“Es importante que la gente sepa que detrás de la criminalización a Mapuches que reclaman o defienden sus tierras, están grupúsculos minoritarios acostumbrados a violar derechos humanos y que no tienen ningún escrúpulo en intervenir el aparato público para causar masacres estatales y de seguir aumentando las brechas de injusticia y desigualdad para todo un Pueblo”.
El Presidente de Chile en su raudo, policiaco y represivo paso por la región de la Araucanía, recientemente, señalaba ante las consultas de un medio local por la situación de los presos mapuches en huelga de hambre: "Yo quiero que la gente sepa quiénes son estas cuatro personas que están en huelga de hambre en un hospital de Concepción. Dos de ellos están condenados por homicidio frustrado, por haber intentado asesinar a trabajadores o a policías que fueron a protegerlos. ¿Vamos a permitir que ese homicidio frustrado quede impune?", afirmó el empresario chileno y Presidente.
En una reciente carta en el marco de su visita a la Araucanía para la declaración de zona ADI a Ercilla, indicaba: “El cuarto y último pilar es asegurar la paz, la seguridad, el orden público y la plena vigencia del Estado de Derecho en las zonas indígenas, pues esto es, sin duda, la primera y mayor responsabilidad de un gobierno. No vamos a permitir que la violencia e intolerancia de unos pocos frustren ni posterguen el desarrollo que nuestros pueblos originarios y regiones del sur tanto han esperado, necesitan y merecen”…
Cada vez que afloran con fuerza las protestas sociales Mapuche por tierras, más allá de los modus operandi, siempre vienen consigo políticas asistencialistas y frases célebres de sectores políticos conservadores y empresariales señalándolos como “violentistas”, “minoritarios”, “estado de derecho”, “desarrollo”.
¿Quiénes son los minoritarios?
Los minoritarios son aquellos que no conciben en establecer políticas de reparaciones de tierras ancestrales al Pueblo Mapuche porque significaría mermar el enorme acaparamiento que tienen unos pocos del mismo sector político – empresarial, llámense forestales o ciertos latifundistas-terratenientes de corte colonial
Como se ha venido sosteniendo, este sector, que son completamente identificables, representan la expresión de quienes son absolutamente minoritarios, cuyo perfil grupal y principal ha sido de justificar las violaciones a los derechos humanos, de lucrar despóticamente a costa del saqueo de arcas estatales, de la manipulación de instituciones públicas y de depredar territorios.
Llama la atención estas opiniones sesgadas presidenciables, las mismas que dicen empresarios forestales o la misma que indica el empresario golpista Agustín Edwards a través de su diario el mercurio, omitiendo verdades de fondo y diversidad de realidades, sin considerar que gran parte de las reclamaciones y protestas vienen desde hace muchos años atrás y con justa razón.
Esta gente se desenmarca categóricamente de los hechos de violencia que ha generado el estado chileno y sectores privados en el devenir, o sea ellos mismos, como también, de las imposiciones coloniales, las exclusiones, las negaciones, el despojo de derechos, la masiva usurpación de tierras Mapuche, el reduccionamiento de comunidades, el empobrecimiento y de las masacres estatales que se siguen viviendo en el presente. Para el presidente y sectores empresariales y coloniales, esos derechos humanos no tienen cabida, es mejor satanizar, demonizar y condenar la vida de jóvenes Mapuche, tirando la llave de sus celdas al olvido, mal que mal ¿no se les ha asesinado cierto?, como lo han hecho con Matías Catrileo, Alex Lemún o Jaime Mendoza Collío, a modo de ejemplo.
Así como se ha dicho en otras ocasiones, recordar al empresario y Presidente de Chile Sebastián Piñera y al sector minoritario que representa, que la base, la matriz del llamado “Estado de Derecho” es la de garantizar el respeto pleno a los Derechos Humanos y no de violarlos para satisfacer los intereses de grupúsculos empresariales híper-ideologizados.
¿Mapuches Violentistas?
Son familias, son comunidades, son autoridades tradicionales, consagradas en normas y tratados internacionales de derechos y en la legislación interna, que, independiente si son mayorías o minorías, dependiendo los parámetros que se quieran enfocar, tienen el absoluto derecho de disidencia porque están defendiendo intereses colectivos ante un modelo que abusiva y arbitrariamente insiste en homogenizar , con prácticas expansivas, de crecimiento depredador, con formas de lucro insensatas, antiéticas , impositivas y varias brutales en su ejercicio, las que en suma, no han traído desarrollo, por el contrario, han intensificado pobreza, empobrecimiento, emigraciones y depredación de espacios necesarios para la existencia y en varios sentidos, la subsistencia.
Vale preguntarse: ¿Acaso no hay una política expansiva de monocultivos forestales en suelos Mapuche? ¿No hay una expansión de represas, centrales de paso y cuanto proyecto de inversión se les está ocurriendo en tierras ancestrales? ¿No hay gente que tiene miles y miles de hectáreas acaparadas mientras la gran mayoría de la población mapuche no tienen ni un centímetro de tierra? Eso es violencia estructural.
Derechos Humanos y Desarrollo Colectivo
A propósito del área de desarrollo indígena declarado en la zona de Ercilla, Región de la Araucanía, la tendencia oficial ha venido contraria al desarrollo como parte de los derechos colectivos. Diversos gobiernos, como la dictadura militar, los gobiernos de la concertación y el actual gobierno de la llamada “coalición”, han implementado en el marco del asistencialismo, políticas inorgánicas e inefectivas en soluciones, varias con características de colonialismo e incluso, con cortes racistas, sin participación y oportunidades para la decisión sobre qué formas de desarrollo se quiere, atendiendo la diversidad de los territorios, sus características y pertenencias de interés colectivo, por el contrario, hoy más intensamente, lo que se busca es la anexión de terrenos de los llamados “pequeños propietarios” a los descontrolados, desequilibrados y soberbios intereses de las mega industrias, intensificando la muerte de la vida rural, colapsando aún más los cascos urbanos, depredando territorios para la vida y la de un verdadero desarrollo para las culturas ancestrales.
Ante esta realidad, la situación descrita debe ser un llamado de atención para quienes asumen funciones públicas, como también para los sectores políticos que se visten de pro democráticos y en general, a los sectores respetuosos de la vida y los derechos ¿para qué? para asumir una posición y definición clara frente a esta afrenta violatoria y transgresora y que quede de una vez delimitado quien es quien, o se está por el respeto irrestricto de los derechos colectivos de un Pueblo y el afán de hacer justicia, o se está con sectores minoritarios acostumbrados a violarlos, a criminalizar y responder a demandas y exigencias de reparación con militarizaciones, montajes, abuso de poder.
También, como ya se ha dicho a estos sectores deshumanizados, por mucho que les moleste la existencia Mapuche, por mucho que les irrite la existencia de normas y tratados internacionales de Derechos Humanos, van a tener que aprender a respetar y convivir. Es inconcebible que por un puñado de violentistas y acaparadores se continúe intensificando las brechas de desigualdad e injusticia al Pueblo Mapuche.
Finalmente, parafraseando al empresario y mandatario, es importante que la gente sepa que detrás de la criminalización a Mapuches que reclaman o defienden sus tierras, están grupúsculos minoritarios acostumbrados a violar derechos humanos y que no tienen ningún escrúpulo en intervenir el aparato público para causar masacres estatales y de seguir aumentando las brechas de injusticia y desigualdad para todo un Pueblo.
Alfredo Seguel
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