José Huenchunao Mariñán, 42 años, es un destacado líder del movimiento mapuche. Originario de la comunidad de El Malo, en la ribera del lago Lleu Lleu, ha dedicado su vida a luchar por los derechos de su pueblo.
Ex vocero de la Coordinadora de Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (CAM), pasó varios años clandestino y ha sido varias veces Prisionero Político. Actualmente es werkén en el Territorio Lleulleuche de la provincia de Arauco. En esta conversación, nos comunica los avances en el proceso de recomposición del Pueblo Nación Mapuche, pero enfatiza la necesidad de generar un proyecto de liberación del pueblo mapuche, que se relacione con la resistencia hacia un sistema que también involucra a otros pueblos.
Por Abner Vega Cabrera – Inquietando Desde el Margen – Santiago
Fuente: elirreverente.cl
A 520 años de la llegada de los invasores europeos a América, ¿qué procesos destacarías tú de la historia reciente de los pueblos indígenas en América?
Yo pienso que desde los años 60 hacia adelante, los pueblos indígenas han ido empoderándose de sus derechos. Sabemos que cada país en Latinoamérica pasó por periodos de dictadura, pero eso también sirvió, de alguna manera, para reforzar lazos con otros movimientos; esto a nosotros nos hizo reflexionar respecto de cual iba a ser la relación, incluso no solamente con el poder de la dominación directa, sino que también con los movimientos que en este momento los entendemos como movimientos hermanos, es decir, los sectores oprimidos o de izquierda, porque también ellos hacían una especie de colonialismo ideológico hacia nuestro pueblo; y ese proceso que se dio con la dictadura y la lucha entre el socialismo y el capitalismo, a nosotros también nos hizo mirarnos como pueblos indígenas en América Latina.
Producto de esa situación, aparece uno de los íconos importantes que también generó un nuevo impulso del movimiento mapuche, los 500 años y otro factor que ayudó harto fue el levantamiento de los zapatistas.
En el caso del pueblo mapuche ¿qué elementos del movimiento zapatista son los que ustedes han mirado con mejores ojos, los que ustedes de alguna forma han tomado para el proceso de lucha del pueblo mapuche?
Nosotros lo que valoramos ahí, sobretodo, es el levantamiento del pueblo indígena y los sectores que participan de ese levantamiento, aun cuando en realidad en términos de estrategia política o en lo ideológico hay algunas diferencias en como nosotros planteamos la reconstrucción o la resistencia de nuestro pueblo. Pero valoramos harto que se haya generado este levantamiento, porque eso implicó que otros pueblos indígenas, con sus particulares, también entendieran que era posible en estos tiempos seguir luchando, plantearse como pueblo y poder levantar un proceso que fuera más integral para combatir a nuestros enemigos que son comunes para todos los pueblos oprimidos, principalmente los que estamos en América, que tenemos bastante similitud en ese sentido, sobretodo los pueblos indígenas.
Con respecto a los otros pueblos indígenas que hay en Chile, ¿el pueblo mapuche tiene alguna relación, alguna influencia por ejemplo, con los procesos de los Rapa Nui o Aymara?
Yo diría que no, porque en realidad los pueblos Rapa Nui o Aymara también tienen sus luchas, pero no han logrado configurar una lucha como pueblo, de autonomía, de territorio, de libertad, que vaya más allá de los pasos que pueda ir dando el Estado o el mismo sistema.
El pueblo mapuche ha ido conformando un movimiento de resistencia y lucha, pero al interior de ese movimiento mapuche uno visualiza algunos sectores con planteamientos mucho más claros de autonomía y de control territorial ¿Cómo evalúas tú esas apuestas políticas que en su momento se hicieron?
Bueno, yo siento que el movimiento mapuche ha dado un salto cualitativo, porque hay más claridad en los planteamientos político ideológicos, sobretodo de un sector importante de la dirigencia mapuche, incluidas, cuando me refiero a dirigencia mapuche, las autoridades tradicionales, que hoy día el status que se les está dando a ellos ya no es como se le daba anteriormente, que era con características folclóricas, sino que hoy día tienen los componentes sociales y políticos de ser una autoridad de un pueblo.
