Por Paula Correa
Radio Universidad de Chile
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Según indicaron los dirigentes, el dinero otorgado por la Unión Europea para la consulta indígena está siendo mal utilizado, ya que no cumple con los requisitos que plantea el Convenio 169 ratificado por Chile y no sería vinculante ni representativa.
Polémica ha generado el financiamiento de la Unión Europea a la Gran Consulta a los pueblos indígenas que está desarrollando el Gobierno y que ha sido sumamente criticada por los mismos representantes de nuestros pueblos originarios.
Este hecho se dio a conocer a través de Mapuexpress, periódico digital de noticias indígenas. Posteriormente, desde las oficinas de la Unión Europea en Chile enviaron un comunicado, corrigiendo la cifra del aporte, pero confirmando la entrega de apoyo financiero a este proyecto.
Son 508 mil 900 euros, que equivalen a 340 millones de pesos, los que forman parte del programa de Apoyo a la Cohesión Social de la Unión Europea a Chile, donde la consulta es uno de ocho proyectos que el organismo internacional está financiando. Información que, por cierto, ya se conocía públicamente en Europa desde abril.
Esta consulta, anunciada con bombos y platillos por el Ministro de Planificación, Felipe Kast, a inicios de este año, ha sido fuertemente criticada por una serie de dirigentes indígenas, ya que no se ajustaría a los estándares internacionales.
“La consulta no cumple con ninguno de los requisitos del Convenio 169 y en ese sentido queremos apelar a la Unión Europea a efecto de que ponga las cosas en su lugar. Vamos a pedir que le solicite al Estado de Chile que suspenda esta iniciativa porque están utilizando mal el dinero entregado, emprendiendo una consulta que vulnera todos los estándares del convenio 169 porque en vez de proteger nuestros derechos, los están pisoteando de manera flagrante”, sostuvo Ariel León, presidente de la agrupación Aimara “La Voz del Pueblo Grande”.
Esto se debe a la presencia del Decreto 124 del Ministerio de Planificación, instrumento que busca reglamentar el artículo 34 de la Ley Indígena y los procesos de consulta, donde los mecanismos para la participación de los pueblos se realizan de acuerdo a cómo lo establezcan los propios mecanismos del Estado.
Además, el decreto señala que estas consultas no son vinculantes, por lo que para los dirigentes, conducidas de esta manera se convierten en herramientas del Estado para validar sus propias posturas, sin escuchar realmente la voz de los indígenas.
El werkén Mapuche-Huilliche de la comunidad de Pargua, Francisco Vera Millaquén, advirtió la necesidad de derogar este decreto para no generar una consulta viciada y poco representativa.
“El decreto 124 en definitiva es la madre de este gran atropello porque, la Ley Indígena llevaba 17 años cuando promulgaron este decreto y nunca a nadie se le ocurrió lamentarlo. Sin embargo, aparece este reglamento en el momento preciso en que iba a entrar en vigencia el convenio 169 en Chile, otra jugada artera del gobierno de Bachelet, que demuestra la mala fe que ha tenido siempre el gobierno chileno en general y por eso hemos dicho que el decreto 124 no puede seguir vigente y tiene que ser derogado”, sentenció Vera Millaquén.
El dirigente añadió que es difícil entender cómo la Unión Europea puede estar dispuesta a financiar una consulta tan irregular, por lo que ambos dirigentes, miembros de la Red Parlamentaria Indígena y de Políticas Públicas, hoy entregaron una carta ante sus oficinas en Chile, consultando si la Unión está realmente al tanto de lo que está pasando y si saben en qué se están gastando esos fondos.
Esto se suma a una carta firmada por organizaciones sociales de distintos países europeos, quienes están pidiendo explicaciones al respecto, considerando que la Unión Europea se financia con los impuestos de todos los ciudadanos.
Cabe también señalar que Radio Universidad de Chile intentó comunicarse, tanto con las oficinas de la Unión Europea en nuestro país, como con la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI), pero al momento de cierre de esta emisión nos fue imposible contactarnos.
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