El proceso de invasión del Estado chileno por manu militari al territorio Mapuche es a partir de 1881, proceso que impone una política genocida, de colonialismo, asimilación y negación de Derechos, usurpando el 95 % del territorio. En la actualidad, un 70 % de la población Mapuche vive en las ciudades, debido al desplazamiento forzado por la reducción y el empobrecimiento en las zonas rurales, ante el grave daño al tejido social, cultural y económico causado.
Para más, en las pocas tierras que quedan a las Comunidades Mapuches, se han instalado una serie de proyectos de inversión público y privado, que han deteriorado aún más la existencia. Basurales, plantas de tratamiento de aguas servidas, Represas hidroeléctricas, Mineras, expansión Forestal y de celulosa están calando hondo y causando graves impactos y profundizando aún más el racismo hacia un Pueblo.
En Chile, existen grupos económicos que tienen a su haber hasta un millón de hectáreas (Grupos Forestales como: Arauco - Angelini 1.000.000 de hectáreas; CMPC - Matte: 700.000 hectáreas). Se estima que la población del Pueblo Mapuche en Chile superaría el millón de personas con auto reconocimiento, cuya superficie territorial no estaría ni en la mitad de extensiones como esas.
El proceso de invasión del Estado chileno por manu militari al territorio Mapuche es a partir de 1881, proceso que impone una política genocida, de colonialismo, asimilación y negación de Derechos, usurpando el 95 % del territorio. En la actualidad, un 70 % de la población Mapuche vive en las ciudades, debido al desplazamiento forzado por la reducción y el empobrecimiento en las zonas rurales, ante el grave daño al tejido social, cultural y económico causado.
En las Tierras ancestrales se han extendido enormes latifundios, con un grave daño a las tierras y la naturaleza ante la sobreexplotación de industrias agrotóxicas y Forestales, con la introducción de especies exóticas en monocultivos, reemplazando tierras agrícolas, de bosque nativo, ganadería, medicinales y de soberanía alimentaria, bienes colectivos para todos los Pueblos.
Para más, en las pocas tierras que quedan a las Comunidades Mapuches, se han instalado una serie de proyectos de inversión público y privado, que han deteriorado aún más la existencia. Basurales, plantas de tratamientos de aguas servidas, Represas hidroeléctricas, Mineras, expansión Forestal y de celulosa están calando hondo y causando graves impactos y profundizando aún más el racismo hacia un Pueblo.
Desde hace años, diversas comunidades Mapuches se han levantado para exigir la restauración de una parte de sus Tierras ancestrales, para permitir un desarrollo y un bienestar social digno, como asimismo, al reconocimiento de sus derechos colectivos. En la actualidad, Autoridades Mapuches como parte de la institucionalidad ancestral han exigido diálogo e interlocución para buscar una solución efectiva a estos conflictos. Sin embargo, aunque el estado de Chile tiene la obligación de reconocer, demarcar, restituir, y proteger las tierras ancestrales, como respuesta a las reclamaciones nuevamente envía una sistemática y planificada represión que ha arrojado una vez más víctimas inocentes por asesinatos.
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