Señalan: “Endesa-enel en lago Neltume pretende sacar el palenque del campo sagrado! en la comunidad Juan Quintuman de lago Neltume, con esto pretenden inhabilitar un espacio milenario de profundo compromiso espiritual que posee nuestro pueblo mapuche, por cierto que las comunidades oponentes al proyecto hidroeléctrico no permitirán tal hecho de brutalidad de esta empresa ecocida, etnocida aniquilando las culturas de los pueblos por la acumulación de dinero”.
A través del Parlamento de Koz Koz hemos obtenido la siguiente información.
Hoy, nos llamó un hermano desde las cordilleras, diciéndonos:
“Endesa-enel en lago Neltume pretende sacar el palenque del campo sagrado! en la comunidad Juan Quintuman de lago Neltume, con esto pretenden inhabilitar un espacio milenario de profundo compromiso espiritual que posee nuestro pueblo mapuche, por cierto que las comunidades oponentes al proyecto hidroeléctrico no permitirán tal hecho de brutalidad de esta empresa ecocida, etnocida aniquilando las culturas de los pueblos por la acumulación de dinero”.
Continúa señalando el Parlamento de Koz Koz: Según nos informan comuneros de la comunidad Juan Quintuman, mañana (hoy) bajaran a realizar una rogativa y permanecer en el lugar. “La amenaza cobarde de los rateros se descarga entre algunos débiles de Neltume, pero bien sabemos que nuestras fuerzas imperecederas no cesaran en defender el derecho de todas las vidas”, señalaron desde Neltume.
El Parlamento declara: “La destrucción de un lugar ceremonial histórico como es el caso a orillas del lago Neltume es inalcanzable. Tal vez, para las religiones occidentales las infraestructuras de significación espiritual una vez destruida se puede reconstruir donde mismo o en otro sitio, sé que la destrucción de los recuerdos inmemoriales se siente en el alma, se guardan en el recuerdo como una trágica desgracia, pero la fe nunca se pierde, una vez reconstruida la subestructura, se continúa el culto aferrado a tal religión que compromete al hombre; para nosotros el pueblo mapunche que somos una parte del eslabón de la vida integra en el planeta, la destrucción de este sitio, no está comprometida únicamente la fe como recurso vivo, sino que es la pérdida total del tránsito espiritual a lo físico, no es sólo lo físico que se termina, si queremos entender mejor, con un ejemplo práctico, un crimen intencional como este, no solo mata a la planta, también su hábitat, su entorno que genera y alimenta otras vidas, su energía, sus microorganismos, a cambio de aguas muertas que se llevan por canales a turbinas, para calentar artificialmente el planeta y de paso el ficticio dinero para los rapiñas.
Finalizan: “Ahora es el deber de estrechar unidades, entendimientos, reciprocidades, no seremos un mal recuerdo a nuestros hijos. 50 años de vida útil para el planeta es casi la nada”.
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