Fuente: cidsur.cl
Hasta la Fiscalía Militar de Concepción acudió el pasado miércoles 21 de enero del presente el Abogado Pablo Ortega Manosalva del Centro de Investigación y Defensa SUR en compañía de más de un centenar de comuneros mapuche provenientes de diferentes comunidades mapuche de Arauco con el fin de interponer dicha denuncia fundamentada en los siguientes hechos.
El 14 de enero, en la comuna de Tirúa, adyacente a un camino vecinal de la Comunidad Antonio Paillao, Carabineros detiene dos camionetas, en ellas transitaban Gastón y Martin. Martín señala que lo siguen, lo chocan, él se detiene al llegar donde estaba su sobrino, quien a su vez, se detuvo al ver lo que sucedía.
Se bajan dos funcionarios policiales desde una tanqueta, piloto y copiloto, les ordenan que se bajen, con las manos en alto. Primero baja Gastón. Los conminan presentar sus manos en alto, Gastón levanta las manos y recibe una descarga de escopeta -arma de fuego de institucional- de parte del copiloto de la tanqueta.
Martín señala que al ver esto “quedo estupefacto, se agacho en el volante, puso las manos en alto y no quiso bajar, pensó que lo iban a matar. Se acercó el piloto de la tanqueta, le rodena salir con las manos en alto, Martín abre la puerta, comienza a bajar, pone su pie izquierdo en el suelo, no alcanza a poner el otro pues el piloto de la tanqueta se acerca y le dispara a su pierna, destrozando parte de su pantorrilla y ocasionándole una dantesca herida. Luego los carabineros hacen referencia que esto fue porque los mapuche le disparan a los Carabineros”.
Gastón perdió un ojo, un mapuche más sin un ojo, tal vez sus manos en alto lo salvaron, lo protegieron de recibir más impacto de perdigones en su cabeza. Martín sufrió una herida que desgarró su pantorrilla. Ambos quedaran con secuelas de por vida, se trata de verdaderas mutilaciones, ojo, tendón, músculos.
El abogado Pablo Ortega señala que “los funcionarios policiales no actuaron de acuerdo a derecho, un carabinero no puede actuar de esa forma, nadie puede disparar a un ciudadano con las manos en alto, ni provocar una horrorosa herida porque están enojados por actos de otras personas. Acá puede haber un problema de racismo, pues de ser efectivos los hechos relatados por las víctimas, significaría que estos funcionarios sienten odio o resentimiento contra los miembros del pueblo mapuche. Creemos que, aún desde el punto de vista de la institución a la que pertenecen, estos funcionarios no pueden seguir siendo parte de Carabineros”.
Es de esperar que el Alto Mando tome cartas en el asunto. Es urgente que dichos funcionarios sean retirados de la zona mapuche, debería iniciarse un sumario interno y evaluar su actuación. De no hacerlo sería la propia institución la que se vería involucrada moral y jurídicamente en estos terribles hechos.
La Justicia Militar deberá investigar el eventual “incumplimiento de deberes militares”, el Ministerio Público las lesiones graves gravísimas ocasionadas a los heridos. Las familias señalan no esperar mucho del Estado.
Sin embargo, instamos a que estos hechos se investiguen y se sancionen adecuadamente. Lo lógico sería esperar que dichos funcionarios sean expulsados de la institución; pero, sobretodo que el Estado debería repensar su política represiva.
La solución a los conflictos territoriales no puede consistir en copar el territorio con fuerzas policiales militarizadas, no puede ser que el GOPE, sea la institución del Estado que mayor contacto tenga con el mundo mapuche.
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