samedi 1 octobre 2011
ASÍ OPERA EL ESCANDALOSO SISTEMA DE ACREDITACIÓN DE LAS UNIVERSIDADES EN CHILE
La llave que les da acceso al Crédito CAE / investigación CIPER / En 2000 la Concertación intentó controlar el explosivo mercado de la educación superior ofreciéndoles acceso al Crédito con Aval del Estado. El mensaje fue: si se someten a ciertas normas, tendrán muchos más alumnos capaces de pagar sus aranceles. Fue como mostrarle a un león un trozo de carne y pedirle que hiciera una pirueta.
Esta investigación revela cómo la acreditación terminó con los fiscalizados eligiendo a sus fiscalizadores y con agencias-empresas acreditando carreras. La Contraloría mostró otras irregularidades. Sepa cómo en 2010 TODAS las instituciones que postularon fueron acreditadas.
La llave que les da acceso al Crédito CAE
Así opera el escandaloso sistema de acreditación de las universidades
Por : Verónica Torres, Juan Andrés Guzmán y Gregorio Riquelme en Reportajes de investigación / CIPER
Fuente original: CIPER / http://ciperchile.cl/2011/09/29/asi-opera-el-escandaloso-sistema-de-acreditacion-de-las-universidades/
Vea el multimedia con las actas de las entidades aprobadas por la CNA en 2010 / http://ciperchile.cl/multimedia/acreditaciones/
El año 2010 fue polémico para la Comisión Nacional de Acreditación (CNA), organismo público encargado de velar por la calidad de la educación superior. Ese año TODAS las instituciones que se sometieron a su análisis resultaron acreditadas: 16 universidades, 5 Centros de Formación Técnica y 10 Institutos Profesionales. Desde el más precario instituto hasta la más antigua institución que se presentó, todas se fueron al menos con un año de acreditación bajo el brazo. Los casos que más llaman la atención son los de las universidades Tecnológica Metropolitana (UTEM), la Del Mar, Arcis y Pedro de Valdivia, todas ellas nunca habían logrado antes pasar esta prueba / Vea el cuadro con las instituciones acreditadas en 2010 / http://ciperchile.cl/wp-content/uploads/Acreditación-2010-FINAL1.pdf
Ante esta ola de resultados positivos, Emilio Rodríguez, rector de la Universidad Tarapacá y ex presidente de la misma CNA, reflexiona: “Si todas las instituciones que postularon en 2010 fueron acreditadas, o estamos ante una mejoría notable en las instituciones de educación terciaria en Chile o, simplemente, los niveles de exigencia han caído a niveles lamentables”.
Una de las últimas instituciones que acreditó la CNA fue la Universidad Pedro de Valdivia (UPV). Y lo hizo en una fecha extrema: en la sesión del 29 de diciembre de 2010, a dos días del cambio de año.
La UPV tiene 5.400 alumnos y buena parte de ellos viene de familias de sectores medios bajos. Según datos de la CNA, en los últimos años ha tenido una elevada deserción de estudiantes la cual “se produce por motivos económicos y laborales, no por casusas académicas”. La UPV fue creada en 1987 con el nombre de Universidad Mariano Egaña. Pero en 2006, los propietarios del preuniversitario Pedro de Valdivia -que también tienen una cadena de colegios y otros centros de formación técnica- compraron la universidad, la rebautizaron e iniciaron un proceso de expansión.
Los principales socios son Ángel Maulén y Enrique Rodríguez Villa. El primero, tiene múltiples inversiones y fue subsecretario de Economía en el gobierno de Eduardo Frei Ruiz Tagle (siendo ministro Álvaro García); el segundo, es un empresario con inversiones en el sector transporte e inmobiliario, aparte de la educación.
Consolidar esta universidad no les ha sido fácil. Desde 2007 venían intentando acreditarla, pero se toparon con los informes y dictámenes de la CNA. El más duro de ellos -la negativa de 2007-, detectó en la UPV “falencias significativas” tanto en la “definición y actualización de programas académicos”, como “en el número y dedicación horaria del cuerpo académico” y “en equipamiento e infraestructura” para ofrecer carreras. En las apelaciones sucesivas la autoridad pública llegó a afirmar que la UPV tenía un “incipiente sistema de aseguramiento de la calidad y escasos mecanismos de autorregulación”.
El último rechazo fue el 22 de diciembre de 2010, siete días antes de la acreditación. Allí la CNA objetó: “la situación financiera de la institución entre 2007 y 2009 ha sido precaria, presentando pérdidas y patrimonio negativo”. Y concluyó que la UPV está basando su sustentabilidad en el crecimiento de la matrícula, sin embargo, “este crecimiento implica necesidades de inversión mayores a las definidas por la institución, lo cual pone en duda la sustentabilidad del proyecto institucional”.
En los siguientes siete días, la UPV informó que los reparos habían sido subsanados y la CNA votó nuevamente y la acreditó. Fuentes consultadas por CIPER dicen que la sesión fue tensa. El acta da cuenta de una situación inusual: si bien la acreditación se aprobó por mayoría, un consejero dejó por escrito su oposición: “La señora María Elena González deja constancia de su disidencia, quien está por no acoger el recurso de reposición”. González es académica de la Universidad de la Frontera. Consultada por CIPER, explicó escuetamente: “Me parecía que ni en gestión ni en docencia de pre grado ellos alcanzaban el mínimo aceptable para la acreditación”.
En las decenas de actas que revisó CIPER nunca apareció la constancia de un voto de minoría. Pero al tener acceso a ellas por Ley de Transparencia, surgió el voto disidente de María Elena González. La comisión le otorgó el mínimo período de acreditación: un año. Igual que a la UTEM. En estas semanas ambas instituciones están intentando acreditarse de nuevo.
Hasta ese momento, tanto la UPV como la UTEM nunca habían logrado la acreditación. La “Metropolitana” había sido duramente rechazada en 2006 y en 2007. En el informe de ese último año se critica un convenio con la empresa CELTA S.A., el cual “afecta negativamente el cumplimiento de la misión institucional, ya que se transfiere la gestión académica y financiera de servicios universitarios a una empresa con fines de lucro, bajo la compensación de un 30% de los ingresos generados”. Al respecto, la CNA sostuvo que “la generación de bienes públicos es una de las tareas relevantes para una institución del Estado de Chile, y la externalización de servicios académicos es disonante con la misión institucional y con el aseguramiento de la calidad”.
En 2010 también lograron acreditarse por primera vez las universidades UCINF (4.400 alumnos), Del Mar (19.500 alumnos) y Arcis (3.900 alumnos). Esta última, había sido objetada en 2008 por la CNA por su “debilidad financiera”, su “déficit de capital de trabajo” y su falta de “apropiada infraestructura”.
A la Universidad Del Mar en tanto, se le negó la acreditación, entre otros motivos, porque había levantado gran cantidad de sedes y carecía de mecanismos que permitieran asegurar que la formación en todas ellas era equivalente. La rechazaron en 2005, 2007 y 2008. En la ola del 2010 consiguió que la acreditaran por dos años…. (sigue)…
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