“el trato hacia nosotros es indigno, me entregué voluntariamente a la Policía de Investigaciones de Angol, porque soy inocente del homicidio del que se me acusa. Al momento jamás me han sacado para una audiencia, y tampoco han declarado mis testigos. De nuevo es el fiscal Luis Chamorro quien me acusa y yo creo que tenerme preso por un crimen que no cometí es una venganza personal de él porque fui absuelto en los dos juicios anteriores
Por Andrea Figueroa
Fuente: maricheweu-kulturverein
Expone su vida para que se le haga justicia. Ya estuvo en huelga de hambre junto a otros 4 comuneros mapuche para que se les trasladara a penales que estuvieran más cerca de la residencia de sus familias. Lo lograron, pero con graves consecuencias para Leonardo, quien sufrió un paro cardio-respiratorio y debió ser atendido en el Hospital de Temuco.
Después de entregarse a la justicia para demostrar su inocencia en el caso del que actualmente se le inculpa y después de 3 meses de investigación, jamás le han llevado a audiencia ni a él ni sus testigos.
Hoy 27 de noviembre de 2012, Leonardo Eusebio Quijón Pereira, comunero mapuche de 20 años de edad, detenido en el Penal de Angol, inicia una huelga de hambre solicitando que se le otorgue la libertad bajo medidas cautelares y que la familia del parcelero Héctor Gallardo del sector de Chequenco, muerto el 01 de septiembre de este año a causa de un asalto de tres encapuchados, diga la verdad y retire los cargos que lo inculpan como el homicida. El hermano del parcelero asegura haberlos reconocido a pesar de que estaban encapuchados.
Leonardo ha vivido un infierno desde que fuera baleado por efectivos policiales el 20 de octubre del año 2009, cuando según sus declaraciones “se encontraba cazando conejos con dos amigos más” en las cercanías de la Comunidad mapuche Wuente Winkulmapu, Pidima, reducción Chequenco, Comuna de Ercilla, IX Región de la Araucanía, donde reside.
Hoy, cuando los Gendarmes del Penal de Angol abran las rejas, les entregará un comunicado declarando su huelga de hambre y su petitorio, que en el caso de no ser acogido dentro de 20 días, reiterará pasando a huelga de hambre seca.
El caso de Leonardo, a cargo del abogado Lorenzo Morales, trascendió a los medios de comunicaciones nacionales e internacionales, debido a que posterior al ataque recibido y por temor a represalias la madre decidió trasladarlo a Santiago para que recibiera atención médica especializada en el Instituto de Traumatología. Dada la gravedad de sus lesiones, es trasladado dos días después al Hospital Clínico de la Universidad Católica con tratamiento de emergencia. Allí, uno de los médicos tratantes del menor declaró a la prensa confirmando la gravedad de su estado, e informando que estaba conectado a ventilación mecánica en la Unidad de Pacientes Críticos.
Lo detienen sin haberse recuperado y durante 1 año el comunero está preso en una cárcel de menores en Chol-Chol, acusado por el fiscal jefe del Ministerio Público de Angol, Luis Chamorro, por 4 delitos: robo con intimidación, incendio reiterado, porte ilegal de arma de fuego y homicidio frustrado.
El joven –entonces de 17 años de edad- fue absuelto el 24 de junio 2010, por el Tribunal Oral en lo Penal de Angol de todos los delitos que se le imputaban. El fiscal Chamorro solicitaba una condena de 10 años, máxima pena que se puede aplicar a un menor de edad, pero no lo logró por no poder comprobar la participación de Leonardo en los hechos.
Para Leonardo no todo terminaba aquí. La justicia militar se sumó a la persecución de la Fiscalía de Angol –el 19 de julio 2010- solicitando a la Corte de Apelaciones de Temuco anular el juicio que absolvió al adolescente y decidió procesarlo nuevamente 10 días después de haber cumplido 18 años.
A pesar de ello el 21 de septiembre de 2010, el Tribunal de Juicio Oral de Angol absolvió por segunda vez, de todos los cargos, al joven comunero.
“Soy inocente”
Hoy, Leonardo forma parte del grupo de prisioneros políticos mapuche a quienes se les aplica la ley antiterrorista N°18.314, promulgada durante la dictadura de Pinochet, cuerpo legal jamás derogado por ninguno de los gobiernos democráticos que le han precedido.
En entrevista realizada hace pocos días atrás, el joven comunero dice que “el trato hacia nosotros es indigno, me entregué voluntariamente a la Policía de Investigaciones de Angol, porque soy inocente del homicidio del que se me acusa. Al momento jamás me han sacado para una audiencia, y tampoco han declarado mis testigos. De nuevo es el fiscal Luis Chamorro quien me acusa y yo creo que tenerme preso por un crimen que no cometí es una venganza personal de él porque fui absuelto en los dos juicios anteriores”.
Agrega que “siempre ha andado detrás de mí, durante el tiempo en que estuve libre allanaron mi casa, me tomaban preso y a los 2 días me largaban. De hecho, una semana antes del asesinato del parcelero me habían agarrado y pasé una noche en la PDI”.
Leonardo es pequeño, no más de 1,50 mt., está muy delgado debido a la huelga de hambre anterior, en la que cuenta que bajó 10 kilos, actualmente pesa 53 kg., cuando su peso normal debería ser de 60 kg.
Mira de frente cuando habla y aunque suene poco objetivo, para esta periodista es casi imposible pensar que sea capaz de cometer homicidio. Cuenta que “he estado muchas veces con depresión, porque estar preso es lo peor que le puede pasar a uno y más aún cuando soy inocente”, y abunda “hace una semana entré nuevamente en depresión y lo único que quería era morirme”. Pero cuando mira a su pareja de cinco meses de embarazo, dice que “no podría hacerlo por ella y mi guagua. Necesito salir de aquí para poder trabajar y darles lo que se merecen”.
Enfatiza en que “jamás he recibido la atención médica que necesito. Tengo dificultades para movilizarme, mucho dolor y molestias en la pierna izquierda (donde tiene la herida hecha por una escopeta y los más de 130 perdigones incrustados), es terrible. Me pican los perdigones, la herida de la pierna me suda todo el rato, mojo a cada rato las calcetas y tampoco puedo caminar mucho tiempo. Cuando se me estira el resto de tendón que me queda en la pierna, empieza un fuerte dolor en la planta del pie”.
“Además, los médicos que me vieron en Santiago me dijeron que tengo una mancha en el corazón, pero los del Hospital de Temuco y personeros de la Cruz Roja me dicen que estoy bien. Pero, yo tengo dolor en el pecho todos los días y frecuentemente se me acelera el corazón. Se me nubla la vista y los médicos me dicen que es por los nervios. Los dolores de cabeza no me dejan en paz –dice- y ya no sé qué hacer”.
En momentos en que la justicia absuelve al cura “Tato” acusado de abusos a menores dos semanas antes de cumplir su pena y se confirma una rebaja de condena a Spiniak procesado por pederasta, Leonardo se pregunta qué decidirá hacer la justicia en su caso, cuando quienes dispararon contra el parcelero Héctor Gallardo fueron tres encapuchados y él -para demostrar su inocencia- se entregó voluntariamente a la PDI de Angol una semana después de ocurrido el incidente.
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