mercredi 1 septembre 2010

Defensa corporativa



El periodista de Televisión Nacional, Franco Ferreira, publica hoy en El Mostrador, una columna donde se hace cargo de las crecientes críticas a la nula cobertura de los medios a la huelga de hambre de 32 presos políticos mapuche. La explicación, a menudo, agrava la falta.

Ferreira nos aclara en primer lugar que no hay censura, ni conspiración. Para el periodista, que se declara “conocedor de las lides informativas”, lo que hay es simple desinterés. Sin profundizar en las razones, plantea que el tema carece de atractivo para el público, que “no vende”.

Es decir, en los medios las cosas suceden naturalmente, nadie toma decisiones. Opera una suerte de mano invisible que se va acomodando al interés informativo de las masas.

Más franco fue el periodista de Canal 13, Daniel Matamala, quien al menos refirió que había una “decisión periodística”.

Es evidente, sin embargo, que se trata de una decisión política.

Por otra parte, el argumento de Ferreira cae estrepitosamente al constatar que el tema mapuche tiene figuración en los medios, incluso en los titulares de noticieros, cuando se trata de hechos -o sospechas- que inducen a criminalizar la causa mapuche.
Entonces, si “vende”.

¿El problema es que la gente salga o no a la calle?
Se han realizado movilizaciones que por supuesto no se han informado. Por lo demás concurren elementos objetivos que hacen de la huelga de hambre un hecho noticioso por sí mismo. Y así se demuestra en la cobertura internacional que ha merecido.

Hay algo positivo en todo esto. Se está hablando del silencio informativo de los grandes medios. Ello implica salir de la resignación de costumbre, que transforma esta práctica en aceptable.

No es ésta la primera, ni será la última vez en que los medios de comunicación se muestran implacables, al punto de negar la existencia de actores políticos y sociales.

Siempre guiados por algo mucho más consciente que un ingenuo “desinterés”.

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