¿Habría un avance entonces en la recomposición como pueblo y como nación mapuche?
Para mi sí, porque hoy día hemos avanzado desde que se planteó, por ejemplo, las recuperaciones de tierra que eran simbólicas, hasta los pasos que se dan hoy día que ya se ha estado hablando de control territorial, donde hay procesos incluso de control territorial, que tal vez no están consolidados y no se han transformado en experiencias de autonomías concretas, pero sí hay procesos; entonces esos son logros importantes. Incluso hoy día la dirigencia mapuche ya plantea conceptos de Pueblo Nación, incluso estamos en la idea y se reconoce que estos planteamientos de Pueblo Nación necesariamente pasan por como nosotros planteamos o vamos generando un proyecto de liberación del pueblo mapuche, pero también cómo eso tiene que ver con la resistencia hacia un sistema que es superior a la particularidad del pueblo nuestro, sino que también involucra a otros pueblos.
Hace poco, tú señalabas que “las políticas sociales de todos los gobiernos después de la dictadura de Pinochet, apuntan a desestructurar aún más a las comunidades y destruir el tejido socio cultural que conserva aún el pueblo mapuche”, eso significa que ¿tú no ves diferencias profundas en las formas de actuar de la dictadura militar, la concertación, o el actual gobierno de derecha, en su relación con ustedes?
En realidad no hay diferencias entre estos tipos de gobiernos que ha tenido el Estado de Chile, sus políticas de fondo son las mismas, de dominación, de colonialismo, de despojo, en definitiva, hay una apuesta del sistema para exterminar al pueblo mapuche y todas sus políticas, tanto jurídicas como sociales, apuntan derechamente a hacer una especie de desarticulación del pueblo mapuche para su definitivo exterminio.
Las estructuras de dominación del capitalismo se consolidan en base a una estrategia que se contrapone a los intereses de los pueblos que luchan por la vida, por la humanidad, por la justicia, por la igualdad. No podemos entender por qué tanta codicia, tanta injusticia, tantos pobres en el mundo, por qué tanto despojo.
El mapuche antiguo no podía entender por qué el conquistador español mataba y esclavizaba para sacar oro; hoy no puedo entender por qué los dueños de las forestales, los Matte, Larraín y los herederos de Angelini, tienen millones de hectáreas de tierras y los mapuche, dueños originarios, son despojados de sus tierras, viven casi un 50% engrosando los cordones de pobreza de las grandes ciudades del país, sin a veces tener ni un plato de comida, mientras los dueños de las forestales pueden tener miles de platos de comida. Esto, en realidad, son los fundamentos del por qué los mapuche luchamos.
Y en los últimos meses, ¿qué hechos podrías destacar respecto de cómo ha actuado la represión en contra del pueblo mapuche?
Bueno, hoy día vemos que con este Gobierno igual hay diferencias, pero que son de forma, porque este Gobierno ha sido más directo en la represión, no le ha buscado mucho la vuelta como se dice. Por ejemplo, ellos reprimen directamente y articulan todo su aparato en relación a reprimir. Las reuniones de seguridad que ha hecho el Gobierno son expresiones concretas de que ellos tienen una idea y una estrategia de como frenar al movimiento mapuche, incluso ellos, sin esconder nada, van y vienen de Colombia para ir a buscar las experiencias de represión que hay allá, de como frenan las expresiones revolucionarias en Colombia.
¿Cuál sería, en tu opinión, el principal desafío del movimiento mapuche en Chile en este minuto?
En este minuto, a mi juicio, nosotros por un lado tenemos que seguir consolidando el proceso de control territorial, que son las bases esenciales para hablar de autonomía, o desarrollar experiencias de autonomía dentro del territorio mapuche y, por otro lado, cómo a pesar de las dificultades que tenemos, por ejemplo de distancia entre las territorialidades y también de las diferencias que hay entre las organizaciones políticas, sociales, podemos ir encontrando un camino para ir restructurando una organización mapuche que nos permita abordar el tema como pueblo y no como movimiento que se ve aparentemente aislado o dividido.
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