Desde la cárcel de Lebu y justo antes de que la Fiscalía pidiera 30 años de cárcel, el declarado simpatizante de la Coordinadora Arauco Malleco reflexionó sobre su caso y sobre las políticas de los gobiernos de Piñera y Bachelet.
Por Roberto Sáez. – Fuente: eldesconcierto.cl
El ex ministro del interior Andrés Chadwick sindicó a Emilio Berkhoff como el principal líder violentista de Arauco. Estas declaraciones no solo provocaron la prisión política del joven, sino también han sido utilizadas por la prensa en contra de la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), vistiéndola como una organización operada por agentes externos al mundo mapuche. Cuestión que ha sido rechazada tanto por la comisión política de la CAM, como por el mismo Emilio, quien ha señalado ser simpatizante activo de la causa, razón que lo tiene tras las rejas.
Ayer, la Fiscalía pidió 30 años de cárcel para Berkhoff, por una serie de delitos terroristas. Esta criminalización, afirman los acusados, es parte de una campaña mayor, que pretende frenar los intentos con la lucha mapuche. Sin embargo, la estrategia de la cartera del Interior -que no ha sido modificada por la nueva administración- está pronta a desmoronarse.
El Juzgado de Cañete y la Corte de Apelaciones de Concepción han ordenado develar la identidad de los cuestionados “testigos sin rostros”, único medio de prueba de la Fiscalía para incriminar a Emilio. Por otra parte, el martes 1 de abril dirigentes del Confech Zonal Sur viajaron a Lebu para ofrecer el debido respaldo al joven y hacer un emplazamiento al nuevo gobierno para que -en palabras de Javier Miranda, presidente de la FEC- “el Ministerio del interior retire la querella contra Emilio y prohíba el uso de testigos sin rostro, una verdadera aberración jurídica”.
En este contexto viajamos a Lebu para conversar con Emilio Berkhoff, de modo de conocer su opinión sobre las denuncias de irregularidades judiciales en su contra y la criminalización que ha implicado este juicio, desde el punto de vista del movimiento mapuche. También quisimos saber cuáles han sido los motivos que lo llevaron a simpatizar y solidarizar con las comunidades en lucha, su experiencia junto a Matías Catrileo y su visión acerca de la prisión política hoy.
Ad portas de un juicio en el que debiste enfrentar la investigación tras las rejas, varias voces de organismos de derechos humanos han señalado que no hay debido proceso en este caso. ¿Cuál es la razón política de esta irregularidad?
Las irregularidades, los testigos protegidos sin rostro, así como la aplicación de la ley antiterrorista contra el movimiento mapuche, son una herramienta jurídica para la persecución política de un movimiento.
Estas herramientas permiten que el Ministerio Público pueda acusar, mantener en prisión preventiva y en muchos casos, condenar sin tener pruebas reales y sustanciales de participación en algún ilícito. En la práctica se persigue y encarcela a quien el poder político a través de la inteligencia policial determina como enemigo para el modelo capitalista en territorio mapuche. El marco de acción que le dan estas herramientas a la fiscalía es enorme, basta que un testigo de quien nada se sabe inculpe a un peñi para que éste quede tras las rejas, como es mi caso. Se ha demostrado en casos anteriores que estos testigos han sido pagados y extorsionados para encarcelar a destacados dirigentes, militantes y simpatizantes de la lucha mapuche.
Las faltas a un debido proceso, son una muestra más de la persecución político-judicial contra el movimiento mapuche en general y de la CAM en particular. Cuando su estado de derecho no les da el ancho para reprimir recurren a estas artimañas y vicios judiciales contra la gente, violando su propia legislación y contradiciendo tratados internacionales de derechos humanos.
Tú declaraste ser simpatizante ideológico de la CAM y eso te ha condenado a más de un año de prisión, además, vives en la histórica zona de resistencia mapuche a orillas del lago Lleu Lleu junto a tu familia. ¿Qué conociste del pueblo mapuche que optaste por abandonar tu carrera universitaria para simpatizar y solidarizar con el pueblo mapuche? ¿Cuáles son las ideas con las cuales simpatizas y que el Gobierno ha considerado delictivas?
