“Me dijo indio culiao… y me lanzó un hachazo al cuerpo”: El testimonio de Victor Gonzalo Llanquiman Quilapan el hombre que se salvó por centímetros del racismo y la violencia de CELCO / Cabe destacar que durante todo el tiempo que se desarrolló este ataque la fuerza policial se encontraba al otro lado del río observando, sin tomar medidas para proteger a los afectados.
NUEVAMENTE SE LLEVA A CABO VIOLENTA AGRESIÓN CONTRA
LOS DEFENSORES DEL MAR
Con la complicidad del gobierno y sus instituciones la empresa CELCO sigue utilizando la violencia para intimidar a quienes
se oponen a sus intereses
Ataque a los defensores del Mar
Cerca de las 10 hrs. AM del día domingo 12 de julio Estaniz Paillan -“el Chino”-, constante defensor del mar y del territorio contra las intenciones de contaminación de la empresa Celulosa Arauco y Constitución (CELCO S.A.), se dirigía por el río Lingue en una embarcación a motor desde su localidad, el sector de Mississippi, ubicado en la desembocadura del río Lingue -región de Los Ríos, sur de Chile- hacia la caleta de pescadores de Mehuin, ubicada un cierto trecho río adentro, para dejar a un compañero que debía tomar locomoción desde Mehuin hacia el pueblo de San José de la Mariquina. En ese trayecto se encontraron con otra embarcación, tripulada por Joaquín Vargas
-dirigente de la pesca artesanal de Mehuin, y cabecilla local de las negociaciones y colaboración con la empresa CELCO- y otras dos personas ajenas a la localidad, que se hallaban realizando algún tipo de mediciones en el río, pues llevaban cajas, botellas y recipientes para guardar muestras y otros equipos.
Chino y su compañero, comprendiendo que se trataba de parte de los estudios que aún debe realizar CELCO para lograr construir su ducto de descarga de residuos industriales líquidos al mar, se acercaron a la embarcación para indagar de qué se trataba. Por respuesta Joaquín Vargas les dijo que eran estudios por el tema de los choros que habitan el río y su cultivo, lo que fue cuestionado por los defensores del mar, pues evidentemente no se trataba de eso. A partir de lo cual les fueron lanzados objetos y fueron insultados.
En ese mismo momento Chino se dio cuenta de que por atrás se acercaba una embarcación a toda velocidad dispuesta a embestirlos por la popa y dañarles el motor, ante lo cual reaccionó rápidamente dando media vuelta para esquivarlos y acelerando la marcha en retorno a su hogar en Mississippi. La embarcación agresora propiedad de Marcelo Ortiz y tripulada por Emardo Pino y otros pescadores que trabajan para CELCO, realizó una persecución de la embarcación de los defensores del mar durante la cual los perseguidores perdieron accidentalmente su motor, que se desprendió y cayó a las aguas del río.
Joaquín Vargas, Emardo Pino, así como los propietarios de la embarcación en donde se realizaban los estudios y la embarcación agresora, son parte central del contingente de de personas que ha reclutado CELCO, a través de la subscripción de un convenio de “asistencia recíproca” con la empresa, en que a cambio de sumas de dinero deben resguardar y apoyar los intereses de la empresa en la construcción de su ducto. Esto en la práctica implica intimidar y agredir a quienes se oponen a la contaminación, así como ser parte de la campaña de lavado de imagen que realiza la empresa.
Minutos más tarde se escuchaba por comunicación radial la denuncia que hacían los agresores hacia la Gobernación Marítima de la ciudad de Valdivia, en donde, tergiversando los hechos declaraban que habían sido atacados por los defensores del mar y que como resultado se les había botado un motor al agua.
