lundi 18 juillet 2011

Movimientos, líderes indígenas y Estado


Por Eduardo Andrés Sandoval Forero

esaforero2002@yahoo.com

Junio de 2009

Fuente: http://pegundugun.wordpress.com/2011/07/16/movimientos-lideres-indigenas-y-estado/#more-189

El tema de los líderes y de los intelectuales indígenas (orgánicos o no en el sentido gramsciano), es un asunto como todo el mundo indígena, bastante complejo, que imposibilitan cualquier generalización. Su gran importancia amerita análisis y discusiones más profundas, que tiene que ver incluso con las definiciones de quién es un líder indio y quién es un intelectual indígena, mismos que en todos los casos no son equiparables, pues no todo líder es un intelectual

indígena, de la misma manera que no todo intelectual de los pueblos indios, es líder.

Por lo pronto traemos a colación el planteamiento de Umberto Eco en su texto de los Cinco escritos morales, donde dice que: Los intelectuales como categoría son algo muy vago, ya se sabe.

Diferente es, en cambio, definir la “función intelectual”. La función intelectual consiste en determinar críticamente lo que se considera una aproximación satisfactoria al propio concepto de verdad; y puede desarrollarla quien sea, incluso un marginado que reflexione sobre su propia condición y de alguna manera la exprese, mientras que puede traicionarla un escritor que reaccione ante los acontecimientos con apasionamiento, sin imponerse la criba de la reflexión. (Eco, 1998: 14-15).

A partir de lo manifestado por Umberto Eco,podemos inferir que hay intelectuales indígenas y líderes también que han asumido compromisos unos a favor y otros en contra de los movimientos sociales indios. Estos últimos caben en lo que denomina el Sub-Marcos, “La derecha intelectual”, o los “intelectuales de arriba”, que son los que “dicen qué es ciencia y qué no, qué es serio y qué no, qué es debate y qué no, qué es verdadero y qué es falso; en suma, qué es inteligente y qué no”. El común denominador de los “intelectuales de arriba, según el

Subcomandante insurgente en su escrito de “La Otra Teoría”, “está en su fundamento: simular humanismo donde sólo hay sed de ganancias, presentar al capital como síntesis del devenir histórico y ofrecer la comodidad de la

complicidad por la vía de las becas, el pago de publicidad y la interlocución privilegiada” (Marcos, 2006). Sin duda muchos de ellos han abandonado la labor intelectual y su principal labor es la de servir de ideólogos del sistema capitalista.

Otros intelectuales, los que se encuentran en las comunidades, trabajan junto a ellas, luchan con ellas, y participan en el movimiento indígena, construyen otra reflexión teórica, otros debates, y otras perspectivas sobre el qué hacer indígena en su totalidad, eso lo hacen los zapatistas, desde abajo y desde la izquierda.

Dejaremos para otra ocasión la función intelectual y los intelectuales, y continuamos con los líderes, que para efectos prácticos del presente trabajo, son aquellas personas que en principio, son aceptadas y reconocidas por la

comunidad como dirigentes que condensan el pensar y el hacer de la historia, la cultura, la memoria, la política y la lucha propia de cada pueblo indígena. El líder tiene visión de futuro y es ejemplo de lucha tenaz contra todo lo adverso al proyecto de los pueblos indígenas. Son líderes naturales aquellos que emergen en la resistencia étnica-cultural de las propias comunidades, con influencia efectiva y real, siendo respetados, queridos y seguidos por sus comunidades, por ese servicio incondicional que tienen con su pueblo, marcado por la honestidad, honradez, sinceridad, sacrificio, y aplicación de los principios que el Congreso Nacional Indígena y el EZLN han definido como fuerza de su cosmovisión: “servir y no servirse”, “proponer y no imponer”, “convencer y no vencer”, “representar y no suplantar”, “construir y no destruir”, “bajar y no subir”, todo ello con el “mandar obedeciendo”.

A partir de lo mencionado, ¿cuál es situación de los líderes indígenas en América Latina? En su generalidad han sido perseguidos, amenazados, encarcelados, desaparecidos y asesinados por organismos policiacos del Estado, por

terratenientes, caciques, grupos paramilitares, y también por grupos guerrilleros.

