mercredi 29 juin 2011

Wiñoy Tripantu en el Nahuel Huapi – Bariloche


El Wiñoy Tripantu, la vuelta del sol, ceremonia ancestral de nuestro pueblo, nos volvió a reunir como en años anteriores y el espíritu y predisposición nos acompañó durante los días martes 21 y miércoles 22 del corriente mes.

El día lunes comenzamos a trabajar muy tempranamente, estamos construyendo una Ruka (casa mapuche), faltan paredes, pero logramos resguardarnos del viento con elementos que teníamos a mano, también realizamos la limpieza general, luego armamos los bancos, que nos permitirían aguardar la madrugada de manera más cómoda.

El día de la junta, al caer la tarde, comenzamos a llegar, de a poquito, todos los peñi (hermanos), lamgen (hermanas), pichi zomo (niñas), pichi wentru (niños). Llegamos alrededor de 45 hermanos y hermanas, todos con un mismo objetivo, pasar la noche más larga, alrededor del fogón, esperando la vuelta del sol, y participar todos juntos con la naturaleza en la renovación y emergencias de nuevas vidas.

Mientras las mujeres cocinaban en la casa un guiso con los ingredientes que habíamos llevado cada uno, los hombres mantenían el fuego para pasar la noche, en la ruka, que se encuentra a unos metros. Cenamos en dos tandas ya que éramos muchos, primero los niños y mayores y luego los más jóvenes. Toda la noche estuvimos en la ruka, unos conversaban y compartían su conocimiento, otros tocaban instrumentos como el kultrün, la pifilka, la trutruka y el trompe. Allí también hicimos purrun (baile) en torno al fogón, en el cual nuestros Pichikeche (niños) nos transmitieron su fuerza y alegría. Alka trekalekan wiñotuy antu, a pasito de gallo vuelve el sol.

Así pasamos la noche más larga esperando el wiñoy tripantu, a partir de este momento los días comenzaran a ser más largos y las noches más cortas. En la madrugada, bien temprano, comenzamos los preparativos para la ceremonia, cargamos los metawe (vasijas), la yerba y el muday. Algunos jóvenes fueron momentos antes al lago a encender el fuego para pasar el frio, la ceremonia iba a ser larga.

Todos, mayores, jóvenes, hombres, mujeres y niños, caminamos juntos hasta las orillas del lago Nahuel Huapi, dejando atrás la ruta, la terminal de ómnibus, y las vías del tren. Allí realizamos nuestro gillatun, ceremonia de conexión e interacción con los espíritus de la naturaleza y los antepasados, para agradecerle por la finalización de un ciclo de vida y permitir recibir el siguiente. Nos bañamos y mojamos en el lago para recibir las primeras aguas que nos permiten purificar nuestro cuerpo y espíritu, para esperar de esta manera el wiñoy tripantu.

En el momento que salió el sol, se dio un paso a una nueva vida en la tierra y en la naturaleza, y nosotros hemos dado un paso a una nueva relación y vínculo con los espíritus y antepasados, con las nuevas fuerzas y con nuestra Ñuke Mapu (madre tierra)

Firma: equipo de comunicación mapuche Pu Lafkenche (gente de los lagos) de la Ruka mapuche Furilofche.

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