Poco antes de regresar a su comunidad Huañaco Millao, en la comuna de Ercilla, el, lonko Juan Carlos Curinao –que se atendió en la Posta Central de Santiago de una infección provocada por perdigones incrustados en sus dos piernas- , se despidió de Juana Aguilera, de la Comisión Etica Contra la Tortura con estas palabras: “¡Tanto que hablan de la violencia del mapuche y los únicos que han sido muertos y han resultado heridos son los mapuche! ¿Cómo será esto de que la violencia se la hacen los mapuches contra ellos mismos? ¡También inventan que vienen otras gentes a meternos en conflictos! Eso es no querer ver lo que estamos planteando.
No necesitamos que venga nadie, porque nosotros tenemos claro cuáles son los derechos que estamos defendiendo y sabemos lo que buscamos: la vida y la tierra. Porque nosotros amamos la vida".
Por Lucía Sepúlveda Ruiz
http://periodismosanador.blogspot.com/
Poco antes de regresar a su comunidad Huañaco Millao, en la comuna de Ercilla, el, lonko Juan Carlos Curinao –que se atendió en la Posta Central de Santiago de una infección provocada por perdigones incrustados en sus dos piernas- , se despidió de Juana Aguilera, de la Comisión Etica Contra la Tortura con estas palabras: “¡Tanto que hablan de la violencia del mapuche y los únicos que han sido muertos y han resultado heridos son los mapuche! ¿Cómo será esto de que la violencia se la hacen los mapuches contra ellos mismos? ¡También inventan que vienen otras gentes a meternos en conflictos! Eso es no querer ver lo que estamos planteando. No necesitamos que venga nadie, porque nosotros tenemos claro cuáles son los derechos que estamos defendiendo y sabemos lo que buscamos: la vida y la tierra. Porque nosotros amamos la vida".
El lonko Curinao es uno de los dirigentes tradicionales que integra la Alianza Territorial Wenteche, impulsora de las recuperaciones de tierras realizadas desde finales de julio. Su comunidad reivindica territorio ocupado por las forestales en los predios Chiquitoy, El Trébol y el fundo El Cielo.
Viajó a la capital buscando calmar el dolor provocado por los perdigones incrustados en sus extremidades luego de ser herido al intentar acercarse para auxiliar al comunero Jaime Mendoza Collío, asesinado por el cabo Miguel Jara Muñoz,de las Fuerzas Especiales de Carabineros. Este disparó por la espalda a Mendoza y luego los policías siguieron disparando, impactando a Curinao en la parte posterior de sus piernas. A comienzos de julio de este año, este dirigente había viajado a la capital junto a un centenar de lonkos que solicitaron ser recibido por las más altas autoridades de gobierno, recibiendo como única respuesta la represión policial al acercarse al palacio de La Moneda.
Esta vez Curinao viajó a Santiago acompañado por Enrique Pérez, de la Comisión Etica Contra la Tortura de Temuco. Tanto en la región de la Araucanía como en Santiago, esa entidad de derechos humanos –apoyada por la recién constituida filial europea de la Comisión Etica –desarrolla una campaña nacional e internacional de denuncia por los asesinatos de comuneros mapuche y por el fin de la militarización de la zona que protagoniza las recuperaciones de tierras. La Comisión Ética Contra la Tortura (CECT) es una entidad de coordinación de organismos de derechos humanos y de personalidades de reconocida autoridad moral. En Santiago miembros de la entidad coordinaron los esfuerzos para recabar ayuda con médicos y trabajadores de la salud.
Luego de ser tratado, el lonko Curinao reveló que existen otros seis mapuche que también están viviendo los efectos de haber sido baleados con perdigones, pero evitan asistir a los centros de salud para no quedar detenidos.
Acceso a la salud
Además del riesgo real de detención,una dificultad adicional proviene del hecho de que hay mapuche de comunidades apartadas que no han ingresado nunca a los sistemas de atención médica, e ignoran cómo funcionan los sistemas de acceso e inscripción para ser atendidos en condición de gratuidad. No siempre los funcionarios les explican qué deben hacer y qué documentos se requieren para ello.
