jeudi 23 décembre 2010

Carta a Diario El Mercurio por Editorial sobre compras de tierras indígenas, por Alonso Barros


Imagen: Alonso Barros

Sr. Director Diario El Mercurio:

Omisiones graves denotan el sesgo racializado del Editorial en comento. En primer término, es notable el olvido de que la restitución de tierras colectivas y la prohibición de enajenar que recae sobre ellas son parte integrante de la así llamada "Ley Indígena" (Nº 19253 de 1993), que fuera aprobada por unanimidad en el congreso nacional, luego de un proceso de consulta que recogió las expresiones de los 9 pueblos indígenas hoy reconocidos en Chile.

Por otro lado, lo afirmado respecto a los Mapuche contrasta con el hecho de que cientos de miles de hectáreas ya han sido restituidas a más de 20 comunidades atacameñas del Norte Grande, quienes las han desarrollado con éxito, mediante proyectos turísticos u otros y a menudo gozando del apoyo financiero de Empresas con sentido de Responsabilidad Social. Aunque estos hechos basten para desmentir categóricamente la información parcial que ofrece El Mercurio, finalmente, de lo que aquí se trata es saber si los pueblos indígenas son o no dueños de las tierras que reclaman. Si los son, tal como lo señalan, contestes, el derecho internacional, la ley chilena y la doctrina universal, no cabría sino proteger, respetar y hacer valer dicha propiedad, como corresponde a una democracia liberal construida sobre la base del respeto a la propiedad y la autonomía de la voluntad.

Si por el contrario, para negar la propiedad indígena, se acude al principio del terra nullius -sosteniendo por ejemplo, que la tierra pertenece originalmente al Estado y luego, se transmite por actos de autoridad- se incurre en un totalitarismo ideológico de consecuencias genocidas. Por eso, una vez más, reitero lo que debiera saberse de sobra: negar el derecho de propiedad indígena (colectiva y/o individual) como lo hace majaderamente la línea editorial de El Mercurio, es totalitario y abiertamente racista, además de contrario a normas de aceptación general en el mundo moderno. Al contrario de lo que afirma El Mercurio, atacando gratuitamente al gremio de los antropólogos: si algo hay de retrógrado, es la línea editorial pelucona de ese medio, que no logra zafar de cierto complejo de superioridad colonial, y se queda en los clisés evolucionistas y complacientes del colono abusador (alguno de los cuales en el poder).

Tal como lo revelara Wikileaks en boca de representantes de la diplomacia de EEUU, el pueblo Mapuche sufre del racismo de que es objeto por parte de medios de prensa como El Mercurio, que por lo mismo está en la mira de los organismos internacionales pertinentes.

Queda mucha tierra por restituir: en el Norte Grande se cuenta por millones de hectáreas. La experiencia enseña que es mejor que dichas tierras estén en poder colectivo indígena que a merced de las decisiones arbitrarias, venales y racistas de los poderes del Estado que hoy se ostentan como dueños "fiscales" cuando son meros usurpadores. Yo insto a las autoridades de gobierno que investiguen por qué no se ha otorgado seguro título a los pueblos sobre las tierras que ocupan tradicionalmente desde tiempo inmemorial, conforme lo exige la ley, y establezca en cambio, quiénes se han enriquecido ilícitamente con esta demora, entre los cuales estoy cierto se cuentan connotados ministros del actual gobierno.

Cordialmente

Dr Alonso Barros

Fellow in the Anthropology of Modern Law

London School of Economics and Political Science

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