La destacada Comunicadora, documentalista y realizadora audiovisual Mapuche, continúa trabajando activamente para sacar a la luz la realidad en Chile / Su labor que refleja situaciones graves de violaciones a Derechos Humanos Mapuches, ha obtenido también varios galardones, entre los que destaca el Premio Ciudad de Córdoba a la Comunicación Solidaria
Fuente: Amnistiía Internacional
Actualmente, es la coordinadora general del Consejo Latinoamericano de Cine y Comunicación de los Pueblos Indígenas (CLACPI) que organiza esta semana en Madrid la Sexta Muestra de Cine "El universo audiovisual de los pueblos indígenas".
¿Qué se pretende transmitir con esta muestra?
Que el público español conozca lo que está ocurriendo en nuestros pueblos, con nuestra cultura. Porque hay un importantísimo porcentaje de pueblos indígenas que corren riesgo de extingurise y están viviendo una enorme violación de sus Derechos Humanos. También nos interesa mucho que se conozca al máximo nuestra cultura, y esta muestra es una
forma de expresar que somos un pueblo que tenemos algo que decir.
¿Usted cree que el cine es una buena herramienta para reivindicar los derechos de los ciudadanos y un instrumento de cambio para la sociedad?
El cine, el vídeo, las imágenes pueden mostrar toda una realidad. Te transportan a una realidad que ni tú te imaginas. Tiene una forma tan rica, tan especial de enseñarte toda la cultura, la realidad de una ciudad, o de un país… Además, el cine tambien sirve para desmitificar ciertos mitos sobre la comunidad indígena, como por ejemplo la mentalidad de la sociedad en general de que los indígenas son gente que se resite a la modernidad, a la globalización que se está dando en todo el mundo.
Y por otro lado, aunque relacionada con la anterior, está la idea equivocada que muestra al indígena como un ser puro,
incuestionable, porque esto no siempre es así, por ello intentamos mostrar a pueblos más humanos, con las mismas sensibilidades y debilidades que cualquier otra cultura.
incuestionable, porque esto no siempre es así, por ello intentamos mostrar a pueblos más humanos, con las mismas sensibilidades y debilidades que cualquier otra cultura.
En ocasiones utiliza su cine para denunciar las estrategias de las grandes corporaciones internacionales.
¿pero, qué es exactamente lo que condena?
Denunciamos la implantación de proyectos sin el consentimiento de las comunidades. A nadie le gusta que vayan a su casa, sin avistarle, que entren y te reestructuren tu casa. Aunque lo que se vaya hacer sea bueno, todos nos merecemos que nos avisen y escuchen nuestras peticiones y sugerencias.
Sin embargo, aunque con el cine se pueden conseguir muchas cosas, quiero remarcar que desafortunadamente, las películas por sí solas no pueden derrocar y acabar con la violación de los Derechos Humanos, sino que es necesario aplicar otras estrategias que tienen que ver con propuestas que surgen de los pueblos indígenas y que pueden salir de los organismos internacionales.
¿Cree que en esta sociedad hay una falta de información acerca de lo que ocurre en los pueblos indígenas?
¿Hay libre expresión en los pueblos de América Latina?
No existe libertad de expresión, porque somos sociedades que venimos de dictaduras formales y de dictaduras que se generan donde han sido los blancos los que han estado siempre en el poder. Y por ello los comunicadores encontramos tantas dificultades para mostrar nuestra voz.
Siempre tenemos que hacer frente a un problema de falta de información. En concreto, en América hay un cerco informativo y el flujo de información es muy selectivo, pues en todo momento dominan fuertes intereses y a veces obligamos a los medios a que nos cubran.
¿Ha cambiado la percepción de subordinación de la mujer en la sociedad en general?
¿Y en América Latina, en particular, qué avances se han logrado en torno a la igualdad de género?
Las mujeres indígenas tenemos triple discriminación: por ser mujeres, indígenas y pobres. Y esto hoy en día sigue siendo así aunque es verdad que sí que ha habido avances, pero aún queda mucho por hacer, por ejemplo, las mujeres tenemos dificil incluso el acceso a una cámara porque no no nos consideran capaces de poder hacerlo.
Alguno de los avances que se han logrado, es que en mi país ya se celebra el Dia de la Mujer y cada vez es más frecuente que las mujeres salgan a trabajar y ocupen puestos de más responsabilidad.
En cuanto a España, yo veo que hay en muchos lugares que está muy asimilado el tema de la igualdad, pero también considero que hay que seguir trabajando mucho, pues aún no se ha logrado el nivel de igualdad esperado, aunque es obvio que está mucho más avanzado que en Chile.
Usted es una férrea defensora de los Derechos Humanos, ¿Cómo valora la situación de éstos en Chile? ¿Cómo cree que se puede trabajar desde los medios de comunicación para ampliar los de los indígenas?
En Chile, tenemos un gran trabajo y una gran responsabilidad para visibilizar las violaciones de Derechos Humanos que se realizan en nuestro país, por ejemplo, en el caso de Chile existe un problema y es que dichas violaciones son solapadas por la propia sociedad que lo intenta cubrir. Hay una serie de situaciones que da cuenta de una ciudad menos equilibrada y muy polarizada donde la violación a los Derechos Humanos es como el pan nuestro de cada día y eso a veces nos impide darnos cuenta lo fuerte que son porque nos empezamos a acostumbrar a ello, viéndolo como una cosa normal y natural.
¿Cómo deben actuar los gobiernos extranjeros, especialmente el español, para mejorar la situación de su país?
¿Qué se debería hacer más?
El gobierno español ha sido uno de los que más nos ha apoyado, porque ha estado detrás de muchas de nuestras propuestas, impulsando talleres y procesos de comunicación. Cree que en nuestro proyecto y nos ha ofrecido continuidad, algo que es muy necesario para nosotros.
Me gustaría que los españoles en general y el gobierno de Chile vieran más allá de las cifras, porque estas no siempre reflejan la realidad. A veces la cooperación internacional no interviene, y no tienen como prioirdad Chile porque las cifras lo situan como un país desarrollado, pero en realidad no es tal y sufre una gran marginalidad y una enorme diferencia entre pobres y ricos.
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