mercredi 14 mars 2012
Entrevista a Juana Cuante: Estamos llamadas a defender la tierra
La primera mujer que integra la Junta de Caciques de la Región del Butahuillimapu asume este desafío con la naturalidad que le otorga ser depositaria de una larga tradición familiar que le fue inculcada por su padre, Leonardo Cuante.
Por Bárbara Delgado - cronica@australosorno.cl
Foto: Mario Mendoza
Fuente: www.futawillimapu.org
Cientos de años de historia tuvieron un punto de inflexión el fin de semana recién pasado en la comunidad indígena de Pitriuco, comuna de Lago Ranco, donde por primera vez una mujer asume como lonko y -junto con ello- es aceptada por las máximas autoridades de la Región del Butahuillimapu (las Grandes Tierras del Sur) como Apo Ülmen (cacique) en la junta de Caciques del territorio huilliche.
Una responsabilidad que convierte a la joven Juana Cuante -de 26 años- en la encargada de la representación espiritual y cultural de su comunidad y que asume con mucha confianza, en virtud de su historia personal.
De voz tranquila y una pasividad que inspira respeto, Juana es la hermana mayor de la familia, condición que la llevó a asumir el cargo de lonko.
¿Qué significado tiene para usted enfrentar la responsabilidad de ser la primera mujer lonko en el Butahuillimapu?
Llegó a tomar este lugar por un proceso familiar, histórico de cuatro generaciones atrás. Desde el momento que llega gente a usurpar las tierras desde el sector de Río Bueno hasta Pitriuco, en la ribera del Lago Ranco. Mi familia -Cuante Loncoman- viene de linaje de lonko, quienes son la cabeza política de la organización mapuche.
¿Usted sabia que llegado el momento debía asumir la conducción de la comunidad?
Sí, es que yo fui criada en mi familia de esa forma. Mi padre me crió con esa ancestralidad, yendo a ceremonias, entendiendo desde niña la cultura desde el lado espiritual. Y ahora yo miro hacia atrás y logro comprender todo lo que recibí. Y hoy uno sólo se va dejando llevar por la corriente por saber que algo importante trae.
LA FIGURA DEL PADRE
La lonko fue criada bajo el alero de su padre, Leonardo Cuante, un cacique fallecido el 28 de febrero de 2008 que logró mi respeto y admiración a lo largo de las comunidades indígenas de todo el país.
¿Qué recuerdos tiene de esa crianza tan de la mano de la figura de su padre?
Como a los 10 años comencé a salir con él a diversas reuniones, tanto en el marco político, como con la iglesia y autoridades huinca y desde allí empezó mi proceso. Lo que pasa es que antes de que él fallezca, yo asumí el rol dentro de mi comunidad como nguillatufe, es decir como maestra de ceremonia, y a los dos meses de que me entregó el cargo, él falleció. Y bueno, pensando que ambos íbamos a compartir más nguillatunes, la idea era que yo adquiriera los conocimientos, tal cual lo hizo él con su padre.
¿Cómo asumió usted la muerte de su padre?
Comprendí que era un proceso de fuerza. Él sabía que era su momento para irse y la pena que pensé que podría haber tenido se transformó en fuerza, en newen. Comprendí que son procesos de la vida y de la tierra y que yéndose te dan a ti más fuerza. Ellos tienen que descansar, que irse para que otros nazcan, para que se levante el newen de otra persona,
¿Cuál es el principal legado que le dejó su padre?
(Hace una pausa) La espiritualidad de acuerdo a lo que hoy día somos los huilliches.
¿Cuál cree que será su principal rol dentro de la Junta de Caciques del Butahuillimapu?
Pedirles a las personas más antiguas, que han hecho un proceso muy arduo y también de mucho peso, la posibilidad de mostrar lo que hoy está pasando en el pueblo mapuche actual, partiendo desde mi juventud, pero con la ancestralidad de ellos, que también pesa mucho políticamente.
Y en ese sentido, ¿Cómo ve la realidad del pueblo huilliche en comparación con los mapuches de la Araucania?
Lo que pasa es que acá hay una organización política que no se ha manifestado, pero siempre ha estado. Por eso es que se puede hablar que se está tejiendo algo fuerte, porque siempre ha estado, con la diferencia que allá (Araucanía) hay fuerza, newen para pelear.
¿Y considerando los posibles focos de conflicto, ¿cuál será su opción? ¿seguir por el camino del diálogo o tomar medidas más radicales?
Es que la Junta de Caciques está para hablar de todos los procesos sociales del pueblo mapuche, desde el tema de los presos políticos hasta la defensa del territorio, de las aguas, etcétera.
FOCOS DE CONFLICTO
¿Qué opina del conflicto en tomo a la construcción de la Central Hidroeléctrica Pilmaiquén?
Lo encuentro aberrante. Es un genocidio para nuestro pueblo; nos están quitando el espacio más importante para nosotros en ese territorio, donde se hace el nguillatún y se hacen ceremonias. Ese es un lugar especial para nosotros como mapuches y al intervenir el agua y el río es terminar con el proceso espiritual; para que nuestro espíritu se vaya hacia el otro mundo. Lo que están haciendo es un genocidio, porque nos están cortando el vínculo para volverá nacer, para tener raíz.