Desde siempre -creo- que por mi familia he estado influenciado por un pensamiento anticapitalista, pero fue en la universidad el momento en que más activamente comencé a cuestionar el modelo. En ese contexto, entre mi paso por Concepción y luego Temuco, me tocó compartir e interiorizarme sobre la situación de opresión en la que se encuentra el pueblo mapuche, sus comunidades, presos políticos y organizaciones. Algo que llamó poderosamente mi atención en esos años fue la disciplina militante de los peñi y lamien de las redes de apoyo a las comunidades de la CAM. En las universidades muchas veces se ve bastante indisciplina y relajo por parte de la “juventud revolucionaria”, también en los hogares mapuche, pero estos jóvenes estaban sumergidos en la lucha de su pueblo.
Su seriedad y la justeza de su lucha hicieron que casi naturalmente me encantara y me integrara a lucha mapuche desde la ciudad. En este contexto y marcado profundamente por el ejemplo de Matías Catrileo, decido dejar de estudiar y tratar de ser un aporte más concreto, acompañar los procesos in situ y con mucha responsabilidad y realismo revolucionario, decido junto a mi compañera irnos a vivir a Choke y apoyar la lucha por Tierra y Libertad.
Ahora bien, el movimiento mapuche es bastante heterogéneo, diverso, teniendo una importante gama de posiciones y organizaciones, pero desde siempre vi a la CAM como la organización con un proyecto político claro y con capacidad de perpetuar la vida del pueblo mapuche, pues entiendo que en el marco del sistema capitalista este pueblo está condenado a desaparecer bajo la bota del poder. Por esto es necesario que el proyecto sea anticapitalista y revolucionario.
¿Se ha logrado criminalizar este proyecto? ¿Cómo evalúas la estrategia del saliente gobierno de Piñera en este caso?
La criminalización de las demandas de pueblo mapuche y la CAM viene siendo una constante de todos los gobiernos de turno. Lagos, Bachelet y el último que corresponde a Piñera han tenido una política de represión con altos y bajos, no obstante ha existido una clara estrategia de situar a las comunidades mapuche en lucha y sus organizaciones como terroristas, esta estrategia va desde lo comunicacional hasta lo jurídico-policial.
Los dos últimos años del gobierno de Piñera estuvieron marcados por una ofensiva contra la CAM en donde el Gobierno la inculpó incluso del incendio en Casa de Piedra, donde murieron siete brigadistas forestales, entre otras tantas acusaciones infundadas y muchas otras campañas comunicacionales que buscaban restar apoyo a la lucha, engañando a la sociedad y por otro lado preparando escenarios para la represión despiadada. Ahora bien, tras generar estos escenarios, el gobierno de Piñera ha golpeado y encarcelado, pero yo creo que ha fracasado la estrategia, en tanto que la gente se da cuenta que el pueblo mapuche lucha por sus derechos y en paralelo la mayoría de los caso judiciales se desmoronan dejando en evidencia los montajes elaborados desde el ministerio del interior.
Estas situaciones desnudan al gobierno y dejan ver sus reales intensiones que son favorecer a los grandes capitales en desmedro de las comunidades. Y la gente se da cuenta que el gobierno habla de terrorismo, pero lo cierto es que lo único que hay son acciones de sabotaje contra la propiedad privada de gigantescas corporaciones forestales.
Es impresentable que hablen de terrorismo cuando los únicos muertos han sido casi exclusivamente jóvenes mapuche, baleados por la espalda y desarmados. Su estrategia de criminalización no se sostiene, la gente no es tonta y los hechos hablan por sí solos.
Y ¿qué esperas de Bachelet? ¿Quedan cuentas por saldar? Hace algunos días ha dado algunas señales de acercamiento al pueblo mapuche a través del Intendente Huenchumilla en la Araucanía. ¿Cómo interpretas esta señal?
