Juan Morales, vocero de la Junta de Vecinos de Totoral, expresó su satisfacción no solo por el fallo, sino por el movimiento social que se generó para detener la construcción de la Termoeléctrica Castilla. “El camino judicial nunca hubiera llegado a donde llegó sin la movilización social”
Fuente: OLCA
Tras el fallo que dio a conocer este 28 de agosto la Corte Suprema en relación a la ilegalidad del proyecto del magnate brasilero Eike Batista y su socia alemana EON, las organizaciones locales junto a OLCA dieron una conferencia de prensa en Santiago, para celebrar la victoria y analizar sus repercusiones.
Con alegría y satisfacción la comunidad de Totoral recibió la resolución de la Tercera Sala de la Corte Suprema, sobre todo porque al inspirarse en el principio preventivo, fortalece la intuición comunitaria, sistemáticamente desoída hasta ahora, de que no hay que esperar el cáncer de los vecinos para multar a las termoeléctricas.
Lucio Cuenca, director de OLCA, consideró el fallo como “histórico”, “no solo porque reafirma las irregularidades ya constatadas por la Corte de Apelaciones de Antofagasta, sino porque considera el resguardo a la garantía constitucional de tener un ambiente libre de contaminación y protegerlo de manera preventiva, eso no se había visto nunca”. Pero también, la sentencia judicial contempla que el proyecto fue presentado de manera disgregada en la institucionalidad ambiental para evadir su evaluación total, lo que “atenta contra el espíritu de la ley ambiental”.
Esto último quiere decir que proyectos como el de Hidroaysén, debiera ser presentado nuevamente considerando el impacto conjunto de las represas y de la línea de transmisión. Cuenca apuntó además a que esto permite abrir la discusión de cómo queremos que nuestro país se siga desarrollando, ya que consideró que quienes necesitan toda esta energía es la industria minera que, en el norte del país, “está depredando los recursos naturales, los bienes comunes y están secando los ríos y contaminando a comunidades completas. Por eso luchamos, para cambiar el modelo en que estamos viviendo y hoy la justicia nos ha escuchado”.
Por su parte, Álvaro Toro, abogado de OLCA y representante de la Junta de Vecinos de Totoral, narró que en la comuna de Copiapó no solo estaban contentos con la decisión judicial, sino que previendo una eventual situación adversa, el Consejo Comunal decidió modificar el plano regulador y permitir solo industrias inofensivas. “Con esto el grupo de Eike Batista está sepultado en Chile, su proyecto murió con el fallo de la Suprema gracias a la lucha de Totoral”.
Finalmente, Juan Morales, vocero de la Junta de Vecinos de Totoral, expresó su satisfacción no solo por el fallo, sino por el movimiento social que se generó para detener la construcción de la Termoeléctrica Castilla. “El camino judicial nunca hubiera llegado a donde llegó sin la movilización social”, y destacó que si se hubiera construido el proyecto, “el impacto más grande iba a ser a nuestro modo de vida. Por lo tanto este fallo es una muestra de que el derecho al medioambiente libre de contaminación debe ser defendido y de que las luchas territoriales pueden vencer”.
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