Por Zulema Enriquez y Javier Sahade
El comunicador mapuche fue demorado varias horas mientras cubría el conflicto en una comunidad indígena. Según la Policía, pesaba sobre él un pedido de captura por una causa que en realidad ya había sido cerrada por la Justicia de Traiguén. Sin embargo, para Pascual fue un nuevo intento de amedrentamiento y persecución al pueblo mapuche.
En horas de la mañana del domingo 5 de agosto, el joven comunicador mapuche Pascual Pichun Collonao fue detenido por la Policía de Investigación de Chile, junto a su hermano y su primo. Estaban acompañados por un periodista de la cadena internacional de noticias Aljazeera, registrando imágenes del conflicto y la militarización de la zona, la comunidad Maihue – Carimallín, en Río Bueno.
“Estábamos tomando imágenes y llegaron los carabineros para hacer control de identidad a los peñis que nos acompañaban – Narra Pascual poco después de la detención - Nos llevaron al retén, a la comisaría mas cerca y ahí nos tuvieron varias horas hasta que finalmente a los peñis los dejan en libertad y a mi me detuvo la otra policía, la de Investigaciones (PDI), porque supuestamente tenían una orden de captura, que emanaba del Tribunal de Traiguén, por la misma causa que estuve hace un tiempo atrás cumpliendo la condena. De ahí me llevaron hasta la PDI en La Unión y ahí logran comunicarse con Traiguén quienes le ratifican como cumplida la condena”.
Después de varias horas de detención, el comunicador fue liberado a las 6 de la tarde, aproximadamente. En 2003, Pascual fue condenado injustamente por “atentado incendiario” contra el camión de una de las forestales mas importantes del país. Fue en el marco de la histórica lucha de su familia, encabezada por su padre el Lonko Pichún, por el derecho de sus tierras ancestrales. Tras la condena, viajó a Argentina y pidió refugio político. Después de 7 años volvió a Chile, fue detenido y estuvo preso casi 2 años hasta que le otorgaron la prescripción de su causa.
Hoy Pascual es un referente de la lucha mapuche en Argentina y Chile y su trabajo de comunicador es reconocido ampliamente. En los últimos días había presentado “En el País de las Manzanas”, un documental que narra la lucha de los jóvenes mapuches en Temulemu, su comunidad.
La detección de Pascual es un signo de persecución y hostigamiento a la lucha del pueblo mapuche, al trabajo de visibilización que se hace a través de la comunicación. “La situación que vivimos hoy – explica - fue una muestra más de la política represiva que esta llevando adelante el Estado chileno. Hoy día aquí hay una dictadura no declarada, hoy hay comunidades que tienen que pasar dos o tres controles para salir de sus casas. …es una dictadura lo que se vive aquí. Esta es la situación que hoy nosotros pudimos corroborar en la zona de Pilmaiken, donde hay una presencia policial que antes no había y se debe a la lucha y resistencia de las comunidades mapuche que esta llevando adelante ahí“.
“Este maltrato que sufrimos hoy día, - concluye Pascual- para nada nos amedrenta. Andamos trabajando en un informe audiovisual para el canal Aljazeera y vamos a seguir visitando comunidades donde hay conflictos y no sería nada raro que volvamos a ser detenidos. Es para estar atentos.”
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