samedi 18 février 2012

Despiden a integrante del pueblo Ngäbe-Buglé muerto por la Policía Nacional de Panamá


La lucha de los pueblos indígenas por la usurpación de sus tierras, derechos de su lengua y cultura, sigue viva en Latinoamerica. El pueblo Ngäbe-Buglé quien mantiene su rechazo a proyectos mineros e hidroeléctricas en Panamá, sufrió la muerte de uno de sus hermanos, el 5 de febrero de este año, a manos de las fuerzas policiales del gobierno y recién ayer jueves pudo ser sepultado.

Imagen: http://www.flickr.com/photos/misc-mar/

FLOR DEL ROSARIO BOCHAREL, Fuente: http://ukhamawa.blogspot.com/

ADIÓS. Los indígenas vinieron de todas las comarcas del país, caminaron hasta Llano Tugrí para cargar en hombros el féretro, despedir al joven Jerónimo, y decirle que seguirán luchando hasta el final. ESPECIAL PARA LA PRENSA/Flor Bocharel

Con el mensaje de que el espíritu de un pueblo nunca muere, el sacerdote indígena Nicanor Jiménez instó a miles de personas que llegaron hasta Llano Tugrí, en el corazón de la comarca Ngäbe Buglé, para despedir a Jerónimo Rodríguez Tugrí, les instó a que su sacrificio no quede en el olvido y que su obra sea fecunda entre los pueblos.

La cacica general Silvia Carrera, quien participó en todos los preparativos mortuorios, rechazó la idea de convocar a un referéndum para determinar si son necesarias las hidroeléctricas en la comarca Ngäbe Buglé.

“No le tengo miedo al resultado de un referéndum, señaló, debieron morir dos personas que estaban comenzando a vivir para que el Gobierno nos escuchara, y todavía nos dan mucha vuelta en la Asamblea Nacional”.

Seguidamente puntualizó que el pueblo le ha dicho que no quiere minas ni hidroeléctricas, y subrayó que el presidente, Ricardo Martinelli, debe escuchar al pueblo que lo eligió.

Carrera pidió a los políticos que no se tome el tema de protección de los recursos naturales y minerales de la comarca para ganar adeptos. “Nosotros no hemos pedido nada a los políticos, pedimos respeto”, sentenció.

Ritual del adiós

El cuerpo de Jerónimo Rodríguez Tugrí llegó hasta las montañas verdes y agrestes que le vieron nacer hace más de 27 años, a la medianoche del 14 de febrero.

Allí, ni el frío ni el fuerte viento que sopla en la Cordillera Central fueron impedimento para que sus compañeros, amigos, familiares y aun quienes no le conocían, le velaran en su humilde rancho. Un trago de cacao caliente se sirvió en su nombre, se entonaron cantos en lengua ngäbe y se celebró el ritual de las luces.

Al salir los primeros rayos del sol, sus padres Vicencio Rodríguez y Elena Tugrí, sus hermanas Mirna y Marlenys, su esposa Fidelina Gallardo, salieron con riguroso luto. Las mujeres, cubriendo sus rostros llorosos con una sábana blanca, pasearon el féretro por el pequeño villorrio. A las 11:20 a.m. fue llevado a la capilla.

Allí, los sacerdotes Adonaí Cortés, Carlos De La Cruz, Eusebio Pedrol, John Fitzgerald y Nicanor Jiménez presidieron y oficiaron la eucaristía. La capilla se quedó pequeña para la cantidad de participantes que llegaron hasta esas montañas, en vehículos todo terreno, a caballo y a pie.

Fraternales

Delegaciones de las comarcas hermanas de Guna Yala, Emberá Wounnan, Naso Tjërdi, Bocas del Toro y Veraguas llegaron hasta las lejanas montañas de Llano Tugrí para despedir a Jerónimo, en la capillita que lleva por nombre san Juan Diego, en honor al indio nahuatl en cuya tilma se reflejó la imagen de la virgen María de Guadalupe, en México.

Pasadas las 2:00 de la tarde, su cuerpo fue sepultado en el cementerio familiar, en una pequeña fosa en forma de “L”, hacia el lado derecho de los visitantes, ya que las creencias ngäbes buglés advierten que al cuerpo del difunto no debe caerle el peso de la tierra encima.

Se le cubrió con hojas de lagarto para alejar los malos espíritus, se fumó tabaco y se derramaron muchas lágrimas. Su padre, Vicencio, recordó que su hijo, quien sirvió como buko day (policía de la comarca), fue un muchacho serio, quieto y que le gustaba jugar al fútbol.

“Trabajaba en Boquete, siempre nos visitaba... estoy muy triste... primero estuve confundido con su identidad cuando escuchábamos en la radio sobre los enfrentamientos en el cruce de San Félix”, así se expresó el progenitor de Jerónimo.

Juvencio Kantule, de Guna Yala, llegó como dirigente indígena a dar el respaldo a sus hermanos ngäbe buglé, tras expresar que lo ocurrido en San Félix fue un crimen de lesa humanidad, donde se masacró a los indígenas por intereses mezquinos.

Petición

Fidelina Gallardo, viuda de Jerónimo, con quien procreó tres hijos, demandó del Gobierno auxilio económico para su familia, toda vez que su esposo era el único sostén y ahora sufren desamparo. Para Fidelina, su muerte fue un crimen sin razón.

Hoy se reinicia el diálogo

El diálogo entre dirigentes indígenas de la comarca Ngäbe Buglé con el Gobierno y diputados de la Comisión de Comercio de la Asamblea Nacional para adecuar el artículo 5 del proyecto de ley 415 que crea una ley especial para la protección de los recursos minerales e hídricos, se reanudará hoy a las 2:00 p.m. con la expectativa de llegar a un acuerdo final en el punto 2 referente a la cancelación de concesiones para construir hidroeléctricas en la comarca y áreas anexas.

Luego de un receso de dos días, los representantes del Gobierno en este diálogo confían en que llegarán a un acuerdo en este tema, mientras los indí-genas insisten en que se cancelen las concesiones vigentes de proyectos hidroeléctricos dentro de la comarca y áreas anexas.

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