mercredi 30 avril 2014

Hablando se entiende la gente (La negación del idioma Mapuche y la apropiación indebida del Patrimonio ancestral)

Paradójico resulta que mientras continúa la discriminación, la falta de reconocimiento y valoración al idioma Mapuche, al mismo tiempo, diversos elementos que son parte del patrimonio Mapuche: Nombres, toponimias, símbolos, expresiones artísticas del arte y oficio tradicional, con sentido identitario y colectivo,  son apropiados, usurpados, tomados por intereses privados, No Mapuche, para fines comerciales a través de marcas, patentes, registros y promociones.

wallmapuwen

Imagen: Rodrigo Marilaf, foto Wallmapuwen

Uno de los graves problemas que suceden en la Región de la Araucanía es la falta de reconocimiento, valoración y respeto al idioma del Pueblo Nación Mapuche: El Mapudungun (Mapuzungun, Chezugün). Aquí, el profesional Mapuche Rodrigo Marilaf, dirigente, miembro de la organización política Mapuche “Wallmapuwen”, hace referencia a un hecho ocurrido en el seno del Consejo regional de la Araucanía.

Da para pensar con respecto a ciertos hechos, mientras, los discursos oficialistas de las institucionalidades vociferan estados de derecho, derechos humanos y eficiencia de los poderes públicos,  cuando en la realidad, ni siquiera se avanza en elementos tan básicos y fundamentales como es el reconocimiento y fomento del idioma ancestral.

Los herederos del colonialismo violento, de la desigualdad y explotación  ¿Podrán llegar a entender y aceptar,  alguna vez, razones de justicia y derechos?

A continuación, artículo.

Hablando se entiende la gente.

Rodrigo Marilaf

No hay ningún demócrata consecuente que no esté de acuerdo con esta premisa básica. Si esto es así, ¿porqué la molestia, y “llamados al orden” por parte de la consejera regional Genoveva Sepúlveda al presidente del Concejo Regional, peñi Hilario Huirilef, cuando éste se dirigía a su audiencia en la sesión inaugural de este órgano de elección popular el pasado 16 de Abril?. Tal vez sea porque el peñi Huirilef cometió el atrevimiento de hablar su lengua materna en una reunión oficial de carácter pública y la Sra. Sepúlveda no pudo entenderle. Tal vez el gesto político por parte del Sr. Huirilef sea una señal simbólica de los nuevos tiempos que corren. En cualquier caso no se trata de un acto subversivo o ilegal –como se gusta de acusar la causa mapuche- sino sobre todo de un acto legítimo de dignidad.

¿Se sintió ofendida la “Shiñura” Sepúveda?, Tal vez su incomodidad emane del hecho que ella cree –erróneamente- que esta “lengua primitiva” sólo sirve para la cocina, para el campo y “sus festividades propias”. Una lengua en estado de “apartheid”. De ninguna forma para la vida pública, para los negocios, para la enseñanza o los medios de comunicación.

Seamos claros, hablando su lengua materna –la lengua propia del Wallmapu- el peñi Huirilef no ofende a nadie, ni infringe, en estricto rigor, ninguna norma legal. ¿dónde está escrito que no se puede hablar mapuzugun en las sesiones del consejo regional?, ¿dónde está estipulado que no se pueda hablar nuestra lengua en las sesiones de los muchos concejos municipales en el Wallmapu?.

Por nuestra parte, instamos al peñi Hilario Huirilef a que está acción política de dignidad no quede sólo en el plano simbólico, como seguramente era la intensión, sino que la sostenga en el tiempo como acto de consecuencia y ejemplo hacia muchos otros cargos públicos mapuche hasta que se generen los medios para que el Consejo Regional –como órgano colegiado con presupuesto propio- dispongan no sólo de traducción simultánea por auriculares a los consejeros chilenos, sino también de los necesarios cursos de mapuzugun que les permita superar sus prejuicios e ignorancia.

