Abogado Jaime Madariaga se refiere a los últimos hechos de violencia estatal y del asesinato del joven Jaime Mendoza Collío: ¿Es o no un problema de fondo que dos jóvenes mapuche sean asesinados por la espalda y por carabineros del Estado de Chile? … ¿Es o no un problema de fondo que un general de Carabineros afirme que no se iniciará una investigación administrativa por el asesinato de Jaime Mendoza Collío, a pesar de que el autor del delito ha sido procesado por la justicia?
“No es esa la sociedad en la que debemos ni queremos vivir. El desprecio del derecho de otros no es más que el desprecio de nosotros mismos. Despreciar los Derechos Humanos de uno es despreciar a todo ser humano”…
Fuente: http://www.elperiodico.cl/
Por Jaime Madariaga de la Barra
El sufrimiento de los pueblos nunca debe ser un mudo residuo de la política, sino que por el contrario, constituye el fundamento de un derecho absoluto a levantarse y dirigirse a aquellos que detentan el poder (Michel Foucault).
¿Es o no un problema de fondo que dos jóvenes mapuche sean asesinados por la espalda y por carabineros del Estado de Chile? ¿Cómo reaccionaría la sociedad si esas balas asesinas atravesaran la espalda de dos estudiantes de derecho que ocupan sin autorización su facultad?
¿Es o no un problema de fondo que un general de Carabineros afirme que no se iniciará una investigación administrativa por el asesinato de Jaime Mendoza Collío, a pesar de que el autor del delito ha sido procesado por la justicia?
¿Es o no un problema de fondo que, cuando son amenazados de muerte dirigentes mapuche de la Comunidad de Temucuicui, el Ministerio Público decide no investigar, lavarse las manos y que investigue un fiscal militar? Ese mismo Ministerio Público que, cumpliendo su obligación constitucional, decide investigar las amenazas de muerte contra el alcalde de Temuco.
¿Es o no un problema de fondo que cuando la víctima de la amenaza de homicidio es Huenchullán el delito no se investiga, pero sí se hace cuando la víctima es Becker?
Claro que lo son. Son problemas de fondo. Violar los Derechos Humanos siempre será un problema de fondo. Es cierto, que la determinación de cuál es la causa de dichas violaciones también lo es, pero conocer esa causa no puede hacernos creer que las violaciones a los Derechos Humanos sean menos importantes que las causas de las mismas. Ello es tan absurdo como pretender que es más importante conocer el por qué se torturó, asesinó, violó e hizo desaparecer en la dictadura de Pinochet, que el hacer y haber hecho justicia a las víctimas y a los familiares de las víctimas de tales atropellos.
Sostener que una de estas cuestiones es más importante que otra es una arrogante pretensión en la que se han sumergido demasiadas personas estos días, minimizando así la gravedad de las violaciones a los Derechos Humanos a que se ha visto sometido el Pueblo Mapuche.Más que poner nombres eufemísticos a los abusos, falta un reconocimiento institucional de las situaciones de violaciones de derechos humanos contra un Pueblo, y no estigmatizar aún más a las víctimas con títulos por sí mismos discriminatorios como el de “Conflicto Mapuche”.
Todo sin desconocer que existen autores de delitos de incendio y otros por los que se daña la propiedad privada. Esos autores, sin importar a qué pueblo pertenezcan deben ser condenados con penas justas, por su participación en tales hechos, y sólo por esos hechos, pero no por su origen racial ni por sus conductas de vida, pues juicios morales o de conductas de vida se acercan más a juicios contra judíos, homosexuales, gitanos u otros perseguidos a través de la historia. Y las condenas no deben ser ejemplares, deben ser justas, nadie puede ser condenado injustamente para servir como ejemplo para que otros no cometan delito.
No es esa la sociedad en la que debemos ni queremos vivir. El desprecio del derecho de otros no es más que el desprecio de nosotros mismos. Despreciar los Derechos Humanos de uno es despreciar a todo ser humano.
“No es esa la sociedad en la que debemos ni queremos vivir. El desprecio del derecho de otros no es más que el desprecio de nosotros mismos. Despreciar los Derechos Humanos de uno es despreciar a todo ser humano”…
Fuente: http://www.elperiodico.cl/
Por Jaime Madariaga de la Barra
El sufrimiento de los pueblos nunca debe ser un mudo residuo de la política, sino que por el contrario, constituye el fundamento de un derecho absoluto a levantarse y dirigirse a aquellos que detentan el poder (Michel Foucault).
¿Es o no un problema de fondo que dos jóvenes mapuche sean asesinados por la espalda y por carabineros del Estado de Chile? ¿Cómo reaccionaría la sociedad si esas balas asesinas atravesaran la espalda de dos estudiantes de derecho que ocupan sin autorización su facultad?
¿Es o no un problema de fondo que un general de Carabineros afirme que no se iniciará una investigación administrativa por el asesinato de Jaime Mendoza Collío, a pesar de que el autor del delito ha sido procesado por la justicia?
¿Es o no un problema de fondo que, cuando son amenazados de muerte dirigentes mapuche de la Comunidad de Temucuicui, el Ministerio Público decide no investigar, lavarse las manos y que investigue un fiscal militar? Ese mismo Ministerio Público que, cumpliendo su obligación constitucional, decide investigar las amenazas de muerte contra el alcalde de Temuco.
¿Es o no un problema de fondo que cuando la víctima de la amenaza de homicidio es Huenchullán el delito no se investiga, pero sí se hace cuando la víctima es Becker?
Claro que lo son. Son problemas de fondo. Violar los Derechos Humanos siempre será un problema de fondo. Es cierto, que la determinación de cuál es la causa de dichas violaciones también lo es, pero conocer esa causa no puede hacernos creer que las violaciones a los Derechos Humanos sean menos importantes que las causas de las mismas. Ello es tan absurdo como pretender que es más importante conocer el por qué se torturó, asesinó, violó e hizo desaparecer en la dictadura de Pinochet, que el hacer y haber hecho justicia a las víctimas y a los familiares de las víctimas de tales atropellos.
Sostener que una de estas cuestiones es más importante que otra es una arrogante pretensión en la que se han sumergido demasiadas personas estos días, minimizando así la gravedad de las violaciones a los Derechos Humanos a que se ha visto sometido el Pueblo Mapuche.Más que poner nombres eufemísticos a los abusos, falta un reconocimiento institucional de las situaciones de violaciones de derechos humanos contra un Pueblo, y no estigmatizar aún más a las víctimas con títulos por sí mismos discriminatorios como el de “Conflicto Mapuche”.
Todo sin desconocer que existen autores de delitos de incendio y otros por los que se daña la propiedad privada. Esos autores, sin importar a qué pueblo pertenezcan deben ser condenados con penas justas, por su participación en tales hechos, y sólo por esos hechos, pero no por su origen racial ni por sus conductas de vida, pues juicios morales o de conductas de vida se acercan más a juicios contra judíos, homosexuales, gitanos u otros perseguidos a través de la historia. Y las condenas no deben ser ejemplares, deben ser justas, nadie puede ser condenado injustamente para servir como ejemplo para que otros no cometan delito.
No es esa la sociedad en la que debemos ni queremos vivir. El desprecio del derecho de otros no es más que el desprecio de nosotros mismos. Despreciar los Derechos Humanos de uno es despreciar a todo ser humano.
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