“¡Que se conserven esas pocas reliquias de nuestros aborígenes, de aquellos guerreros salvajes que nos enseñaron a defender nuestro suelo a costa de sangre y sacrificio!”
Aurelio Díaz Meza. “Parlamento de Coz-Coz”
Queremos comenzar rememorando el discurso del joven periodista Díaz Meza, quién, hace ciento tres años quiso reconocer la derivación del parlamento de Coz Coz en una constitución del “Consejo de Lonkos de la Pikunwillimapu” en donde se manifestaba el inicio de una acción que imprimía una firme voluntad laboriosa por el interés del reconocimiento de los derechos y nacionalidad autónoma del pueblo Mapuche. Es una frase que en estos días muestra a este pueblo exigiendo el otorgamiento de sus derechos civiles y de una justicia que permanentemente se les ha denegado con intervención, marginalidad y segregación; es por eso que nos sentimos motivados a expresar nuestro fundamentado descontento ante gravísima situación.
Desde la incomodidad de la tradición histórica y la intención de establecer críticas sobre aquello que nos llama a levantar la voz, el sufrimiento de aquellos que reclaman consignas justas, queremos remecer con enormes ganas esa comodidad y silencio cómplice desde donde nos vemos atrapados. Lo haremos a nuestro modo.
Hemos visto que desde el día doce de julio recién pasado, treinta y cuatro hermanos Mapuche han desarrollado una indefinida huelga de hambre que constituye su única manera de establecer una manifestación “no violenta”, teniendo que, paradójicamente, atentar innumerables veces contra su propio cuerpo, castigo legitimado por el Estado de Chile que no ha sido capaz de buscar históricamente alguna solución a esta situación, a este llamado de autonomía y legitimación igualitaria para establecer medidas que adopten un cambio real en la política de elaboración de los derechos civiles que no atenten contra la igualdad de los habitantes de nuestra tierra.
Al estar en juego todas estas variantes, hemos querido manifestar nuestra opción de movilizarnos y parar nuestras actividades, posibilitando las instancias de reflexión y debate entre nosotros mismos, donde sea posible generar acciones concretas para asumir esta situación.
Ciertamente, la clara intención de establecer una crítica al Estado de Chile y la implantación de la ley antiterrorista creada en dictadura hacia los comuneros, estableciendo penas judiciales de carácter doble, en donde se violan los derechos fundamentales de las personas, entendiendo por terrorismo las demandas legítimas de las comunidades étnicas del país, poniendo en juego su vulnerabilidad en cuanto entendemos que no han sido respaldados por el gobierno chileno, que ha asumido un rol histórico de conflicto hacia estas comunidades que son entendidas como peligrosas para el establecimiento de un orden social desde los albores de nuestra nación es lo que está en juego en este manifiesto. De alguna manera, los treinta y cuatro buscan “lo justo”.
Hay un compromiso de larga data por parte de algunos sectores de la sociedad con este pueblo originario, porque somos conscientes de las injusticias cometidas por el Estado Chileno en contra del pueblo Mapuche en toda su historia. Recordamos las confrontaciones entre conquistadores y los guerreros araucanos; la instancia conflictiva que Vicuña Mackenna llamó la “Guerra a Muerte” contra esa raza y Chile vio cómo la “pacificación de la Araucanía” donde militares chilenos llegaron a establecer por la vía de la violencia sus dispositivos y mecanismos que establecieran un anhelado orden luego de que la Araucanía mostrara su carácter indómito permanentemente.
Este mensaje representa al estudiantado que se encuentra movilizado, sumándose a las actividades respectivas que llevan los estudiantes de la Universidad y a las decisiones que se han ido tomando en el paro estudiantil. Nace del dolor que ha flagelado de manera desconcertante a nuestros hermanos Mapuche que han generado gran impacto informativo por su determinación de declararse en una extensa huelga de hambre que lleva más de dos meses en un tenso transcurso sin diálogo acaecido.
Luego de presenciar todos estos hechos y convencidos ya, por la imperante necesidad de parar de una buena vez el accionar represivo que se lleva en el sur de nuestro país y apoyando la autonomía social y política de nuestros hermanos, convocamos a los estudiantes de historia de las universidades públicas y privadas del país a manifestar públicamente esta denuncia, movilizándose y estableciendo instancias de reflexión y acción frente a esta problemática que aqueja a los comuneros y a su pueblo. Unámonos por una causa que ya ha sido debatida y comprendida lo suficiente como para no tomar una acción clara por parte de la autoridad. ¡Es necesario reaccionar!
¡Para protestar y hacer historia, SÚMATE AL PARO ESTUDIANTIL!
Asamblea de estudiantes. Licenciatura en Historia, Universidad Alberto Hurtado. Septiembre de 2010
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