Fuente: metiendoruido.com
El desarrollo del capitalismo no solo necesita robar fuerza de trabajo para alimentar su modelo económico. También necesita, desde sus inicios, territorios, espacios, lugares, en donde instalar sus aparatos de dominación y producción. La ciudad, no es solo el espacio donde se instala una sociedad determinada, es a la vez el producto de un determinado modo de entender el espacio y la vida. El urbanismo actual ha desarrollado mega-ciudades altamente segregadas socio-espacialmente según clases sociales, en donde varían enormemente las condiciones de vida.
Esta segregación socio-espacial, en donde existen barrios segregados según clases sociales es disfrazada en la actualidad por los nuevos "espacios públicos" como los malls, en donde ricos y pobres pueden convivir en tanto consumidores, pero fuera de estos espacios del consumo, se esfuma cualquier comunidad de intereses entre estos grupos. Esta segregación también se manifiesta bajo una división, más allá de la de clase, de carácter racial. Es así como se permite, por ejemplo, instalar empresas destructoras como las forestales cerca de comunidades mapuche en un claro ejemplo de racismo socio-ambiental. Cada vez es más difícil encontrar comunidades que trasciendan el mundo de la mercancía.
En la 8va región (chile), esta la comuna de Coronel, la cual literalmente ha sido "tomada" por las industrias desde los años 80, pero principalmente bajo los gobiernos de la concertación. Los planos reguladores han permitido la instalación de industrias tremendamente nocivas como termoeléctricas, chipiadoras y pesqueras dentro del radio urbano habitacional. Esta irrupción ha significado la contaminación de coronel, pero no solo eso, sino que ha significado el desplazamiento de todas aquellas comunidades que habitaban terrenos propicios para estas grandes empresas. Así es como el gobierno nacional, local y el poder inmobiliario han generado una expansiva apropiación capitalista del espacio. El último ejemplo es lo que le esta sucediendo a la comunidad Marihuen, la cual esta siendo amenazada con ser expulsada de su territorio, después de vivir largas décadas en ese lugar desarrollando un modo de vida comunitario y un sentido de pertenencia con esas tierras.
Impotencia y preocupación viven ocho familias de la Comunidad Mapuche Marihuen de Coronel (aproximadamente 40 personas), tras conocer la notificación que indica que desde el viernes (14 de junio) serán desalojadas del terreno en que han residido por cinco generaciones, y pese a contar con títulos de dominio otorgado por Bienes Nacionales.
Se llegó a esta resolución, después que la Sociedad Inversiones Playas Negras ganara un juicio de diez años contra la comunidad indígena. Hasta antes de este procedimiento judicial, las familias afectadas desconocían la existencia de este conflicto.
Según han indicado algunos abogados que temporalmente han defendido a la Comunidad Marihuen, este desenlace es tremendamente injusto, puesto que no se trata de una toma ilegal, ni de una usurpación del terreno. También se ha advertido que, por su ubicación estratégica, entre el Puerto de Coronel y la carretera a Lota, este terreno es de alta plusvalía.
A horas del desalojo, Alex Marihuen, presidente de la comunidad mapuche, señaló que las ocho familias aún no saben donde reinstalarse ni qué sucederá con sus viviendas, animales, siembras y todo lo que han logrado levantar por décadas en ese terreno que mañana les será despojado.
Ver vídeo: http://www.mapuexpress.net/?act=publications&id=7963
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