Y respecto a la defensa de ese territorio ¿cuál es el camino que a su juicio se debe seguir?
A título personal pienso que la Conadi es el instrumento para que el Estado tome cartas en el asunto, quizás expropiando el terreno, ya que el particular se lo quiere vender a la empresa y no a la Conadi. El gobernador dijo claramente que no depende de que la Conadi no pueda comprar, siendo que es un organismo que tiene plata. La Conadi ha sido incompetente en todos esos aspectos.
EL ROL DE LA MUJER
¿Cree que el protagonismo que están adquiriendo las mujeres dentro de la organización mapuche va a perduraren el tiempo?
Yo creo que va a seguir adelante. Es que pasa más por un tema espiritual, porque las mujeres han sido llamadas a tomar un espacio más fuerte, ya que en nosotras está concentrada la energía de la tierra y en este tiempo la tierra está demostrando que su energía se está manifestando. Y en este caso, a través de la mujer, que va adquiriendo más roles en el ámbito social y político.
Algunos especialistas en la cultura mapuche plantean que -siguiendo la tradición- su rol apuntará más a preservar la cultura que a participar de lleno en temas organizacionales. ¿Será así?
No puede ser así, porque hoy no se trata de un tema de género, aquí es otra cosa, estamos en el mismo nivel y este es un cargo que hoy ejercerá una mujer. Pero lo cultural es una parte no más de todo lo que significa entrar a ser un Apo Ülmen en la Junta de Caciques. Esto yo lo asumo con tranquilidad, personalmente comprendo que no hay nadie que debe presionarme. Sé que sólo debo dejar llevarme por mi espiritualidad, acorde a mis tiempos, pues en mi caso sólo tengo 26 años.
¿Cómo definiría lo que son hoy los mapuche huilliches?
Somos la integración de muchas cosas. Creo que lo esencial está dando su último grito y en eso hay que enraizarse para poder tener fuerza y rearticularse, como los grandes Apu Ülmen antiguos que hicieron eso por su pueblo. Y hoy una mujer posee mucha más concentración de energía que un hombre.
¿Qué papel juegan las nuevas generaciones huilliches en este proceso de rearticulación?
Los jóvenes de nuestro pueblo tienen hoy la intelectualidad y la fuerza. Entonces esas dos cosas son lo esencial y así como ellos han despertado, deben despertar a sus ancestros, tanto los que están vivos como los que están en el otro mundo, para adquirir más fuerza. Ellos son una parte fundamental para esta guerra, porque la intelectualidad es lo que marca la diferencia con tiempos pasados.
DISCRIMINACIÓN
¿Cómo toma el hecho que en Osorno se haya dejado de festejar el Tratado de las Canoas de 1793 y que se planteó como un acuerdo de paz entre huilliches y españoles?
Creo que eso parte de quienes convocaban a eso y no desde las comunidades huilliches ni de los lonkos, sino más bien de un par de personas que paraban un mono que cayó por su propio peso. Aunque igual creo que hay que reivindicar una mirada ancestral con historia y hacerlo más formal, con su real sentido. Los huincas saben la importancia del pueblo mapuche, lo que pasa es que nos miran como si no fuéramos nada. Falta fuerza de nuestra gente, porque la unión hace la fuerza y eso a su vez crea respeto. Yo me crié en Lago Ranco, un pueblo muy racista, en el colegio de la comunidad me hacían bailar cueca a mi y a mi hermano con nuestra vestimenta originaria, como número artístico. Pero yo he tomado todos esos episodios como resistencia.
¿Cuál es el mensaje que usted quiere entregar a las comunidades de la zona?
Harta fuerza. Estamos rasguñando para mantenernos como mapuches espirituales en esta mapu (tierra) y tenemos que darnos cuenta de eso. La tierra esta herida en diferentes lados y hoy las mujeres estamos llamadas a defender ese espacio.
¿Qué espera del futuro?
Es difícil, pero sólo espero que el pueblo mapuche siga vivo, pues es el grito de la tierra.
En la huella del padre
Leonardo Cuante Loncomán fue un actor fundamental en la reorganización de la Junta General de Caciques de la Butahuillimapu, desde el año 1983. Además, fue el impulsor de innumerables congresos territoriales, comunales y regionales para promover el Proyecto de Ley Indígena propuesta por la Comisión Especial de Pueblos Indígenas (CEPI) en el año 1990. Según recuerda Bernardo Antriao, ex director de Conadi, "don Leonardo fue un fiel defensor y promotor de los derechos territoriales, económicos, sociales y culturales del pueblo mapuche Huilliche, destacando el desarrollo de la rogativa o Lepun que año a año se desarrollaba en su comunidad de Pitriuco, a la que concurrían innumerables comunidades de la provincia y la región".
Fuente: Diario Austral de Osorno (11.03.2012) [Requiere registro en "El Mercurio S.A.P."]
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