Todos los gobiernos del duopolio cuando llegan al poder hablan de un cambio en su política hacia el Pueblo Mapuche. Así fue con Bachelet el 2006 y con Piñera el 2010 y los resultados son lamentables, el saldo fue prisión política, represión a las comunidades, weichafe asesinados y uno que otro programa asistencialista que no varían mucho de los ya existentes. Pesos más y nombres nuevos, cambian la forma pero el fondo continúa inalterable. Y esto es lógico, su compromiso está con Matte y Angellini, con las transnacionales que financian sus campañas, ellos defienden el modelo que los alimenta.
De los dichos de Huenchumilla y otros personeros de gobierno, creo que solo es verborrea estéril. Ellos creen que somos idiotas, que olvidaremos como han obrado todos estos años que estuvieron en el poder y que no conocemos su mano para reprimir, su talento para cooptar dirigentes y dividir comunidades. Si tuviesen verdadera voluntad de avanzar y solucionar las demandas mapuche deberían para empezar, dar libertad inmediata a todos los presos políticos mapuche y devolver las tierras hoy demandadas por las comunidades en lucha, entonces sus palabras tendrían valor, antes de eso, no valen nada.
Tú fuiste amigo de Matías Catrileo, asesinado por la fuerza pública durante el primer gobierno de Bachelet. Tu que lo conociste bien, ¿Cómo debe ser recordado, más allá de su asesinato?
Lo que más rescato del peñi fue el compromiso con su pueblo. Un compromiso serio y responsable que se fue dando de menos a más, sacudiéndose de a poco de los prejuicios que existen contra los sectores más consecuentes en esta lucha. Matías a su corta edad se da cuenta de una máxima que dijo el fallecido Nelson Mandela: “Solo a través de las dificultades, el sacrificio y la militancia, puede alcanzarse la libertad”. Y esto no es menor. El peñi renunció a la universidad y a su vida en la ciudad para militar 100% en la CAM, dejó de fumar, dejó el relajo para entregarse a la lucha, ordenado y militante. Y no es que siempre haya sido así, fue parte de un proceso que lamentablemente quedó inconcluso, estoy seguro que hubiese sido un gran aporte hoy a la lucha de su pueblo, pueblo que tanto amaba. Siempre visitando a los presos políticos mapuche y comunidades en lucha encontró su receta para su formación política. Matías no fue un espectador ni un opinólogo de la lucha, sino un protagonista del Wichan de su pueblo.
Este creo es para mí su legado y debiese ser el ejemplo, compromiso, militancia. Jugársela por un proyecto revolucionario y coherente.
¿Cuáles ha sido la prisión política en lo personal, en lo familiar y respecto a la comunidad?
La prisión política tiene altos costos, en el campo el hombre cumple un papel importante en muchos trabajos, bastante físicos, como buscar leña y sembrar, así también los afectos se ven dañados por la distancia, sobre todo a los hijos que crecen lejos de su padre.
Pero así también en los momentos difíciles aflora lo mejor de las personas y gracias a la solidaridad de peñi y lamieng de la comunidad y otras zonas se hace posible que nos sostengamos como familia. Así también cuento con una compañera comprometida e íntegra que me ha acompañado por este difícil proceso y le ha entregado el amor a nuestros hijos por nosotros dos.
El camino es difícil, pero ¿quién dijo que no lo sería? Así es la lucha contra el capitalismo, debemos asumirlo y una vez asumido, transformamos las carencias y dificultades de la prisión en bandera y trinchera de lucha.
Dentro de todo la cárcel es formativa, uno tiene tiempo para leer y reflexionar, cosa que en el campo, con toda la pega que hay, cuesta más. Así también uno hace ejercicio y trabaja en todo lo que puede. Siempre consciente de por qué estamos tras las rejas, nos vamos templando, y a través de la lectura y visitas nos reafirmamos para hacer de esto una experiencia fortalecedora de nuestras convicciones, así el enemigo no puede alcanzar uno de sus principales objetivos que es quebrar nuestra moral revolucionaria.