En los tiempos de las dictaduras militares en el cono sur, literalmente descabezaron a los movimientos indígenas de sus líderes. Otros líderes han sido comprados, cooptados, controlados y puestos al servicio del Estado, incluyendo el manejo del discurso indio y la folclorización de sus culturas. Otros tantos se han convertido en instrumentos políticos y de control social de las organizaciones de cooperación internacional que dicen trabajar para el “desarrollo” y para la “paz”.

El sistema político en cada país ha utilizado a líderes indígenas para sus propósitos de política indigenista, para el control social y político, y para la demagogia internacional. Algunos líderes indios han sido militantes y dirigentes

importantes de partidos políticos tradicionales, de izquierda electoral, o de partidos de reciente creación, muchos de ellos surgidos de movimientos sociales indígenas. Varios son los líderes indios en América Latina que han obtenido curules en el senado, en la cámara de diputados, en las asambleas, en los ministerios y secretarías de Estado, así como en las presidencias municipales.

La mayoría de estos líderes que han incursionado en la política de Estado, aunque continúan manejando y manipulando el discurso indio, se han divorciado de sus comunidades, de los movimientos sociales, y se han convertido, en muchos casos, en el pilar importante de las políticas estatales contra los pueblos indígenas. Han abandonado el servicio comunitario voluntario y gratuito, la colectividad, el trabajo comunitario, la consulta y toma de decisiones en la interminable democracia asambleísta, la rotación de cargos, y todas esos elementos significatorios de la vida sociocultural y política india, por el puesto político altamente remunerado, por las componendas, transas, “acuerdos”, negociaciones, y conveniencias personales o de sus partidos políticos. Guillermo Bonfil denominó a estos líderes, “dirigentes ex oficio”, aquellos que están totalmente desindianizados, a los que el Estado, las iglesias y los partidos políticos requieren para que asuman el papel de representantes o dirigentes indos en función de los intereses del estado y sus instituciones. Son aquellos representantes ficticios (Bonfil, 1981: 99-125).

El Antropólogo del “México profundo”, en 1981 señaló la aparición de un nuevo actor social entre los indígenas. Los denominó los “dirigentes recuperados o reindianizados”. Son los indígenas que han participado en las instituciones del

indigenismo integracionista de los años 60 y 70, “pero ahora se organizan en base a su indianidad residual y recobrada, en defensa de su identidad y de su pueblo (Bonfil, 1981: 123). Los críticos de la corriente etnicista consideran que estos “indígenas retornados” son producto del indigenismo y de las estrategias del Estado para controlar a los movimientos sociales y cooptar a los dirigentes.

En otra senda se encuentran los líderes indianizados, aquellos que luchan incondicionalmente con los principios de servicio a la comunidad en función del reconocimiento como pueblos diferenciados culturalmente en una nueva relación justa y digna con el Estado la sociedad mestiza a través de la aplicación de sus derechos políticos, culturales, jurídicos, económicos y sociales.

Sin duda que en el mundo indígena encontramos estos y muchos otros tipos de líderes, los cuales predominaran de acuerdo a tiempos, espacios, y momentos históricos endógenos y exógenos de los movimientos indígenas. A pesar de todo ello, el mundo de los pueblos indígenas continúa su existencia en medio de relaciones y contradicciones interétnicas, las cuales presentan diferentes situaciones en sus vivencias que dificultan o facilitan las condiciones de vida de tipo conflictivo o pacífico, democrático o antidemocrático.

Sin duda que la desviación política de muchos líderes indígenas es otra de las emergencias y desafíos que tienen los pueblos indígenas en América Latina.

Referencias bibliográficas:

BONFIL Guillermo (1995). Obras escogidas, tomo 3, “Las organizaciones políticas indias” (1981), México: Instituto Nacional Indigenista, INAH, Consejo General de Culturas Populares, Secretaria de la Reforma Agraria, CIESAS.

ECO, Umberto (1998). Cinco escritos morales. Barcelona, Ed. Lumen

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