Mientras los defensores del mar desmentían este hecho y denunciaban cómo fue que ocurrieron las cosas, solicitando la presencia de la Autoridad Marítima en la zona, se acercaron a la caleta tres embarcaciones de pescadores de Mehuin que trabajan para CELCO, una color blanco, sin nombre, propiedad de Emardo Pino, una amarilla propiedad de Cristian Muñoz y otra verde de Víctor Cartes, tripuladas por un total aproximado de 30 personas. Los tripulantes venían provistos de punzones, así como de fierros afilados de alrededor de 2 metros de largo. Uno de los cabecillas, Emardo Pino, traía consigo además un hacha.
En ese momento Chino y Víctor LLanquiman “Chalo” -otro persistente defensor del Mar- se encontraban en la playa de Mississippi dentro de la embarcación “Abuela Chela” que estaba varada cerca de la orilla, en la posa de la caleta, cuando se acercaron repentinamente las tres embarcaciones de Mehuin. Una de las embarcaciones, la blanca, se acopló de golpe a la de los defensores del mar, mientras los atacantes vociferaban que no dejaran escapar a Chino y que había que matarlo, al tiempo que Emardo Pino abordaba la embarcación con un hacha en sus manos.
Chino debió saltar rápidamente al agua para ponerse a resguardo en tierra, mientras que Chalo trataba de hacer razonar al agresor para que se detuviera. En vez de detenerse Emardo Pino lanzó un hachazo sobre Chalo, quien pudo esquivarla por pocos centímetros, arrojándose velozmente al agua y nadando a la orilla.
En esos instantes parte de la familia de Chino, sus hijos de 12 y 18, así como su esposa, al percatarse de que nuevamente se le estaba agrediendo con intenciones de matarlo corrieron a la orilla a defenderlo, llevando además una cámara de video con ellos para registrar la agresión. También otras mujeres y hombres corrieron a intentar detener a los asaltantes, producto de lo cual estos últimos desistieron de bajar a tierra, sin embargo optaron por robarse la embarcación “Haylin Añuska”, de propiedad de la Asociación Indígena de pescadores de Chan Chan, y utilizada habitualmente por los defensores del mar.
Cabe destacar que durante todo el tiempo que se desarrolló este ataque la fuerza policial se encontraba al otro lado del río observando, sin tomar medidas para proteger a los afectados.
Una vez que transcurrieron estos hechos y durante todo el día -hasta el momento en que se escribe este artículo- diversas personas de las comunidades Mapuche-Lafkenche y de pescadores de los alrededores ligadas a la defensa del mar, de sectores tales como Mississippi, Chan Chan, Quillalhue y Queule, entre otros, se han estado reuniendo para evaluar la situación, ver cómo protegerse de los ataques y tomar otras medidas.
Temas de fondo y responsabilidades
La oposición de las comunidades del borde costero –Mapuche-Lafkenches y de pescadores- a la construcción del ducto de descarga de residuos industriales líquidos en su territorio, y a la amenaza de contaminación del medio ambiente y alteración grave de sus formas de subsistencia y de vida, se ha extendido ya por más de 11 años. En este proceso la empresa, en su necesidad de lograr este objetivo necesario para aumentar la producción de celulosa de su planta Valdivia, ha desarrollado diferentes estrategias, que han ido desde el lobby político hasta la manipulación y soborno de una parte de la población local para detener la oposición a su proyecto y agredir a quienes no están dispuestos a venderse a sus intereses. Por su parte los defensores del mar, en el entendido de que la legislación ambiental chilena es permisiva y hecha a la medida de estas empresas, han desarrollado una activa campaña para impedir que la empresa logre realizar sus estudios de impacto ambiental (EIA) que les exige la ley para construir su ducto. Esta labor ha sido permanente y acuciosa, impidiéndose en todo momento que la empresa lograra realizar sus estudios, sin embargo en febrero de 2009 CELCO ingresó el Estudio de Impacto Ambiental en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) de la Comisión Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), lo que según los defensores del mar indicaría que dichos estudios fueron falseados.