En el hospital El Salvador de Santiago, el pasado miércoles 19 el personal administrativo no cumplió con las normas esperadas de trato a un paciente con Víctor Benjamín Curinao (24 años, padre de familia), comunero de Wañako Millao quién perdió completamente la visión de un ojo, como producto del disparo de un balín que aún permanece alojado en esa cavidad. Benjamín Curinao se encontraba solidarizando con las familias de la comunidad de Temucuicui, cuando llegó carabineros disparando en medio de gritos y llantos de mujeres y niños. Era la tarde del 29 de julio, y a la misma hora, el subsecretario del interior Patricio Rosende sobrevolaba territorio mapuche en un helicóptero.
Con la agresión perpetrada por un agente del Estado no identificado, el comunero ha quedado prácticamente como discapacitado visual porque en su otro ojo ya tenía un déficit de 30% de visión. Próximamente intentará lograr un nuevo control médico. La primera atención la recibió en el Hospital de Victoria y posteriormente en El Salvador. En la capital, gran parte del tiempo lo ha pasado en las diversas ventanillas de regularización de papeles para la recaudación sin ser atendido. La Comisión Etica ha solicitado la intervención al más alto nivel del Ministerio de Salud para que pueda recibir el tipo de atención médica especializada requerido por su caso .
Palos y piedras contra balas y gases
Juana Aguilera, dirigente de la Comisión Etica Contra la Tortura, sostiene que el Lonko Juan Carlos Curinao les informó que la policía está haciendo uso de armas de largo alcance y que viven una situación de guerra; ellos con sus palos y sus piedras y la policía del Estado chileno, fuertemente armada con sus balas y gases.
“Nos explicó el lonko que los niños están viviendo tiempos muy duros, y que lo único que está logrando el Estado es que la juventud ‘se ensoberbie’ cada día más. El dice que de continuar esta escalada de injusticias, los mayores no lograrán detenerlos”, agregó Juana Aguilera.
El lonko comentó que habían tenido la expectativa de que la Presidenta Bachelet cumpliera su palabra de respetar los derechos de los mapuche de acuerdo al Convenio 169, de acuerdo a lo cual debería haber dado una fuerte señal destituyendo a la Intendenta Nora Barrientos, a los gobernadores de la zona, el general de carabineros Cristián Yevenes, al mando de las fuerzas de carabineros de la región de la Araucanía y al subsecretario del interior Patricio Rosende por su responsabilidad política en los hechos citados.
Acerca del diálogo
Juana Aguilera dio a conocer al lonko la declaración pública emitida por la Comisión Etica Contra la Tortura el 17 de agosto. En ella se plantea: “El llamado al diálogo realizado por la Presidenta de la República debe comenzar con la salida de la dotación policial de la zona y el término de sus ‘cuarteles’ en las propiedades de los latifundistas cuyas tierras el pueblo mapuche reclama. Retomar el diálogo significa desmilitarizar la zona mapuche y establecer una instancia donde personas de reconocida solvencia moral garanticen la real voluntad de diálogo.”
La entidad de derechos humanos declaró asimismo que el brutal asesinato de Mendoza Collío “da cuenta del pleno fracaso de las políticas gubernamentales sobre los asuntos indígenas. Responsabilizamos a las autoridades del Ministerio del Interior de la creciente militarización de los territorios mapuche, del amedrentamiento a su población, los allanamientos, detenciones y torturas con las que han ocultado la inoperancia de las autoridades nacionales, regionales, locales, policiales y políticas frente a un conflicto que no han sabido resolver conforme a los compromisos internacionales contraídos por el Estado chileno en cuanto al resguardo de los derechos culturales y humanos de los mapuche.” Sostuvieron asimismo que los mecanismos utilizados por el gobierno “obedecen a la lógica de la ‘guerra preventiva’, que divide al mundo en amigos y enemigos. En este caso, los mapuche que exigen recuperar sus tierras ancestrales, ahora en manos de empresas forestales, se han convertido en enemigos; a quienes por la fuerza y la violencia policial se les niega sus derechos.”
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