Un importante logro de Comunidades Mapuche de sectores de Likán Ray en la defensa de sus espacios de vida, de su cultura y sus economías, consiguieron luego que una empresa desistiera, sin reponer ante el sistema de evaluación ambiental un proyecto de piscicultura vinculado a la industria salmonera correspondiente a la empresa “Sociedad Comercial, Agrícola y Forestal Nalcahue Limitada” y que significaba intervenir mayormente las aguas en el sector Chesque Alto, lo que habría causado graves impactos territoriales.
Cabe mencionar que este caso fue parte de las denuncias presentadas en contra del Estado de Chile por incumplimiento de la “Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial” en agosto del año pasado donde se solicitó al Comité de eliminación de la discriminación racial que actúe según las Medidas de Alerta Temprana o Procedimiento de Urgencia que este año 2014 comenzaba a tomar curso. Dicha denuncia, junto a otros casos, se basó en las violaciones a los Derechos Indígenas que se realizan a partir del desarrollo de Proyectos de Inversión en territorios ancestrales de Comunidades Mapuche avalados por el Estado conllevando a situaciones de discriminación y exclusión como lo ocurrido en Likán Ray.
Entre los elementos que las Comunidades han venido denunciando y que además fue un caso que formó parte de un informe especial del Instituto Nacional de Derechos Humanos, se refiere al riesgo a lugares sagrados de alta religiosidad y espiritualidad; La no facilitación a las comunidades de información previa, veraz y completa sobre dichos proyectos de acuerdo al estándar internacional de Derechos Indígenas; la intensificación de prácticas discriminadoras contra el Pueblo Mapuche al priorizar el Estado chileno la imposición de proyectos que alteran y/o afectan la vida rural de las comunidades en las escasas tierras que poseen y que se tornan “expropiables”, con diversos antecedentes como precedentes y que están relacionados a despojos, usurpaciones, negaciones, transgresiones, colonialismo y neocolonialismo en el devenir, propiciando la desprotección de los recursos naturales en los territorios ancestrales de las Comunidades con uso y costumbres tradicionales cuya reproducción se liga al equilibrio ambiental.
Cabe consignar que desde un comienzo, Comunidades de Likan Ray manifiestaron su rotunda oposición a este proyecto de piscicultura salmonera en el sector Chesque Alto que afectaría diversos aspectos sociales, culturales-espirituales, ambientales y económicos en el territorio, quienes denunciaron además que no se les está respetando sus derechos y que este proyecto se ha venido haciendo a espalda de los habitantes. En este contexto, durante el 2013, además de recibir una misión del Instituto Nacional de Derechos Humanos en su territorio a inicios de junio del 2013, ingresaron asimismo diversas observaciones al Servicio de evaluación Ambiental y entregaron asimismo antecedentes a organismos de Derechos Humanos.
El proyecto en cuestión correspondía a la empresa “Sociedad Comercial, Agrícola y Forestal Nalcahue Limitada” que se encuentra en el sector desde 1998, quien tiene autorización para una producción de 42 toneladas anuales de salmónidos y ya en estas condiciones, según han denunciado las comunidades, se hace imposible usar el agua para regar, mucho menos la pueden beber, ni los humanos, ni los animales, indicaron, y la mantención de un proyecto de estas características, con el aumento de su producción a 300.569 kilogramos anuales habría destruido y contaminado totalmente las aguas y esto afectaría directamente la economías locales del sector, como el interés turístico que se desarrolla en la zona, denunciaban las Comunidades.
La empresa presentó al respecto el 2013 una declaración de impacto ambiental (DIA) que tiene por objetivo “regularizar las instalaciones de la Piscicultura Chesque Alto en su condición ambiental, aumentar la producción de biomasa y obtener la Resolución de Calificación Ambiental favorable que permita la operación del centro acuícola cumpliendo plenamente normativa ambiental vigente”, según señalaba la propia empresa. El proyecto se localizaba en la localidad de Chesque Alto, cerca de Likán Ray, comuna de Villarrica, en un sector rural denominado Nalcahue, en un territorio donde hay siete comunidades Mapuche directamente emplazadastales como: Marín Ayllapi 2, Jose Caripan, Alfonso Alcapan, Gregorio Alcapan, Juan Cayulef, Felipe Cañiuñir, Toribio Neculpan. Estas comunidades cuentan con título de merced del año 1912, quienes dan diversos usos y actividades al río.
Las Afectaciones a las Comunidades Mapuche
Por su parte, la presencia de la piscicultura Chesque Alto en el sector atenta gravemente en la cultura de comunidades Mapuches, ya que el agua es un vital elemento tanto para sus tradiciones como para su espiritualidad. Asimismo, las comunidades informan que se observa que el rio se corta violentamente en un sector, dejando sin agua este, y lo que se devuelve cuenta con residuos. “Desde la presencia de la piscicultura en el sector, las plantas medicinales también se ven reducidas, tanto por la contaminación, como por la baja de humedad que precisan para un buen crecimiento”, señala Juan Paillamilla uno de los voceros del territorio, quien indica que por medio del río, se realizan diversas prácticas ancestrales que están vigentes por parte de comunidades del sector, desde la perspectiva religiosa y espiritual, como asimismo, lugares ceremoniales en el territorio amenazado.
Cabe mencionar que en la Región de la Araucanía, en las zonas pre y cordilleranas, en los últimos años se han multiplicado una serie de plantas de pisciculturas y se han convertido en actividades que han sido consideradas como “absolutamente inviables”, como lo señala el Grupo de trabajo por derechos colectivos y que el funcionamiento de estos recintos han causado diversos estragos en diversas comunidades de las comunas de Cunco, Melipeuco, Curarrehue y Curacautín donde existen varios precedentes de contaminación y malas prácticas, instalaciones que además dependen de los vaivenes de la industria salmonera, la que las hace altamente vulnerables.
Si bien el desistimiento de la empresa a su proyecto de ampliación se concreta en septiembre del 2013, existió constantemente la amenaza de reposición del proyecto, sin embargo, concurrido el tiempo, las Comunidades adelantan que seguirán atentas y que esperan un desistimiento final, quedando pendiente la situación de desprotección de las aguas de las comunidades en el sector.
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