La empresa en todo momento se ha valido de la colaboración de instituciones y figuras ligadas directa o indirectamente al gobierno para cumplir su cometido, manipulando y/o amedrentando a los pobladores locales que se oponen: Se han valido de parlamentarios, autoridades regionales, la fiscalía de San José de la Mariquina, la Agencia Nacional de Inteligencia, la Armada de Chile, la Autoridad Marítima, Carabineros de Chile y la policía de Investigaciones, entre otros.
El accionar de CELCO, apoyado por la empresa consultora de uno de los principales asesores de imagen y comunicación estratégica de los gobiernos de la concertación, el sociólogo Eugenio Tironi, ha dejado hasta hoy gravísimas consecuencias: El inadvertido asesinato del joven defensor del mar Carlos Matías Matías, más de cuatro intentos de asesinato de voceros de la defensa del mar, numerosas agresiones a la población, un clima de profunda división familiar y comunitaria, la intensa alteración de las formas de vida los habitantes en gran parte Mapuches-Lafkenches de la zona. En términos generales un grave panorama de vulneración de los derechos humanos y de los derechos de los pueblos originarios de la zona.
La empresa CELCO S.A., pertenece al grupo Angelini, propietario del holding AntarChile, controlador y accionista de otros importantes conglomerados como Copec, Pesquera Eperva, Corpesca, Abastible y Bosques Arauco, entre otros. Este representa uno de los grupos económicos más poderosos de Chile y América Latina ejerciendo una poderosa influencia en el escenario político nacional, tanto en la derecha como en la Concertación, coalición gobernante en Chile. Cabe destacar que sus prácticas se han caracterizado por encontrarse frecuentemente reñidas con el respeto al medio ambiente y los derechos sociales y culturales, a pesar de lo cual han cometido constantes atropellos y recurrido a cualquier tipo de presiones y acciones para lograr sus objetivos. Por poner un solo ejemplo este es el grupo dueño de la mayor parte de las empresas forestales que tienen profundamente alterado el ecosistema de la zona centro sur de Chile y que explotan parte importante de las tierras que reivindica el pueblo Mapuche.
Como es sabido estas reivindicaciones han traído una dura represión y criminalización por parte del gobierno hacia quienes desafían los intereses de esta empresa, con el resultado de ya más de tres asesinatos y la prisión política de varios mapuche producto de la implementación de la “ley antiterrorista” propugnada por Pinochet.
El caso de CELCO S.A. y todas las consecuencias de esta lucha en pleno desarrollo que ha llevado adelante la población local por preservar su medio ambiente, territorio y cultura, así como otros gravísimos casos deben ser visualizados como una clara muestra de la verdadera índole y orientación del gobierno de Michelle Bachelet y su coalición, que a pesar de presentarse hacia el exterior como una administración con tendencias sociales y con un énfasis en la participación y los derechos humanos, se encuentra muy lejos de centrarse en estos ejes, por el contrario de vale de ellos para maquillar una política que consolida el modelo económico neoliberal de entrega irracional y cortoplacista de los recursos naturales y el trabajo de la población para el beneficio de los grandes conglomerados económicos nacionales y trasnacionales.
Es importante por tanto tener claridad de que las responsabilidades de lo que ha ocurrido en estos últimos años y de lo que continúa ocurriendo en la zona de Mehuin por causa de la injerencia de CELCO, son atribuibles en este caso directamente al gobierno, más allá de la enérgica condena que debe realizarse respecto al accionar de la empresa y de la población local que esta última utiliza para conseguir parte de sus fines.
Llamamos a informar y difundir ampliamente esta grave situación, puesto que como es sabido los medios de comunicación chilenos –propiedad de los grupos de poder- no informan o bien tergiversan los hechos a su medida.
La defensa del mar y del territorio no se dejará intimidar por estas cobardes acciones, sigue en pie tan decididamente como siempre.
COMITÉ DE DEFENSA DEL MAR
Julio 2009
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire