Comisión Intereclesial de Justicia y Paz /
De acuerdo con las víctimas de la operación armada, los paramilitares llegaron hacia el sitio conocido como Lomitas copando lugares de tránsito y de trabajo de la población.
Desde hace once días la incursión armada al territorio por parte de los paramilitares fue informada al gobierno de Colombia, sin que se hubieran adoptado medidas concretas.
La información aportada a instancias del poder ejecutivo indicaba con precisión los sitios de movilidad de los paramilitares para acceder a Cacarica.
Desde hace once días no se conocen actuaciones concretas de control y de represión de la fuerza pública ni que plan de actuación preventiva se adelantó. Los hechos constatan que si hubo algún plan preventivo esté ha sido ineficaz.
Por el contrario, desde el mes de abril se han denunciado las actuaciones cómplices, las omisiones, las tolerancias de la policía de Urabá y de la brigada 17 con las actuaciones paramilitares que se desarrollan en Turbo, en Río Sucio y sobre el río Atrato.
Los pobladores temen verse obligados a un desplazamiento forzado o a la comisión de daños graves contra su vida e integridad por parte de paramilitares, pues estos anunciaron que llegarían en las próximas horas a las Zonas Humanitarias y los poblados de El Limón y Bijao.
Los armados sostuvieron que tenían un listado de lideres y líderesas a las que conciben como guerrilleras. Los paramilitares Iindicaron que debían limpiar el territorio de guerrilleros y silenciar a quienes continúan sosteniendo la existencia del desarrollo del paramilitarismo y la paraeconomía protegido por la brigada 17 y estimulado por sectores empresariales de mucho poder.
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