Si el Mercurio y Libertad y Desarrollo destinarán tiempo y energía a las cosas que importan podrían levantar estadísticas sobre las acciones constructivas que también desarrolla la ciudadanía organizada en relación con los pobladores, gobiernos y vecinos non gratos como las plantaciones forestales y otros megaproyectos que amenazan con empobrecer aún más a los pueblos...
Por Meli Newen
Es bien fácil, de un día para otro, sacar un estudio señalando una opinión tendenciosa sobre las actividades de protesta. El Mercurio, que a todo esto su pasado lo condena (ver documental “El Diario de Agustín”), lanza en su edición del 25 de enero un burdo intento de alarmar o generar rechazo a las acciones de protesta social.
Es bien fácil, de un día para otro, sacar un estudio señalando una opinión tendenciosa sobre las actividades de protesta. El Mercurio, que a todo esto su pasado lo condena (ver documental “El Diario de Agustín”), lanza en su edición del 25 de enero un burdo intento de alarmar o generar rechazo a las acciones de protesta social.
Es bien simple pues por definición una protesta involucra una acción drástica de la población ante situaciones de desigualdad, y es que el periodista Uziel Gómez, pagado lógicamente por el diario de la familia Edwards, no se refiere a las miles de acciones ciudadanas entre festivales por el agua y la vida, reuniones de coordinación de movimientos sociales, desarrollo de proyectos de generación de bosque nativo, incorporación de nuevas organizaciones y ceremonias espirituales, entre otras acciones, que los ciudadanos y los pueblos desarrollan en la región de La Araucanía y las demás regiones del país.
Pero como dicen "no se le puede pedir peras al olmo", y esta noticia refiriéndose a un estudio del Instituto Libertas y Desarrollo es parte de la línea editorial que conserva durante todos los días del año el vespertino El Mercurio. En efecto muy rara vez lo vemos cubriendo las noticias que importan, quizás solo mentadas excepciones como cuando titularon “Pobladores de Recoleta le doblan la mano al gobierno local” aludiendo a la fuerza que ha adquirido el movimiento socioambiental en esta comuna de la región Metropolitana llevado por la agrupación “Salvemos la Ciudad”.
Si El Mercurio y Libertad y Desarrollo destinarán tiempo y energía a las cosas que importan podrían levantar estadísticas sobre las acciones constructivas que también desarrolla la ciudadanía organizada en relación con los pobladores, gobiernos y vecinos non gratos como las plantaciones forestales y otros megaproyectos que amenazan con empobrecer aún más a los pueblos y territorios, y sus resultados porcentuales no arrojarían la obvia cifra de “49% de las protestas fueron actos violentos”, y podría señalar algo así como “de las acciones ciudadanas realizadas durante el año un 2,5% fueron protestas violentas, cabe agregar que del 5% de protestas solo un 50% son violentas”.
Es entonces bastante fácil, y por supuesto sesgado, señalar que un estudio realizado sobre las protestas arroja que la mitad fueron actos violentos, en este sentido el estudio de Libertad y Desarrollo deja mucho que desear justamente en estos 2 asuntos: un enfoque algo restringido y poco propositivo, más bien represivo. Antes de terminar la idea, nos tomamos la libertad y le pedimos al Instituto pues que integre esta nota entre las cifras del 2009 para los actos de protesta no violentas, a ver si derrotamos ese molesto 49%.
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