La ex Presidenta Bachelet fue investida como doctora honoris causa el Lunes 17 de Mayo, por, según argumentó el rector de la Universidad Universitat Pompeu Fabra, debido a su trayectoria personal y política como defensora de los derechos humanos, la democracia y la justicia, según difundió.
Pues bien, la “fiesta”, el acto, la investidura, el reconocimiento académico de una Universidad que le había otorgado dicha distinción a solo unos cuantos como: Al humanista Alois M. Haas, al director de cine Woody Allen, al economista y premio Nobel Robert M. Solow, al intelectual e historiado Miquel Batllori, y al arzobispo Desmond Tutu, fue “corregido”, fue “ajusticiado”.
Era imposible no relacionar las veces que se aplicó la Ley antiterrorista; La Militarización de territorios; Los prisioneros. Se vino inmediatamente a la mente jóvenes como Matías Catrileo y Jaime Mendoza Collío, asesinados cobardemente por la espalda por agentes policiales estatales en el marco de legítimas reclamaciones; O los intentos de Viera Gallo de cercenar el Convenio 169 de la OIT, actuando de mala fe; O las mentiras en la ONU de funcionarios públicos de decir que en Chile no hay tierras ancestrales por reparar, entre tantas y tantas otras situaciones aberrantes e injustas.
Más allá que si la Señora Bachelet es una persona de grandes valores y de simpatía como se ha venido diciendo, lo cierto es que durante su mandato, como jefa de estado, se cometieron una serie de abusos y atropellos a diversas personas en este País llamado Chile y sin lugar a dudas tiene responsabilidad política, y una distinción así es decir que en el “Estado chileno” todo funciona bien y eso, no es así, menos en un País cuyas instituciones están enfermizas y sigue con acciones siniestras.
Los caminos de la vida así son. Se protestó en Barcelona y más que por Bachelet, por un estado racista, violador sistemático de Derechos Humanos, donde ella omitió, ocultó y fue cómplice.
Bachelet debe explicar al mundo social y de Derechos Humanos qué fue lo que realmente ocurrió durante su mandato y las constantes violaciones a los Derechos Humanos.
En diversas agencias de prensa salió la protesta y se acabó la fiesta. Fue un tema inevitable que debió tratar a su arribo a España a lo que respondió escuetamente, ambiguamente, señalando que las heridas del pasado aún no estaban sanas.
La Universidad agachó la cabeza, con vergüenza y trató de hacer el mínimo de parafernalia mediática, ante las amenazas de “protestas”... Se replicó lo que una vez la familia Catrileo Quezada en el palacio de la Moneda dijo... "Bachelet: Te vas con las manos manchadas de sangre"...
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