Así también es esta una tribuna para denunciar abusos que día a día se cometen contra el pueblo Mapuche. Es una oportunidad para continuar con la lucha que han dado otros presos políticos mapuche por la libertad, la desmilitarización de las comunidades, la devolución del territorio y condiciones carcelarias dignas. Luchas que han incluido huelgas de hambre prolongadas, que han logrado posicionar la lucha mapuche a nivel nacional e internacional, eso es convertir la cárcel en una trinchera de lucha.
En Chile hay un antes y un después del 2011, la gente ha comenzado a poner en cuestión el orden neoliberal. El movimiento estudiantil y sindical han impuesto un cambio de agenda y de mirada en la vida política del país. En ese marco ¿Solidarizan los chilenos con los presos mapuche? ¿Esperan una solidaridad con mayores implicancias de los movimientos sociales de Chile?
Yo creo que la solidaridad se ha expresado en momentos coyunturales álgidos como han sido las huelgas de hambre. Considero que es un deber de los sectores revolucionarios el interiorizarse primero de la situación de los presos políticos mapuche y su lucha y seguido, visitar y conocer de primera fuente, entonces ver cómo se puede solidarizar concretamente con los presos políticos mapuche. Creo que existe una suerte de apatía desde los movimientos sociales para con los presos políticos mapuche.
¿Cuáles son tus expectativas para la resolución del caso?
Espero que los tribunales fallen ajustados al derecho y puedan sacudirse de las presiones políticas que existen, entonces el montaje elaborado por Chadwick y los servicios de inteligencia debiesen caer al igual que el sostén de toda esta maraña judicial que es la declaración de 14 testigos sin rostro, la única prueba en mi contra a la fecha, de esta forma debería alcanzar mi libertad.
¿Qué le dirías a quienes están leyendo esta entrevista y no están interiorizados en profundidad de la lucha del pueblo mapuche, su proyecto de liberación y los detenidos que denuncian ser presos políticos?
Les diría que se acerquen a las cárceles de Concepción, Lebu, Angol o Temuco y conozcan a los presos políticos mapuche y su realidad de primera fuente. Con respeto y solidaridad, entonces se puede ver que hacer en lo concreto. También es un deber mantenerse informados y atentos a las movilizaciones y juicios. Esta lucha sigue, por ende seguirá habiendo presos. En los pocos días del gobierno de Bachelet ya van 4 presos políticos mapuche más, un dato no menor de la nueva administración. Solo una sociedad informada, consiente y movilizada puede empujar para que se logre la libertad de todos los presos políticos mapuche.
http://mapuexpress.org
Ayer, la Fiscalía pidió 30 años de cárcel para Berkhoff, por una serie de delitos terroristas. Esta criminalización, afirman los acusados, es parte de una campaña mayor, que pretende frenar los intentos con la lucha mapuche. Sin embargo, la estrategia de la cartera del Interior -que no ha sido modificada por la nueva administración- está pronta a desmoronarse.
El Juzgado de Cañete y la Corte de Apelaciones de Concepción han ordenado develar la identidad de los cuestionados “testigos sin rostros”, único medio de prueba de la Fiscalía para incriminar a Emilio. Por otra parte, el martes 1 de abril dirigentes del Confech Zonal Sur viajaron a Lebu para ofrecer el debido respaldo al joven y hacer un emplazamiento al nuevo gobierno para que -en palabras de Javier Miranda, presidente de la FEC- “el Ministerio del interior retire la querella contra Emilio y prohíba el uso de testigos sin rostro, una verdadera aberración jurídica”.
En este contexto viajamos a Lebu para conversar con Emilio Berkhoff, de modo de conocer su opinión sobre las denuncias de irregularidades judiciales en su contra y la criminalización que ha implicado este juicio, desde el punto de vista del movimiento mapuche. También quisimos saber cuáles han sido los motivos que lo llevaron a simpatizar y solidarizar con las comunidades en lucha, su experiencia junto a Matías Catrileo y su visión acerca de la prisión política hoy.
