samedi 9 juillet 2011

Chile en 400 palabras - Por Pedro Cayuqueo


AZKINTUWE / http://www.azkintuwe.org/20110707_007.htm

* Publicada en la Edición N°400 de The Clinic / www.theclinic.cl

Chile en 400 palabras

¿Es agudizar el enfrentamiento racial el camino para la lucha mapuche en Chile? No he escuchado a nadie plantear delirante discurso al sur del Bio Bio. Pero hay chilenos que así lo temen. Lo temen cuando uno señala "no sentirse chileno", por ejemplo.

POR PEDRO CAYUQUEO

"¿Te sientes chileno Pedro?”, me lanzó cierto académico en un foro sobre multiculturalidad de una elitista universidad privada santiaguina. “No, no me siento chileno y créanme que bastante poco hacen ustedes para que esto cambie”, fue mi respuesta. Respondí honestamente y mis palabras, sin buscarlo, afectaron a muchos en el auditorium. Las caras de sorpresa (y en algunos de indignación) resultaban más que evidentes. No precisamente porque desesperasen con mi adscripción “nacional”; más bien por lo peligroso que les debió resultar que un mapuche, en apariencia “educado” y “civilizado”, para más remate tuitero, amante del rock y las series de televisión gringas, siguiera insistiendo en sentirse “mapuche” y no precisamente “chileno”. “Incluso más, cada vez que cruzo a la ribera norte del Bio Bio siento que salgo del país… del País Mapuche, por supuesto”, agregué buscando provocar.

Y es que si bien una buena educación te puede permitir “pasar piola” en la sociedad dominante (“asimilación”, le llaman los estudiosos), también te puede transformar en un furibundo Malcom X. En mi caso, lo primero jamás aconteció. ¿Lo segundo? Reconozco que solo por un tiempo. Malcom X abogaba en los 60’ por los derechos de los afroamericanos en EE.UU. Y lo hizo sobre todo agudizando los antagonismos, el enfrentamiento racial. Mal no le fue en su intento; terminó finalmente asesinado, es decir, cosechando aquello que tanto sembró. ¿Es este el camino para la lucha mapuche en Chile? No he escuchado a nadie plantear delirante discurso al sur del Bio Bio. Pero hay chilenos que así lo temen. Lo temen cuando uno señala “no sentirse chileno” o cuando uno rememora el “País Mapuche” de los abuelos. Y del temor pasamos a la desconfianza. Y de la desconfianza al no dialogo. Y del no dialogo a la imposibilidad de construir, en la diferencia, como sociedades hermanas, un destino común.

Me pasó en el colegio de mi hija. Fue a propósito de las celebraciones escolares de fiestas patrias. Conocedora de “mis posturas” (no sean mal pensados), cierto día su profesora se acercó para preguntar temerosa; “¿Don Pedro, su hija podría izar el lunes el pabellón nacional?”. “Por supuesto”, respondí sonriente y hasta cierto punto orgulloso de la enana. “¿Entonces usted no tiene ningún problema con la bandera chilena?”, preguntó bastante intrigada. “¿Problema yo?, ninguno… son ustedes los que al parecer tienen un problema con la mía”, respondí. Ambos terminamos sonriendo. Chile en 400 palabras.

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