La califican como la "Máquina de los Montajes". Es el caso de Cesar Parra Leiva, comunero de Choque, quien denunció el lunes pasado en Cañete los hechos que lo tienen privado de libertad "me dijeron que tenía que nombrar a Héctor LLaitul y Ramón LLanquileo. Elgueta me dijo que tenía que declarar lo mismo que me dijeron los carabineros y me hicieron firmar unos papeles, o me iba a mandar a matar” asegura en su relato...
Acusan amenazas de muerte, apremios ilegítimos y chantajes. Es el caso de Cesar Parra Leiva, comunero de Choque, quien denunció el lunes pasado en Cañete los hechos que lo tienen privado de libertad. “Me dijeron que tenía que nombrar a Héctor LLaitul y Ramón LLanquileo, y me mostraron unas fotos. Estuve una noche y al otro día me llevaron a declarar ante el fiscal Morales. Tiempo después llegaron a mi casa y me dijeron que el fiscal Elgueta quería hablar conmigo. Elgueta me dijo que tenía que declarar lo mismo que me dijeron los carabineros y me hicieron firmar unos papeles, o me iba a mandar a matar”, asegura en su relato.
Por Elías Paillan, lunes 09 de noviembre de 2009
Mediante un comunicado público, los Familiares de los Prisioneros Políticos Mapuche dieron cuenta que desde hace un tiempo se vienen conociendo, a través de distintos relatos, las formas utilizadas por algunos fiscales del Ministerio Público persecutores del Pueblo Mapuche para reclutar a los llamados “testigos protegidos”.
Estas acciones, realizadas en conjunto con carabineros y la PDI, irían, señala la declaración, desde los ofrecimientos de dinero, abogados, casas o trabajo, hasta amenazas de muerte, chantajes e inclusive torturas.
Uno de estos casos son la denuncia del comunero de Yeupeko Vilcun, Roberto Painemil, quien fue detenido por civiles armados y luego torturado por carabineros en presencia del propio fiscal Moya de Temuco; y en abril de este año, la denuncia de Jonathan Huillical, torturado en el cuartel de la PDI de la misma ciudad. Ante este último hecho, la policía de Temuco eludió hablar del caso con este periodista.
La declaración advierte que estos son los casos de quienes se han atrevido a denunciar, ya que existirían muchos otros casos en que el miedo a las represalias ha impedido su conocimiento público. Asegurando que el pasado lunes 2 de noviembre, durante una nueva formalización a cinco presos políticos mapuche de Choque y Pascual Coña, de la comuna de Tirua, otro caso similar salió a la luz pública en el Juzgado de Garantía de Cañete.
Cesar Parra Leiva: Denuncia delación, extorsión, chantaje, tortura y amenaza de muerte
Tras más de un año de amedrentamiento permanente de parte del Ministerio Público y la policía, Cesar Parra Leiva, comunero de Choque, se atrevió a denunciar los motivos de que se encuentre privado de libertad: su negativa a transformarse en un “testigo protegido” de la Fiscalía. Ante dicha negativa, sus familiares denuncian que el Ministerio Público cobró venganza y lo formalizó por el ataque al Campamento Ranquilhue de Forestal Mininco.
De acuerdo a Parra, “un día andaba en Cañete, fui a comprar una botella de pisco y me detuvo un guardia del supermercado que me dijo que yo estaba robando, y llamó a carabineros. Llegó una pareja de carabineros y me llevaron a la comisaría. Me preguntaron de donde era, yo les respondí que de Choque. Después llegó un carabinero Sanzana y empezaron a insultarme y cachetearme, diciéndome que yo sabía quién había quemado la casa de González (Campamento Ranquilhue). Me dijeron que tenía que nombrar a Héctor LLaitul y Ramón LLanquileo, y me mostraron unas fotos. Estuve una noche y al otro día me llevaron a declarar ante el fiscal Morales.”
“Tiempo después llegaron a mi casa y me dijeron que el fiscal Elgueta quería hablar conmigo, y me llevaron nuevamente. Elgueta me dijo que tenía que declarar lo mismo que me dijeron los carabineros y me hicieron firmar unos papeles, o me iba a mandar a matar”, le amenazaron.
“Otro día andábamos cazando con mi hermano y unos amigos, cuando llegó una patrulla de carabineros y nos detuvo. Nos comenzaron a golpear con las culatas de las armas en la cabeza, y nos arrastraron y patearon en el suelo, a mi hermano hasta le quebraron un diente. Nosotros tenemos las fotos de esto. Quisimos hacer la denuncia y fuimos a la Fiscalía de Cañete a contar lo que nos había pasado, pero nos dijeron que dichos papeles los iban a mandar a la Fiscalía Militar de Concepción. Tiempo después fuimos allá, pero no había nada”, aseguró.
“Nuevamente (carabineros) llegaron hasta la comunidad, donde nos encontrábamos trabajando en la casa de mi hermano. Esta vez me dispararon dejándome herido por lo que debí ser trasladado hasta el hospital de Cañete”, denunció Parra Leiva. Dicho relato concuerda con el diálogo sostenido con este periodista, quien viajó en octubre pasado a dialogar con él en la cárcel El Manzano de Concepción. En aquella oportunidad pidió no hacer pública esta denuncia hasta que los familiares no lo decidieran.
A juicio de los prisioneros políticos mapuche de Concepción, en el caso de Cesar Parra se configuran los delitos de “delación, extorsión, chantaje, tortura, y amenaza de muerte”. Por eso hacen un llamado a “no dejarse a engañar por ellos (los fiscales), a no aceptar sus ofrecimientos y a denunciar sus amenazas y chantajes, y a que se investiguen estos hechos.
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