Imagino que a más de algún lector desinformado le puede resultar jocoso esto de las traducciones simultáneas “tipo ONU”. ¿Por qué habría de hacerse –dirán- si estamos en Chile?. Si algún lector ha pensado esto, quiere decir entonces que su visión de Chile es cerrada y uniforme, propia de países del siglo XIX, no del siglo XXI donde lo normal es precisamente el plurilingüismo en los estados. Si esa es su visión de Chile, quiere decir entonces que en este estado, así como está y así tal cuál es, no cabemos todos. Luego, no hay derecho a queja cuando una parte -no despreciable- del pueblo mapuche comienza a agitar banderas de autonomía y renegar la misma identidad chilena.

La verdad es que no es el peñi Huirilef quien necesita traductor, sino aquellos cuya ignorancia no le permite entender lo que dice aquel. Ciertamente alguien podría alegar que el Sr. Huirilef tiene la fortuna de expresarse muy bien en ambas lenguas, y que debió haberse dirigido a su audiencia en la lengua común que todos podían entender. Pero el Sr. Huirilef tiene también el pleno derecho a expresarse en su lengua materna que es sin duda la que más cómodamente maneja y en la que mejor se siente. Aquella en la que conoció el mundo en el regazo de su ñuke, kuku y chuchu. Esto es parte también de los derechos humanos, de los derechos lingüísticos y de los derechos de los pueblos indígenas reconocidos, todos ellos, internacionalmente. En verdad, no es él quien requiere traductor, sino la sociedad chilena. A decir verdad no somos los mapuche tampoco los que requerimos educación intercultural-bilingüe (después de todo por décadas y generaciones hemos sido obligado por la fuerza “ser interculturales” para desenvolvernos en la sociedad chilena), sino sobre todo la población chilena que no conoce nada o muy poco de nosotros. Lo que en verdad requerimos los mapuche, y con suma urgencia, es un modelo educacional en nuestra lengua propia que nos permita comenzar a revivir aquello que el estado está matando. Requerimos que nuestra lengua alcance un estatus de oficialidad similar al español en nuestro territorio que nos permita disponer de herramientas legales para el diseño de políticas lingüísticas con presupuestos públicos adecuados. Requerimos medios de comunicación que trasmitan su programación íntegramente, o buena parte de ella, en mapuzugun. Requerimos servicios públicos donde se nos pueda atender íntegramente en nuestra lengua. Requerimos universidades regionales comprometidas que estén pensando y proyectando esta nueva realidad. En síntesis, requerimos urgentemente cambiar el chips a la sociedad chilena.

Con este sencillo pero potente gesto político por parte del consejero regional Hilario Huirilef, más la desatinada reacción por parte de sus pares, hoy vemos más claramente cuáles son los límites de la alambrada. En este acto sale a la luz la grave y cotidiana vulneración de derechos a los que somos sometidos el pueblo mapuche. Se vulneran nuestros derechos lingüísticos, consagrados en números instrumentos internacionales ratificados por Chile, como si nada. Que la defensa de nuestra lengua tenga que hacerse, en este caso, en español es la muestra misma del nivel de colonialismo al que estamos sometidos por parte del estado. Lo grave de la situación es que, la actitud racista y discriminadora de esta consejera, y el silencio cómplice de sus pares, va completamente a contrapelo de las medidas y el espíritu que intenta impregnar el nuevo intendente Francisco Huenchumilla. ¡Vaya tarea que le espera al peñi Huenchumilla!. ¡¡Vaya tarea que nos espera a todos!!. La de encontrar soluciones políticas y pacificas a un conflicto instalado por el estado y que de ninguna forma se reduce sólo a la tierra. Hablando se entiende la gente. Ojala no olviden esto los actores políticos llamados a aportar soluciones al conflicto. La censura a la práctica pública de nuestra lengua, en cualquier ámbito, no aporta en nada a esta necesaria tarea.

* Rodrigo Marilaf es antropólogo, es militante del partido autonomista Wallmapuwen y es actualmente encargado del Programa Mapuche de la Ilustre Municipalidad de Galvarino. 

http://mapuexpress.org

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