Ad portas de un juicio en el que debiste enfrentar la investigación tras las rejas, varias voces de organismos de derechos humanos han señalado que no hay debido proceso en este caso. ¿Cuál es la razón política de esta irregularidad?
Las irregularidades, los testigos protegidos sin rostro, así como la aplicación de la ley antiterrorista contra el movimiento mapuche, son una herramienta jurídica para la persecución política de un movimiento.
Estas herramientas permiten que el Ministerio Público pueda acusar, mantener en prisión preventiva y en muchos casos, condenar sin tener pruebas reales y sustanciales de participación en algún ilícito. En la práctica se persigue y encarcela a quien el poder político a través de la inteligencia policial determina como enemigo para el modelo capitalista en territorio mapuche. El marco de acción que le dan estas herramientas a la fiscalía es enorme, basta que un testigo de quien nada se sabe inculpe a un peñi para que éste quede tras las rejas, como es mi caso. Se ha demostrado en casos anteriores que estos testigos han sido pagados y extorsionados para encarcelar a destacados dirigentes, militantes y simpatizantes de la lucha mapuche.
Las faltas a un debido proceso, son una muestra más de la persecución político-judicial contra el movimiento mapuche en general y de la CAM en particular. Cuando su estado de derecho no les da el ancho para reprimir recurren a estas artimañas y vicios judiciales contra la gente, violando su propia legislación y contradiciendo tratados internacionales de derechos humanos.
Tú declaraste ser simpatizante ideológico de la CAM y eso te ha condenado a más de un año de prisión, además, vives en la histórica zona de resistencia mapuche a orillas del lago Lleu Lleu junto a tu familia. ¿Qué conociste del pueblo mapuche que optaste por abandonar tu carrera universitaria para simpatizar y solidarizar con el pueblo mapuche? ¿Cuáles son las ideas con las cuales simpatizas y que el Gobierno ha considerado delictivas?
Desde siempre -creo- que por mi familia he estado influenciado por un pensamiento anticapitalista, pero fue en la universidad el momento en que más activamente comencé a cuestionar el modelo. En ese contexto, entre mi paso por Concepción y luego Temuco, me tocó compartir e interiorizarme sobre la situación de opresión en la que se encuentra el pueblo mapuche, sus comunidades, presos políticos y organizaciones. Algo que llamó poderosamente mi atención en esos años fue la disciplina militante de los peñi y lamien de las redes de apoyo a las comunidades de la CAM. En las universidades muchas veces se ve bastante indisciplina y relajo por parte de la “juventud revolucionaria”, también en los hogares mapuche, pero estos jóvenes estaban sumergidos en la lucha de su pueblo.
Su seriedad y la justeza de su lucha hicieron que casi naturalmente me encantara y me integrara a lucha mapuche desde la ciudad. En este contexto y marcado profundamente por el ejemplo de Matías Catrileo, decido dejar de estudiar y tratar de ser un aporte más concreto, acompañar los procesos in situ y con mucha responsabilidad y realismo revolucionario, decido junto a mi compañera irnos a vivir a Choke y apoyar la lucha por Tierra y Libertad.
Ahora bien, el movimiento mapuche es bastante heterogéneo, diverso, teniendo una importante gama de posiciones y organizaciones, pero desde siempre vi a la CAM como la organización con un proyecto político claro y con capacidad de perpetuar la vida del pueblo mapuche, pues entiendo que en el marco del sistema capitalista este pueblo está condenado a desaparecer bajo la bota del poder. Por esto es necesario que el proyecto sea anticapitalista y revolucionario.
¿Se ha logrado criminalizar este proyecto? ¿Cómo evalúas la estrategia del saliente gobierno de Piñera en este caso?
La criminalización de las demandas de pueblo mapuche y la CAM viene siendo una constante de todos los gobiernos de turno. Lagos, Bachelet y el último que corresponde a Piñera han tenido una política de represión con altos y bajos, no obstante ha existido una clara estrategia de situar a las comunidades mapuche en lucha y sus organizaciones como terroristas, esta estrategia va desde lo comunicacional hasta lo jurídico-policial.
