Por Fabiana Frayssinet - Fuente: ipsnoticias.net
Los hidrocarburos no convencionales reactivaron los conflictos
indígenas en el suroeste de Argentina. Sobre Vaca Muerta, la
formación geológica que alberga esas reservas, viven 22 comunidades mapuches que
reclaman que no fueron consultados sobre la explotación de sus tierras
ancestrales, “arriba y abajo”.
El
termino de a “superficiarios” con que los contratos petroleros
denominan a la contraparte con quien negocian la explotación territorial, no
convence a Albino Campo, logko de la comunidad de Campo
Maripe.
“Nosotros
somos dueños de la superficie, y de lo que está arriba y de lo que esta abajo
también. Esa es la “mapu” (tierra). Abajo no está hueco. Abajo hay otro
pueblo”, explicó a IPS.
Tampoco
está hueco para las compañías petroleras, aunque ambas concepciones sean muy
diferentes.
Tres
mil metros abajo de Campo Maripe está una de las mayores reservas del mundo de
gas y petróleo de esquisto (de roca).
Las tierras que la
comunidad utilizaba para pastoreo, son ahora parte del yacimiento Loma Campana,
que opera la empresa petrolera estatal YPF, en asociación con la compañía estadounidense
Chevron.
“Acá
se abrieron 160 pozos más o menos. Cuando lleguen a 500 pozos no tendremos lugar
para nuestros animales. Nos robaron lo que fue nuestro”, reflexionó el
logko.
Ante
la urgencia de producción, YPF comenzó hace un año a abrir caminos y pozos en el
yacimiento denominado Campo Campana, en la sureña y patagónica provincia de
Neuquén.
El
jefe mapuche y su hermana Mabel Campo mostraron a IPS en que se transformaron
sus tierras, donde el ruido y la polvareda de camiones que entran y salen
continuamente del yacimiento son intensos.
Transportan
maquinarias, tubos de perforación y productos para realizar la fractura
hidráulica (fracking, en inglés), una cuestionada técnica que libera los
hidrocarburos a gran escala mediante la inyección a alta presión de agua, arenas
y aditivos químicos con que se rompen horizontalmente grandes extensiones de las
rocas subterráneas en que se incrustan.
“Dicen
que el fracking y todo lo que hay arriba no contamina… quizás va a pasar mucho
tiempo cuando empecemos a ver cáncer, cáncer a la piel, por la cantidad de
contaminación, y también nos vamos a morir de sed porque no va a haber agua para
tomar”, advirtió Mabel Campo.
YPF
argumenta que negoció con el gobierno de la provincia la apertura del campo,
porque es quien ostenta el título de propiedad de las tierras.
No
obstante, “nosotros intentamos tener la mejor relación posible con cualquier
superficiario o pseudo superficiario u ocupante, en las zonas donde trabajamos,
“sean mapuches o no”, explicó a IPS el gerente de relaciones
institucionales de YPF-Neuquén, Federico Calífano.
Las
familias de Campo Maripe no obtuvieron todavía ese título, pero si una victoria
importante.
Tras manifestaciones que incluyeron encadenarse a las
torres petroleras, consiguieron en octubre que el gobierno provincial los reconozca
legalmente como comunidad.
“El derecho indígena legisla que la personería
jurídica no es constitutiva (vale decir, no crea a la comunidad, porque la misma
existe más allá de la aceptación o no del Estado), pero sí es una herramienta
frente a instituciones del Estado (desde organismos de Gobierno hasta
tribunales)", analizó Micaela Gomiz, del Observatorio de Derechos Humanos de Pueblos Indígenas
de la Patagonia (ODHIP).
“Con
la inscripción de la personería se deja atrás la postura oficial de negar la
identidad indígena mapuche y ahora tendrá que realizarse el proceso de consulta
para cualquier acción que afecte al territorio”, explicó en un comunicado
de esa organización.
Según
el ODHIP, al 2013 había unos 347 mapuches imputados por el delito de
“usurpación”, contando las 80 causas judiciales abiertas en Neuquén y
las 60 en la vecina provincia de Río Negro.
