samedi 1 février 2014

Lo nefasto del decreto forestal 701 y su contraposición a las necesidades sociales

“No se puede incentivar la plantación de especies exóticas a diestra y siniestra sin antes tener claro dónde, cuánto y qué se puede plantar, y no solo desde el punto de vista biofísico, sino además desde la perspectiva social, cultural, ecológica y económica. 

Este es el trabajo que no se ha hecho en Chile. Y si no se ha hecho este trabajo relacionado con el establecimiento de la masa forestal, menos se ha hecho el trabajo de regular los sistemas de cosecha de las plantaciones forestales, que en general utilizan tala rasa a tamaños no regulados…”

Las Falencias del DL 701. Y su distancia con la demanda social.

FORESTALES1

Por Pablo Huaiquilao

Ing. Forestal

Corporación Pewün Kimun

Pensar en aprobar una Ley que extiende al DL 701 por 20 años más, en las actuales condiciones, es no entender lo que la sociedad en la actualidad demanda de un cuerpo legal que tanta influencia tiene en la composición de territorio asociado al pueblo Mapuche y a las familias campesinas.

Por un lado el proyecto de ley que propone el gobierno desconoce completamente los impactos que ha generado el modelo de monocultivos forestales exóticos  a gran escala, considerando como único factor para su puesta en marcha, los indicadores macroeconómicos del sector forestal como exportador de materias primas. Esto es engañoso en lo sustancial, debido a que este sector presenta excelentes niveles de ingresos macroeconómicos, beneficios que son de casi exclusiva satisfacción de los grupos económicos que controlan a las megas empresas forestales, en perjuicio evidente de la población local donde se concentran sus plantaciones. No de balde estas empresas muestran constantes conflictos con habitantes rurales como comunidades mapuche y parceleros no mapuche en el Sur de Chile. En este sentido, si son razones exclusivamente económicas las que determinan extender el DL 701 por 20 años más, entonces se volverá a cometer el error de dejar en manos del mercado, en este caso oligopólico, la conformación de extensas superficies de plantaciones forestales en zonas que ya muestran evidentes síntomas de saturación de su capacidad de carga.

Yendo un poco más profundo en el análisis del sector forestal basado en los monocultivos de especies exóticas, cabe mencionar que este modelo ha conformado un sistema productivo eminentemente vulnerable a factores que potencialmente lo pueden afectar en su totalidad. Esto se basa en una premisa básica de la Ecología, mientras más diverso un sistema ecológico, mayor capacidad de resiliencia posee para enfrentar factores de disturbios externos, por el contrario, mientras menos diverso, entonces posee menor capacidad para resistir y por lo tanto, mayor vulnerabilidad; es el caso del modelo de plantaciones forestales en Chile, que posee más de 2 millones de hectáreas de superficie basado en 2 especies exóticas de rápido crecimiento, es decir, este modelo vive en constante amenaza de invasión de plagas y agentes bióticos que pueden en cualquier momento causar pérdidas sustanciales al patrimonio de las empresas. De ahí que se hayan destinado millones de dólares por parte del Estado en un sistema de control fitosanitario forestal con énfasis en las dos especies exóticas económicamente más importantes.

Capítulo aparte es el creciente riesgo que representa la extensiva superficie forestal exótica para la vida de las personas, de la fauna,  y de los bienes de millones de personas, debido a los incendios forestales. ¿Existe algún ordenamiento del territorio que minimice el riesgo de propagación de incendios forestales a la población humana? NO, ¿existen medidas concretas de parte de las empresas forestales para aislar el riesgo de incendio de sus plantaciones de centros poblados o comunidades vecinas? NO. Es más, las empresas forestales mantienen superficie plantada a metros de las casas de vecinos y centros poblados en muchos lugares y esto no es preocupación de ninguna autoridad, menos de los expertos del Ministerio de Agricultura que han diseñado sin ninguna consideración, más que la económica, la extensión del DL 701 por 20 años más.

Esta evidente vulnerabilidad es extensiva también a lo económico. 

Y digámoslo con todas sus letras, este país no aprende de su historia, porque lo que pasó con el salitre también puede pasar con la celulosa, que es el producto base del modelo forestal chileno. También una premisa básica de la economía, la diversidad económica genera una economía más estable, o dicho de otra forma, hay que poner los huevos en distintas canastas. Y es precisamente esto lo que no desea hacer el gobierno actual, y muy probablemente el siguiente. Basar todo un sector productivo en un 70% en el Pino radiata y un 30% en el Eucaliptus glóbulus para producir mayoritariamente celulosa, es un riesgo evidente y muy poco inteligente.

Es necesario, por lo tanto, comenzar a pensar en un cuerpo legal que dé garantías de generar un modelo inteligente, diversificado y que genere más beneficios locales que impactos.

No se puede incentivar la plantación de especies exóticas a diestra y siniestra sin antes tener claro dónde, cuánto y qué se puede plantar, y no solo desde el punto de vista biofísico, sino además desde la perspectiva social, cultural, ecológica y económica. Este es el trabajo que no se ha hecho en Chile. Y si no se ha hecho este trabajo relacionado con el establecimiento de la masa forestal, menos se ha hecho el trabajo de regular los sistemas de cosecha de las plantaciones forestales, que en general utilizan tala rasa a tamaños no regulados.

La idiosincrasia chilena, que al parecer incluye a los gobiernos y al poder legislativo, mantiene la costumbre de “por el camino se arregla la carga”, es decir, primero hay que incentivar las plantaciones y después, si surgen dificultades, vemos que hacemos. Y esta lógica es la que ya ha demostrado ineficiencia en generar desarrollo en los territorios donde se concentra la actividad forestal.

Es imprescindible además incluir en este análisis la figura de la CONAF, y aquí hay que hacer una gran distinción. La mayoría de los profesionales, aquellos ligados al manejo del bosque nativo, a las ASP del Estado y aquellos que atienden en terreno a los pequeños propietarios campesinos, son críticos de la inclinación de esta Institución hacia el incentivo de plantaciones exótica, y del proyecto de Ley que desea extender este cuerpo legal por 20 años más. Es imprescindible, en este sentido, discutir el estado y el rol de la CONAF como institución pública en el sector forestal chileno. La CONAF actual no da el ancho (a pesar del excepcional trabajo de la mayoría de sus funcionarios) para acompañar la creación de un sector forestal diversificado, saludable y exitoso de verdad.

Es muy distinto generar recursos al menor plazo posible, a costa de externalidades que no se consideran, que generar Desarrollo en forma responsable. Es esto último es lo que demanda la sociedad, cuerpos legales bien pensados, no improvisados. Si la lógica es poner primero la carreta antes que los bueyes, entonces los territorios del sur de Chile están condenados a la pobreza y al incremento de conflictos que ya conocemos.

http://mapuexpress.org

Aucun commentaire: