo Maripe expreso que las pruebas están sobradamente expuestas: “Tanto el origen de familia mapuche como nuestro nacimiento en el paraje Fortín Vanguardia, hoy denominado Loma Campana o Loma La Lata Norte. El casamiento de los bisabuelo (Pedro Campo y Celmira Maripe) en 1940 los registra a ambos como originarios del mismo paraje Fortín Vanguardia.”
Quien posee un mapuchometro posee capacidades cargadas de odio, racismo y discriminación, que le permiten definir resultados históricos, antropológicos y genéticos de cada mapuche. Con eso, el gobierno neuquino mide el grado de “mapuchidad” en cada persona.
No es que cada neuquino o neuquina anda por las calles saltando en una pata gritando a los cuatro vientos “soy mapuche”.Cuando una persona o una comunidad asumen su identidad mapuche lo hacen aceptando una historia de crueldad, discriminación y desprecio hacia su Pueblo. El Pueblo Mapuche fue víctima de un genocidio. El plan original era desaparecer una identidad para imponer el difuso “ser argentino”. Para muchos y muchas reconocerse como originarios representaba un dolor profundo que preferían ocultar. Entendiendo ese capítulo reciente de la historia, se puede dimensionar lo digno que significa para una comunidad asumir su identidad y lo memorable que representa la defensa de su territorio.
La comunidad Lof Campo Maripe desfiló por todas y cada una de las oficinas estatales en busca del papel que dice “Titulo de Propiedad”, pero el silencio y el desprecio fueron las respuestas que encontraron. Quizás si los Campo Maripe no hubiesen tenido la “desgracia” de nacer hace más de un siglo en las tierras que hoy son las más ricas del país, y no fuesen porfiados en la defensa de su territorio, y no denunciaran la destrucción de la hidrofractura y aceptaran la miseria calladitos con la cabeza mirando al suelo; quizás solo así, no tendrían que pasar por el mapuchometro del gobierno neuquino.

http://mapuexpress.org

Aucun commentaire: