Ante la imposibilidad de seguir ocultando la huelga de hambre de los presos políticos mapuche, ahora llegó el tiempo de mentir descaradamente sobre su justa lucha.
Sebastián Piñera y los criminales que lo acompañan en el gobierno no tienen la menor intención de buscar una solución al conflicto que hoy se esta desarrollando en las cárceles de este país, pero están obligados a dar la apariencia de que si lo están haciendo.
Una de las cosas que más les preocupa es que la huelga de hambre de los presos políticos mapuche, deje al descubierto la verdadera cara del actual gobierno de derecha, especialmente dado que muchos de los que hoy están el poder, fueron parte de la dictadura y en el mejor de los casos solo cumplieron el rol de encubridores del régimen militar.
Para cubrir las apariencias, saben que deberán mentir sistemáticamente sobre la verdadera política que llevan a cabo contra los mapuche e indígenas en general y en la próxima visita que tendrá que realizar el presidente Sebastián Piñera este 21 de septiembre a la Asamblea de la ONU, deberán recalcar en los documentos oficiales que presentaran ante la comunidad internacional que Chile está cumpliendo con las normas internacionales en materia indígena, no tienen más alternativa que mentir, al igual como hizo la dictadura cuando afirmaba que en Chile se respetaban los derechos humanos, mientras se asesinaba a miles de chilenos.
Pero junto con mentir sobre el tema, además deberán intentar neutralizar a los activistas que hoy se están movilizando y denunciando los atropellos contra los mapuche en varios países europeos y del mundo
Al gobierno de Piñera sólo le interesa aplastar la lucha mapuche.
Tanto afuera como al interior del país, la política del gobierno tiene como finalidad neutralizar a los activistas de la causa mapuche y su estrategia apunta en varios frentes. En primer lugar busca dar la imagen de que tiene la intención de hacer cambios a la actual legislación arbitraria que se les aplica a los mapuche, pero lo que en realidad busca es ganar tiempo y quitarles el piso político que hoy tienen las demandas del pueblo mapuche e intentar mostrar a los huelguistas y sus familias, como intransigentes, buscando el desgaste de la lucha que hoy se esta dando.
Como parte de este plan, el gobierno busca involucrar a la Concertación (la supuesta oposición del actual gobierno) y a la Iglesia Católica, para intentar sumar apoyo en su estrategia de desarticular la huelga de hambre de los presos políticos mapuche. La cúpula de la Iglesia Católica tiene claro cual es la verdadera intención del gobierno y esta es la razón por la que no quieren aparecer oficialmente como mediadores e impedir ser utilizados por el gobierno, como dice el refrán popular, “el diablo sabe más por viejo que por diablo”.
Junto con lo anterior el gobierno ha dado la orden de aumentar la represión y los niveles de brutalidad, en contra de los voceros de los mapuche en huelga de hambre y sus familiares, buscando atemorizar y descabezar las redes de apoyo que hoy tienen los huelguistas.
En otro nivel el gobierno de Sebastián Piñera ya se esta preparando, luego de la visita que el Ministro Jaime Mañalich hizo a algunos presos políticos mapuche, para pasar a la etapa de alimentar forzadamente a los huelguistas, sin importarles que esto además de ser una práctica degradante, es extremadamente peligrosa para los mapuche.
Por último, lo que esta claro es que no se puede tener ninguna confianza en el actual gobierno, heredero directo de una derecha retrógrada y criminal, dejando claro que la muerte de los mapuche será de exclusiva responsabilidad del gobierno de Sebastián Piñera y su “nueva forma de gobernar”.
Celso Calfullan
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