A cambio de preservar intacto el Parque Nacional Yasuní, el país se embolsará US$ 3.600 millones.
En un acuerdo sin precedentes y que podría repercutir en futuros programas de protección ambiental, Ecuador suscribió esta semana un pacto con la ONU, mediante el cual se comprometió a no explotar el 20% de sus reservas de petróleo a cambio de US$ 3.600 millones. Mediante la figura de un fideicomiso, el gobierno de Rafael Correa no extraerá 846 millones de barriles de crudo dentro del Parque Nacional Yasuní -declarado por la Unesco en 1989 como reserva mundial de la biósfera, donde incluso viven indígenas que no tienen contacto con la civilización-, y podrá recibir donaciones monetarias de terceros países. Hasta ahora, los proyectos de conservación medioambiental giraban en torno al reemplazo de tecnologías contaminantes por iniciativas "verdes", pero esta es la primera vez que se paga por mantener el petróleo bajo tierra.
Si bien la ONU administrará el fideicomiso, será Ecuador quien determinará cómo invertir el dinero que recaude. Según Quito, con la inmensa cantidad de crudo que quedará en el subsuelo del bloque Ihspingo-Tambococha-Tiputini (conocido como la "joya petrolera" de la selva ecuatoriana), se evitará la emisión de 407 millones de toneladas métricas de dióxido de carbono al ambiente. Esto equivale a las emisiones de países como Brasil o Francia en un año. "En una economía adicta al petróleo, proponer no extraer el 20% de las reservas de crudo asomaba como una locura a tiempo completo. Lo sorprendente es que esta idea loca fue cobrando adeptos y fuerza", contó a La Tercera Alberto Acosta, ex ministro de Energía y Minas, y estrecho asesor de Correa en 2007, año en que comenzó a gestarse la iniciativa.
Acosta, quien presidió la Asamblea Constituyente y luego se peleó con el Presidente ecuatoriano, también reveló que "cuando el proyecto comenzaba a proyectar claras señales de éxito, el propio Correa le propinó un duro golpe. Siendo el único gobernante en el mundo que tenía una propuesta vanguardista para enfrentar el calentamiento global, se marginó de la Conferencia sobre el Cambio Climático en Copenhague en diciembre de 2009". Así y todo, la idea salió adelante. Según el diario británico The Guardian, "la idea de pagarles a los países pobres para que no extraigan su petróleo es una de las más radicales hasta ahora".
Indígenas huaorani
La zona donde no se extraerá el crudo es un área prácticamente virgen de 982 mil hectáreas situada en la cuenca amazónica de Ecuador. La reserva nacional, creada en 1979 es atravesada por numerosos ríos tributarios del Napo, que desembocan en el Amazonas. En este paraje, uno de los lugares con mayor biodiversidad del planeta, habitan los indios huaorani, quienes llevan años luchando por preservar sus costumbres y tradiciones. También hay dos comunidades que no tienen contacto con el exterior.
"Desde hace más de 50 años diferentes compañías petroleras han llegado a Ecuador en búsqueda de nuevas reservas. Si bien algunas empresas han intentado mejorar las condiciones de vida de los nativos, para muchos de ellos se trata de una invasión, por lo que para estas petroleras no ha sido fácil entrar en la selva", afirmó a La Tercera un experto en investigaciones petrolíferas que ha trabajado en la zona.
"En términos económicos, Ecuador compensará estos menores ingresos de impuestos o royalties con los aportes internacionales. Los perjudicados, por decirlo de alguna manera, serán las compañías petroleras que verán disminuidas las áreas con probabilidad de ser exploradas y eventualmente explotadas", agregó esta fuente. Hasta ahora, Quito cuenta con el apoyo monetario formal de Alemania, Bélgica, Italia, España y la Unión Europea. Sólo Berlín entregará US$ 65 millones por año.
"El pueblo ecuatoriano está renunciando a un dinero importantísimo para el desarrollo, a cambio de proteger el planeta", señaló el Vicepresidente del país, Lenin Moreno.
Fuente: por Alejandro Tapia C. DIARIO LA TERCERA 05 de agosto de 2010
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