La voz de las indígenas de Térraba en el sur oeste de Costa Rica se ha alzado con fuerza a través de la Asociación “Mujeres Mano de Tigre”, para defender la herencia ancestral y el territorio que se vería afectado por la construcción de la represa hidroeléctrica “Diquis” por parte del Instituto Costarricense de Electricidad.
Por María José Araya M.
Las hermanas Elides y Aidé Riveras Nabas, forman parte de esta lucha que como mujeres Teribe, han asumido enfrentando miedos, sorteando incomprensiones y desafiando al estado que pretende la inundación de más de 700 hectáreas de tierras indígenas. Con palabra firme señalan “no podemos permitir que nuestro territorio quede en migajas” frente a la imposición del megaproyecto más grande en su especie en Centroamérica.
Es por ello que a partir de acciones políticas, gestión local y movilizaciones han cuestionado la vulneración que experimentan, logrando la visibilización a nivel nacional e internacional del conflicto.
El año 2011 el frente de defensa del cuál forma parte la asociación “Mano de Tigre”, logró la visita al territorio del Relator Especial de Naciones Unidas para los Derechos de los Pueblos Indígenas –James Anaya-, quién pudo constatar de forma directa las afectaciones causadas por la iniciativa industrial.
Actualmente, se estima en un 39% el avance de las obras de construcción del proyecto, sin que se haya realizado un debido proceso de consulta conforme el Convenio 169 ratificado por el país en 1992. A raíz de las mentadas violaciones a su territorio, “Mano de Tigre” junto a otros referentes locales, ha iniciado un proceso legal para demandar a Costa Rica frente a la Corte Interamericana de Derechos Humanos como estrategia para “poner nuestra voz en el escenario” dicen.
La resistencia en Térraba se proyecta con certeza femenina y esboza con convicción pasos hacia la autonomía, lucha con tintes pacifistas pero dispuesta a defender el territorio heredado como legado sagrado.
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire