jeudi 24 décembre 2015

Carta refutando declaraciones de académico de la Universidad de la Frontera de Temuco a favor de centrales hidroeléctricas

“Considerando estos antecedentes y las opiniones vertidas por el académico de la UFRO, sería de enorme importancia que se pudiese generar una discusión profunda sobre el rol de las academias con respecto a su verdadero compromiso social, para sacar de la marginalidad temáticas relacionadas a la conciencia por los bienes comunes, colectivos, patrimoniales y de Derechos Humanos, cuyos temas prácticamente no son tratados ni asumidos, más bien, las que predominan, son visiones como la del señor Cifuentes”.

Señor Director

En atención a las recientes declaraciones del académico del departamento de Ingeniería Mecánica de la Universidad de La Frontera, René Cifuentes, en entrevista publicada el día jueves 17 de diciembre del 2015 en el Diario Austral de Temuco, quien sostiene que “el problema que hay en este momento es que hay un rechazo por una parte de la ciudadanía a todas las energías renovables, muchas veces sin base”, en alusión a los proyectos energéticos y que además las centrales hidroeléctricas no son invasivas, replicando asimismo el discurso del Ministerio de Energía y sectores empresariales sobre una supuesta necesidad energética en la Araucanía, se agradecería considerar para su publicación las siguientes aclaratorias:

1.- Es lamentable evidenciar cómo ciertos grupos de académicos de Universidades Públicas asumen discursos desinformados y complacientes con intereses extractivistas y energéticos que atentan contra la vida de los territorios, la cultura, el medio ambiente y las economías locales.

2.- Cabe señalar que en el presente existe una fuerte campaña desde el Ministerio de Energía y sectores empresariales quienes han pretendido instalar que la Región se encuentra bajo la producción de energía, es decir, se genera solo el 25 % de acuerdo a lo que se consume. Asimismo, sobre una denominada crisis y necesidad energética. Al respecto, es importante precisar que más del 60 % del desarrollo energético en Chile se lo lleva la gran industria como las mineras y luego las celulosas de las forestales y solo el 15 % la ciudadanía. En la Araucanía, la mayor parte del consumo energético lo lleva la celulosa. Por lo demás, el desarrollo energético en las regiones va para el SIC (Sistema de interconexión central); y el gobierno autorizó en junio del 2015 a una transnacional estadounidense (AES GENER) exportar energía a Argentina, considerando también que la producción de energía supera largamente la demanda energética en el País.

3.- Es importante aclarar asimismo, en términos regionales, que dentro de los proyectos de energía aprobados con Resolución de Calificación Ambiental, llegan casi a los 1.500 MW de energía, es decir, supera largamente el consumo energético de la Región y triplica e incluso casi cuadruplica el consumo energético de las familias de la Región. La siguiente es la distribución: 126 MW atendiendo 14 proyectos hidroeléctricos que han sido aprobados desde el año 2007 hasta la fecha. Con respecto a los proyectos de energía eólica aprobados durante los años 2014 y 2015, suman 1.178,4 MW. Por su parte están los 2 de termoeléctricas de biomasa aprobados durante los años 2011 y 2012 que suman 58 MW. Asimismo el de una Geotermia en Curacautín, sector Tolhuaca, aprobado el 2013 que es de 70 MW.

4.- No es responsable aseverar que los proyectos hidroeléctricos no son invasivos. Más allá de la especial y profunda relación que tienen diversas familias, comunidades y autoridades tradicionales de acuerdo a la cosmovisión ancestral Mapuche con elementos de la naturaleza y en especial con algunos ríos, aspecto que seguramente debe ser difícil comprender para algunos académicos científicos, sin embargo, es importante determinar que las denominadas centrales hidroeléctricas traen consigo el entubamiento de los ríos 3, 5, 7, 10 kilómetros o más (independiente si es central o minicentral). Asimismo, conllevan la alteración de las aguas y la vida acuática, la afectación de las napas subterráneas, los pantanos, mallines, humedales; la intervención de decenas de hectáreas a la redonda con excavaciones, con explosiones de dinamitas, con la avalancha de camiones y maquinaria, con amplias excavaciones, con corte de milenarios bosques y amplia flora y fauna, con la conectividad de cientos de kilómetros de tendidos de alta tensión, con la destrucción de la vida local y todo un amplio daño aguas arriba que termina afectando aguas abajo, considerando a importantes ríos como el Cautín, Allipén, Toltén, Malleco, Renaico junto a todos sus afluentes de origen y todas las napas subtérraneas que contribuyen a la vida rural y de localidades en los diversos valles hasta las zonas costeras, dañadas en varias partes por la sequía con miles de personas sin agua básica, aspectos que se agravan considerablemente por el enorme quiebre social por los graves daños sico sociales vienen generando las empresas en medios de sus políticas e cooptación y divisiones.

5.- Considerando estos antecedentes y las opiniones vertidas por el académico de la UFRO, sería de enorme importancia que se pudiese generar una discusión profunda sobre el rol de las academias con respecto a su verdadero compromiso social, para sacar de la marginalidad temáticas relacionadas a la conciencia por los bienes comunes, colectivos, patrimoniales y de Derechos Humanos, cuyos temas prácticamente no son tratados ni asumidos, más bien, las que predominan, son visiones como la del señor Cifuentes.

Saluda atentamente,

Alfredo Seguel

Área comunicaciones Red Defensa Territorios



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