Entrevista a Antonio Cadín, vocero de la comunidad Mapuche Juan Paillalef, en las cercanías de la ciudad de Temuco en Chile.
Rossana Cárcamo Bélgica 19-8-2010
Antonio, cuéntanos qué pasa en tu comunidad
En nuestra comunidad Juan Paillalef -en los últimos diez años- hemos iniciado una resistencia por la recuperación del territorio, una movilización reclamando ante el gobierno de Chile por la situación que vivimos ahí, por parte de particulares latifundistas que tienen tierras ocupadas y también por parte del Estado.
Cuando hemos reclamado ante las autoridades o carabineros siempre han hecho caso omiso de las reclamaciones. Cuando se trata de un Mapuche nunca el gobierno actúa como lo hace con los chilenos, y menos en contra de los particulares o empresas.
Somos una comunidad de lucha, nosotros vamos siempre a defender lo que es nuestro, lo que nos pertenece, y esa lucha la vamos a dar siempre, con el gobierno que esté la vamos a seguir dando.
¿Quiénes ocupan vuestras tierras?
A la región han llegado muchas empresas transnacionales que son las mineras, las forestales y las hidroeléctricas. Todas esas empresas quieren explotar lo poco y nada de recursos que quedan en nuestro territorio. La garantía de ellas es que el Estado las avala y las protege, sin considerar ni hacer la consulta al pueblo indígena, pese a que existe una ley que dice que el estado debe consultar a los pueblos indígenas cualquier acción o trabajo que quiera hacer en su territorio, y eso…, el Estado lo incumple.
Se han hecho denuncias ante la ONU, Chile ha recibido recomendaciones pero esas observaciones no tienen repercusiones, porque no hay un ente fiscalizador en la ONU, de manera que los Estados cumplan con lo que se comprometen en Naciones Unidas. En Chile se vulneran todas esas recomendaciones y los tratados internacionales que existen para los pueblos indígenas.
¿Qué hacen estas empresas?
Las forestales no solamente terminan erosionando la tierra sino que también terminan con el agua, con las yerbas medicinales, con las plantas nativas, que son de uso cotidiano para los Mapuche, porque son los árboles sagrados, donde nosotros hacemos nuestras ceremonias.
Hoy ya no quedan ese tipo de plantas y eso es para nosotros grave, porque las medicinas están desapareciendo y las machis en ese sentido están sufriendo mucho, porque ellas necesitan de esas yerbas para poder seguir trabajando.
Hay un grave daño no solamente ecológico, sino que también en el aspecto cultural, en el aspecto de salud; en todo lo que tiene que ver con la destrucción de la flora y fauna de nuestras tierras.
¿Cómo les responde a ustedes el Estado chileno?
Esa negación del gobierno de acercarse a nosotros, de dialogar y abordar el tema de las tierras que son legítimas, ha permitido que haya un conflicto, pero el conflicto no lo armamos nosotros, nosotros lo que hacemos es defender nuestra propiedad. El estado ha respondido con la represión, con la policía y eso ha originado el enfrentamiento. Eso es lo que provoca las torturas, el seguimiento policial, el hostigamiento, la persecución.
Nuestra lonko, Juana Calfunao, perdió una guagua de 8 meses de gestación en su vientre, el año 2000 por la golpiza de carabineros. Ahí fui detenido yo, ella que es mi mujer, y mi hijo, que está detenido otra vez. Mi hija menor quedó en el abandono, entonces tenía ocho años y hoy se encuentra pidiendo asilo en Suiza y su petición ya fue aceptada.
¿Cuál es la situación actual de la lonko Juana Calfunao?
La lonko Juana debería haber estado ya en libertad hace seis meses, pero se la han negado porque como ella es una lonko, una mujer representatividad de la lucha Mapuche, es una lonko que tiene muchos adherentes a nivel nacional en las comunidades Mapuche, como a nivel internacional. Para el gobierno representa un peligro tenerla en libertad. La condenaron a seis años y ya lleva cuatro años presa.
¿Cuándo saliste tú en libertad?
Hace dos meses que salí en libertad condicional, después de haber estado tres años y medio preso en la cárcel de Temuco, y actualmente sigo cumpliendo condena, porque aún estoy firmando los días domingo hasta mayo de 2012. Para venir a Europa y participar ante la ONU en una sesión de mecanismos de expertos de los pueblos indígenas tuve que pedir un permiso al Ministerio de Justicia que me autorizó por treinta días.
¿Cuál fue tu participación en esa sesión en Ginebra?
Estuve una semana haciendo intervenciones sobre la situación que pasa en Chile denunciando la situación que viven los hermanos Mapuche. En este momento hay hermanos que están encarcelados porque les están aplicando la ley antiterrorista, la justicia militar y la justicia civil. Ellos no tienen por ningún lado de salvarse de ser condenados. Además informé de la huelga de hambre.
¿Cómo han sido las acusaciones del gobierno?
Estas acusaciones que han hecho los fiscales han sido elaboradas a través de montajes policiales. Tenemos testigos y testimonios sobre esa situación y hay hermanos que se han retractado, porque hubo niños jóvenes que fueron torturados para inculpar a sus propios hermanos, ellos fueron objeto de engaños, los chantajearon o les dijeron: "mira te vamos a comprar casa, te podemos dar plata para que te vayas de la comunidad, para que vivas bien" o "mira tenis tu mamá, tu hermana enferma, nosotros las podemos ayudar, llevar al hospital" y puras cosas así. Esos eran los fiscales y la policía civil. Esos testimonios los tenemos guardados y entregamos una copia a Amnistía Internacional como una manera de protegerlos a ellos. Los chicos también legalizaron esta retractación ante notario público.
Cuéntanos de la huelga de hambre,
¿cuál es la reivindicación principal?
Hoy los hermanos están en contra y en protesta de como el gobierno ha abordado el tema indígena durante estos últimos años.
Ha habido una persecución hacia los indígenas que de alguna manera llevan el liderazgo de la comunidad y a esa gente es la que persigue el gobierno. Para ellos tener al Mapuche en la cárcel significa tranquilidad en la región.
Es extremadamente grave que un Mapuche tenga que exponer su vida para poder defender su tierra y los derechos de su familia, ¡no puede ser!, es una situación que no se puede tolerar en Chile.
Ellos piden la no aplicación de la ley antiterrorista, no aplicación de la justicia militar, basta de persecución a las comunidades, basta con los allanamientos, montajes y testigos sin rostro, además que se garantice y se respete un debido proceso, donde hayan jueces imparciales en los procesos judiciales, porque las penas que les esperan a los hermanos van de los cinco años a los ciento tres años de cárcel.
Hay que romper el cerco comunicacional porque en Chile todo se silencia.
Fuente: Kaos en la Red
Difunde: Ukhamawa Noticias
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