mercredi 30 décembre 2009

Jardines infantiles mapuches fortalecen Identidad Nacional


Como en muchos jardines, los niños aprenden a través de la repetición, de cuentos y canciones. Por ejemplo, en el jardín Iluña Poreko Tañi Mapu de Macul cantan en rapa nui, aymará y mapudungun. Algunos, como el Kim Ruka de Maipú, tienen hasta una arquitectura similar a la de las viviendas mapuche, de forma ovalada....

FUENTE: [url=http://www.lacuarta.cl/noticias/para-servirle/pongale-harto-ojo/2009/12/89-68414-9-jardines-infantiles-mapuches-fortalecen-identidad-nacional.shtmlLa Cuarta
Por Ramiro García S.

Naciones Originarias - Kim Ruka, Relmu y Iluña Poreko Tañi Mapu son los nombres de algunos de los jardines infantiles que incorporan rito, idioma, alimentación e, incluso, arquitectura de inspiración en los pueblos originarios del país.
Los niños y niñas que participan en su mayoría son de ascendencia chilena.

Son 3.500 niños en edad pre escolar los que participan de estos establecimientos, que, además de ofrecer los conocimientos necesarios para niños de su edad, entregan elementos culturales de los pueblos originarios.

El programa es impulsado por la Fundación Integra y la Junji, tiene más de cien establecimientos y enseña las experiencias interculturales, además del idioma, ritos, mitos, historia, alimentación, música y cosmovisión indígenas.

Beneficios a la vista
Los jardines interculturales apuestan por la educación bilingüe. Los niños aprenden palabras y dicen frases cortas en mapudungun, aymará y rapa nui, entre otras lenguas indígenas.
Uno de los problemas que tienen estos jardines es encontrar gente que quiera enseñar la lengua mapuche.
A muchos abuelos no les gusta que sus nietos aprendan el idioma para no ser discriminados.
La solución ha sido una generación de jóvenes entre 20 y 30 años que se comprometió con la difusión de su cultura.

Como en muchos jardines, los niños aprenden a través de la repetición, de cuentos y canciones. Por ejemplo, en el jardín Iluña Poreko Tañi Mapu de Macul cantan en rapa nui, aymará y mapudungun. Algunos, como el Kim Ruka de Maipú, tienen hasta una arquitectura similar a la de las viviendas mapuche, de forma ovalada.

Los peques aprenden a cultivar hierbas, a conocer su uso medicinal, que se enseña como un juego para los cocolisos, y también algunos alimentos como la quinoa, el catuto (una masa de trigo) y el kofke, un pan mapuche. Estos establecimientos se transforman en una gran alternativa para los niños.

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