Los dos últimos años del gobierno de Piñera estuvieron marcados por una ofensiva contra la CAM en donde el Gobierno la inculpó incluso del incendio en Casa de Piedra, donde murieron siete brigadistas forestales, entre otras tantas acusaciones infundadas y muchas otras campañas comunicacionales que buscaban restar apoyo a la lucha, engañando a la sociedad y por otro lado preparando escenarios para la represión despiadada. Ahora bien, tras generar estos escenarios, el gobierno de Piñera ha golpeado y encarcelado, pero yo creo que ha fracasado la estrategia, en tanto que la gente se da cuenta que el pueblo mapuche lucha por sus derechos y en paralelo la mayoría de los caso judiciales se desmoronan dejando en evidencia los montajes elaborados desde el ministerio del interior.
Estas situaciones desnudan al gobierno y dejan ver sus reales intensiones que son favorecer a los grandes capitales en desmedro de las comunidades. Y la gente se da cuenta que el gobierno habla de terrorismo, pero lo cierto es que lo único que hay son acciones de sabotaje contra la propiedad privada de gigantescas corporaciones forestales.
Es impresentable que hablen de terrorismo cuando los únicos muertos han sido casi exclusivamente jóvenes mapuche, baleados por la espalda y desarmados. Su estrategia de criminalización no se sostiene, la gente no es tonta y los hechos hablan por sí solos.
Y ¿qué esperas de Bachelet? ¿Quedan cuentas por saldar? Hace algunos días ha dado algunas señales de acercamiento al pueblo mapuche a través del Intendente Huenchumilla en la Araucanía. ¿Cómo interpretas esta señal?
Todos los gobiernos del duopolio cuando llegan al poder hablan de un cambio en su política hacia el Pueblo Mapuche. Así fue con Bachelet el 2006 y con Piñera el 2010 y los resultados son lamentables, el saldo fue prisión política, represión a las comunidades, weichafe asesinados y uno que otro programa asistencialista que no varían mucho de los ya existentes. Pesos más y nombres nuevos, cambian la forma pero el fondo continúa inalterable. Y esto es lógico, su compromiso está con Matte y Angellini, con las transnacionales que financian sus campañas, ellos defienden el modelo que los alimenta.
De los dichos de Huenchumilla y otros personeros de gobierno, creo que solo es verborrea estéril. Ellos creen que somos idiotas, que olvidaremos como han obrado todos estos años que estuvieron en el poder y que no conocemos su mano para reprimir, su talento para cooptar dirigentes y dividir comunidades.
Tú fuiste amigo de Matías Catrileo, asesinado por la fuerza pública durante el primer gobierno de Bachelet. Tu que lo conociste bien, ¿Cómo debe ser recordado, más allá de su asesinato?
Lo que más rescato del peñi fue el compromiso con su pueblo. Un compromiso serio y responsable que se fue dando de menos a más, sacudiéndose de a poco de los prejuicios que existen contra los sectores más consecuentes en esta lucha. Matías a su corta edad se da cuenta de una máxima que dijo el fallecido Nelson Mandela: “Solo a través de las dificultades, el sacrificio y la militancia, puede alcanzarse la libertad”. Y esto no es menor. El peñi renunció a la universidad y a su vida en la ciudad para militar 100% en la CAM, dejó de fumar, dejó el relajo para entregarse a la lucha, ordenado y militante. Y no es que siempre haya sido así, fue parte de un proceso que lamentablemente quedó inconcluso, estoy seguro que hubiese sido un gran aporte hoy a la lucha de su pueblo, pueblo que tanto amaba. Siempre visitando a los presos políticos mapuche y comunidades en lucha encontró su receta para su formación política. Matías no fue un espectador ni un opinólogo de la lucha, sino un protagonista del Wichan de su pueblo.
Este creo es para mí su legado y debiese ser el ejemplo, compromiso, militancia. Jugársela por un proyecto revolucionario y coherente.
