Cerca de 20 personas entre dirigentes de Identidad lafkenche, voluntari@s , mujeres y niñ@s , fueron quienes viajaron a Tubul a entregar y construir viviendas de emergencias / Una acción solidaria que contribuye a la emergencia.
Gentileza: Iván Carilao
Identidad Lafkenche
La jornada de coordinación se gestó el viernes por la tarde cuando, se terminan de construir los paneles que las viviendas requerían, para ello se organizó su traslado el día sábado, 24 de abril, momento en el cual un vecino del sector, Dn. Marcelo Santi, disponía de su camión para el transporte.
Desde muy temprana hora del día sábado se reunieron los voluntarios en distintos puntos de la comuna Tirúa,( San Ramón y Quidico), donde se organizó el cargamento que seria trasladado, a esta caleta que sufrio graves daños. Esta labor concluyó pasado el mediodía.
Por la tarde, y con la concurrencia de otros vehículos, la comitiva de voluntarios, maestros , hombres y mujeres se encaminaron hacia la zona afectada y donde se focalizaría, la ayuda. El frío de la noche y las familias beneficiarias los esperaba.
Fueron cuatro hora de viaje, las que se tuvieron que realizar para llegar aquel lugar, entre el asfalto roto y caminos de ripio, haciendo su llegada pasada la medianoche, allí lo esperaba Dn. Alberto Yaupe , dirigente Lafkenche, quien junto a su familia, agradecía la visita, hubieron apretones de manos y abrazos como señal de fuerza y entrega de buenas energías-momentos de mucha emotividad-.-
El nuevo dia, no tardo en llegar , el haber dormido una noche en carpa, en los vehículos, o en el piso de la sede, no fue motivo para no estar en pie a las 07 de la mañana pues el propósito era construir, al máximo de viviendas durante el dia que se venia, los maestros carpinteros (Carlitos Cayupe, Maestro, Coté, maestro Liempi), con sus escuadras y niveles, llevaban a los voluntarios y beneficiarios a sacar cotas para preparar el sitio donde la vivienda se construiría. El camión con los paneles se aproximaba.
Pasan una hora y a esos de las 9 de la mañana llega el camión cargado con los materiales, todas las fuerzas para su descarga, cada beneficiario acude al lugar para recibir, su vivienda se ven rostros de angustias, sin embargo el sol radiante de ese dia, opaca todo signo de tristeza - el dia esta para levantarse.-
Todos los materiales son distribuidos, clavos, cerchas, fieltros, zinc, postes y basas; los beneficiarios lo trasladan a sus lugares de construcción, alli se comienzan a sentir golpes de martillos, serruchos y sierras y al correr de unas horas se comienzan a ver los primeros paneles instalados, se escucha en vos baja….”ta quedando linda mi casita”,… los maestros siguen y el cuadro que completa la casa esta en pie, faltan las cerchas dicen, escalera en mano suben sobre la estructura, los martillos suenan una y otra vez, estos mismos golpes, se sienten 100 mts. mas allá, son los otro maestros que hacen lo mismo, levantando otras viviendas, el día avanza.-
Almorzar!!!!, grita una voz, es una de la voluntarias que ha estado cocinando en la olla común que se ha preparado para este día, para servirse , no es necesario mesas dice una voz entre la multitud, cada voluntario toma su plato de comida y acomoda su sitio para comer, todos alegres, el desafío es construir al mas viviendas - no hay cansancio.
Muy rápido, pasa el tiempo por tanto no hay tiempo para reposar, todos vuelven a su labor, de lejos se comienza a divisar el brillo del zinc, que ya se ha instalado en una vivienda, en otra se ven, escalando para levantar nuevas estructuras, Carlitos Cayupe, con un paño blanco parando tijerales dice, la alegría y las risas , es una constante.
Las horas pasan, y el sol comienza a desaparecer, sigue el ruido de serrucho y martillos, nadie quiere dejar de trabajar , sin embargo es domingo, y el dia lunes es un nuevo dia y hay que volver, hay que juntarse para el recuento final; 6 viviendas en pie, 3 por levantar, por cierto un lunar dentro de la necesidad que se vive en Tubul, sin embargo, un techo para aquellas familias que lo recibieron y eso es el aporte que este grupo de personas llevó y dejó allí, pudieron ser mas , sin embargo, es lo que nos dio la fuerza explicaba Adolfo Millabur, cuando entregó sus palabras de despedida, suenan los motores y una luz desaparece entre bajos y montañas, era el primer vehiculo que volvía a Tirúa, atrás lo seguiríamos nosotros, había concluido una jornada de solidaridad con nuestros hermanos TUBULANOS.
Cabe recordar que la ayuda generada se realizó, con aportes de particulares, bancos aserraderos de Venturrelli, Aguillon, Necuñir, Chavez, Lincopan, comunidades de El Malo Ranquilhue, Lorcura, Tranaquepe, Kralhue voluntarios de Quidico, Concejal Roberto Garrido, Dirigentes de Asociacion Pu Lafkenche de Tirúa Sur, Asociación Raginche Leuvu lafquen, de Tirua norte y un grupo de voluntarios hombre y mujeres de Quidico y el Lleu lleu.-
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