En el caso de Vaca Muerta, Jorge Nahuel, portavoz de
la Confederación Mapuche de
Neuquén, recordó a IPS que los indígenas no fueron consultados como lo
determina el Convenio
169 de la Organización Internacional del Trabajo, ratificado por Argentina
hace 25 años.
“Lo que debería hacer el Estado antes de concesionar
espacio es acordar con la comunidad si está dispuesta aceptar semejante cambio
de vida”, planteó.
Además,
dijo Nahuel, “la empresa debería aplicar el derecho que, por ejemplo,
tenemos reconocido constitucionalmente, de participar en la gestión de los
recursos naturales. Esos derechos están totalmente violados por la llegada de
la industria petrolera”.
Para
el dirigente mapuche, violaciones similares ocurren en las industrias de la
soja y la minería. “Se considera, a los indígenas, un elemento más de la
naturaleza y como tal se los arrasa”, denunció.
En
este país sudamericano de 42 millones de habitantes, casi un millón se
autorreconocen como indígenas en el último censo, de 2010. La mayoría pertenecen
a los pueblos mapuche y colla y viven en Neuquén y otras dos provincias.
Nahuel
recordó que de casi 70 comunidades indígenas neuquinas, solamente 10 por ciento
tiene títulos.
“La
lógica del Estado es que en la medida que haya debilidad en cuanto a la tenencia
de la tierra, hay más seguridad jurídica para la empresa. Es una lógica perversa
porque en definitiva lo que ellos creen es que al tenernos durante décadas sin
títulos de propiedad, va a ser para la empresa más fácil invadir un
territorio”, opinó.
Algunos
ponen en duda los verdaderos intereses de los mapuches.
Luis
Sapag, diputado del Movimiento Popular Neuquino, promovió la polémica
cuando el año pasado aseguró que “algunos de ellos hacen buenos
negocios” y que “YPF no fue a instalarse en las tierra de los
mapuches” sino que “algunos mapuches fueron a poner sus casas donde
estaba YPF para generar toda esta movida”.
“Hasta
que se desarrolló Loma Campana nunca hubo un reclamo de una comunidad
mapuche”, aseguró el gerente de No Convencionales de YPF Neuquén,
Pablo Bizzotto, durante una visita de IPS y otros medios
internacionales a Loma Campana.
Nahuel
comparó esa lógica con la “utilizada por el Estado cuando invadió el
territorio mapuche, diciendo que esto era un desierto, nosotros llegamos y
después que llegamos apareció un pueblo reclamando derechos”.
“Acá
utilizan la misma lógica, ellos primero arrasan un territorio, y después dicen:
‘¿pero que es lo que reclaman? A ustedes no los teníamos contabilizados’, nos
dicen”, ironizó.
Para
Nahuel, la explotación hidrocarburífera no convencional, en que Argentina pasó a
ser uno de sus grandes actores, conlleva una “amenaza mucho más fuerte”
que la tradicional, que según aseguró ya “dejó una contaminación profunda en
el suelo y en el organismo de todas las familias mapuches de la zona”.
“Es
una industria que genera un fuerte impacto ambiental y social y, lo peor para
nosotros, cultural, porque quiebra la vida comunitaria, porque rompe todo lo que
es la relación colectiva que tenemos en relación a un territorio, y porque
empezamos a ser superficiarios para la industria” , analizó.
El
portavoz anticipa que a medida que avancen las perforaciones, aumentarán los
conflictos.
En
ese sentido consideró que la nueva Ley de Hidrocarburos, en vigencia desde el 31
de octubre, lo agravará porque “está hecha al servicio de los grupos
económicos, ya que a las empresas se les aseguró la explotación durante 50
años”.
“¿Cuándo
se vaya YPF no dejan ningún futuro a los mapuches. Acá lo que nos dejan es
contaminación y muerte nomás”, lamentó el logko
Campo.
http://mapuexpress.org
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