¿Cuáles ha sido la prisión política en lo personal, en lo familiar y respecto a la comunidad?
La prisión política tiene altos costos, en el campo el hombre cumple un papel importante en muchos trabajos, bastante físicos, como buscar leña y sembrar, así también los afectos se ven dañados por la distancia, sobre todo a los hijos que crecen lejos de su padre.
Pero así también en los momentos difíciles aflora lo mejor de las personas y gracias a la solidaridad de peñi y lamieng de la comunidad y otras zonas se hace posible que nos sostengamos como familia. Así también cuento con una compañera comprometida e íntegra que me ha acompañado por este difícil proceso y le ha entregado el amor a nuestros hijos por nosotros dos.
El camino es difícil, pero ¿quién dijo que no lo sería? Así es la lucha contra el capitalismo, debemos asumirlo y una vez asumido, transformamos las carencias y dificultades de la prisión en bandera y trinchera de lucha.
Dentro de todo la cárcel es formativa, uno tiene tiempo para leer y reflexionar, cosa que en el campo, con toda la pega que hay, cuesta más. Así también uno hace ejercicio y trabaja en todo lo que puede. Siempre consciente de por qué estamos tras las rejas, nos vamos templando, y a través de la lectura y visitas nos reafirmamos para hacer de esto una experiencia fortalecedora de nuestras convicciones, así el enemigo no puede alcanzar uno de sus principales objetivos que es quebrar nuestra moral revolucionaria.
Así también es esta una tribuna para denunciar abusos que día a día se cometen contra el pueblo Mapuche. Es una oportunidad para continuar con la lucha que han dado otros presos políticos mapuche por la libertad, la desmilitarización de las comunidades, la devolución del territorio y condiciones carcelarias dignas. Luchas que han incluido huelgas de hambre prolongadas, que han logrado posicionar la lucha mapuche a nivel nacional e internacional, eso es convertir la cárcel en una trinchera de lucha.
En Chile hay un antes y un después del 2011, la gente ha comenzado a poner en cuestión el orden neoliberal. El movimiento estudiantil y sindical han impuesto un cambio de agenda y de mirada en la vida política del país. En ese marco ¿Solidarizan los chilenos con los presos mapuche? ¿Esperan una solidaridad con mayores implicancias de los movimientos sociales de Chile?
Yo creo que la solidaridad se ha expresado en momentos coyunturales álgidos como han sido las huelgas de hambre. Considero que es un deber de los sectores revolucionarios el interiorizarse primero de la situación de los presos políticos mapuche y su lucha y seguido, visitar y conocer de primera fuente, entonces ver cómo se puede solidarizar concretamente con los presos políticos mapuche. Creo que existe una suerte de apatía desde los movimientos sociales para con los presos políticos mapuche.
¿Cuáles son tus expectativas para la resolución del caso?
Espero que los tribunales fallen ajustados al derecho y puedan sacudirse de las presiones políticas que existen, entonces el montaje elaborado por Chadwick y los servicios de inteligencia debiesen caer al igual que el sostén de toda esta maraña judicial que es la declaración de 14 testigos sin rostro, la única prueba en mi contra a la fecha, de esta forma debería alcanzar mi libertad.
¿Qué le dirías a quienes están leyendo esta entrevista y no están interiorizados en profundidad de la lucha del pueblo mapuche, su proyecto de liberación y los detenidos que denuncian ser presos políticos?
Les diría que se acerquen a las cárceles de Concepción, Lebu, Angol o Temuco y conozcan a los presos políticos mapuche y su realidad de primera fuente. Con respeto y solidaridad, entonces se puede ver que hacer en lo concreto. También es un deber mantenerse informados y atentos a las movilizaciones y juicios. Esta lucha sigue, por ende seguirá habiendo presos. En los pocos días del gobierno de Bachelet ya van 4 presos políticos mapuche más, un dato no menor de la nueva administración. Solo una sociedad informada, consiente y movilizada puede empujar para que se logre la libertad de todos los presos políticos mapuche.
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