samedi 9 février 2013

Fiscal Ljubetic pide mayores recursos para infiltrar y "producir pruebas" a través de El Mercurio


El saliente Fiscal Regional de La Araucanía pidió, a través de las páginas del diario de Agustín, mayores recursos para infiltrar grupos mapuche y realizar una mayor labor de inteligencia policial. Al mismo tiempo señaló que los tribunales los han obligado a "producir mejores pruebas" y reafirmó que en su opinión en La Araucanía existe una "guerrilla rural".
Fiscal Ljubetic pide mayores recursos para infiltrar y "producir pruebas" a través de El Mercurio
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El Fiscal Regional se soltó ante el periodista de El Mercurio dejando frases para el bronce que copiamos a continuación. No se confunda: cuando Ljubetic habla de "variar las formas de presentación de pruebas" se refiere a producirlas, es decir, encontrar pruebas donde no las hay como ha hecho sistemáticamente el Ministerio Público. Cuando dice "labores preventivas" se refiere a la infiltración y el pago a comuneros para provocar delaciones y divisiones en los lof que están siendo judicializados y cuando dice "revitalizar las maneras de investigar" se está refiriendo a producir nuevos montajes. A continuación dejamos las mejores frases del Fiscal, y la entrevista completa concedida a El Mercurio hace algunas semanas.

"Con este escenario que enfrentábamos en los tribunales, nos vimos obligados a variar la forma de presentación de pruebas. Si el tribunal nos exige más pruebas, nosotros tenemos la obligación de producir esa prueba y llevarla al tribunal (…) frente a ese escenario de exigencia, respondimos tratando de obtener más pruebas y de mayor calidad. Por eso, revitalizamos las maneras de investigar, recurrimos a nuevas estrategias, con nuevos elementos junto a la policía, porque ha sido un aprendizaje conjunto. ".

Debemos anticipar los escenarios, de ahí la importancia de tener información desde adentro; eso es a lo que hay que apostar desde el punto de vista técnico e investigativo y lo que a nosotros nos va a generar réditos (…) Debemos apostar a la investigación dura que se realiza policialmente con inteligencia previa, incorporando elementos que nos permitan obtener datos desde adentro y con eso trabajar".

"Lo que debemos hacer es reaccionar en base a los hechos porque desde el punto de vista de nuestro trabajo no podemos cumplir labores de prevención. No obstante, sí podemos aportar con los antecedentes de que disponemos a esta labor preventiva, que le corresponde esencialmente a las policías. Sí hay una parte que puede estar al debe en este contexto, que explico es esta posibilidad de anticipación para evitar derechamente que ocurran. Ahí creo que tenemos una deuda que tenemos que empezar a trabajarla con las policías".
Anexamos la entrevista completa publicada el 26 de enero en El Mercurio

Fiscal regional de La Araucanía analiza la persecución penal en la zona
LJUBETIC: "HAY JUECES QUE EXIGEN MÁS PRUEBAS PARA CONDENAR A MAPUCHES
Explica que, en promedio, el 97% de los juicios generales tiene una sentencia condenatoria. En los vinculados al llamado conflicto mapuche, añade, esa proporción baja al 50%, lo que los ha obligado a modificar sus métodos de trabajo. Es un escenario que, dice, a veces frustra a los persecutores.
BORIS PINTO
-¿Sigue considerando que en La Araucanía hay una guerrilla rural? -Es una expresión que utilicé el año pasado. Qué es lo de fondo: grupos organizados, con planificación, armados, en que existen liderazgos claros y funciones atribuidas. Bajo esa perspectiva, no se trata de escaramuzas, de situaciones descontroladas, revanchistas, coyunturales. Está absolutamente descartado. Bajo este paraguas, uno dice qué es esto, y en su oportunidad yo di esa denominación, convencido de que, efectivamente, cuando los grupos actúan bajos estos cánones, lo que están pretendiendo es precisamente sembrar el terror a punta de ataques.

-El ministro del Interior dijo que en La Araucanía existe, sin eufemismos, una situación extremista.

-Así es. Lo que ha dicho el ministro de alguna manera ha confirmado la realidad que tenemos de violencia en La Araucanía. Entiendo que él tiene los antecedentes como para decirlo, y por lo tanto es una afirmación más de lo que estamos viviendo como región.

-Los hechos de violencia han aumentado en el último tiempo, lo que quedó demostrado con el ataque a los Luchsinger MacKay. ¿Cuál es su responsabilidad en el descontrol y el aumento de la violencia en la zona?

-Estos casos tienen un efecto multiplicador en la comunidad mucho más amplio. Una muerte violenta por homicidio genera un remezón social. Los hechos asociados con el conflicto que tienen mayor severidad y que son más violentos, también. Lo que debemos hacer es reaccionar en base a los hechos porque desde el punto de vista de nuestro trabajo no podemos cumplir labores de prevención. No obstante, sí podemos aportar con los antecedentes de que disponemos a esta labor preventiva, que le corresponde esencialmente a las policías. Sí hay una parte que puede estar al debe en este contexto, que explico es esta posibilidad de anticipación para evitar derechamente que ocurran. Ahí creo que tenemos una deuda que tenemos que empezar a trabajarla con las policías.

-¿Comparte la apreciación de que los jueces son garantistas?

-Esto de que los jueces sean o no garantistas, no lo creo. Hay determinados jueces que tienen alguna convicción de que los hechos en que se juzga a personas de la etnia mapuche requieren, para los afectos de su convencimiento, de una prueba de mayor calidad. En ese sentido, es un desafío para nosotros presentar un caso a juicio, porque si vamos a juzgar a una persona que no está comprometida del denominado conflicto, la exigencia probatoria del tribunal no es igual, la cantidad de prueba y la calidad de la prueba es diferente. No puedo decir que el juez sea más o menos garantista, o más o menos acusador. Lo que digo es que, cuando se recibe la prueba, el juez necesita algo más que los casos comunes para convencerse, a fin de condenar a una persona. La regla general es que en el 97% de los casos que van a juicio en distintos procedimientos, la sentencia sea condenatoria. (Aquí) estamos hablando que el porcentaje es casi paritario, 50-50. Sólo esa circunstancia habla de que algo sucede. El fiscal juega a ganar, juega a que se condene al imputado porque está convencido de que existe participación en el hecho delictivo y tiene la prueba. Por eso la frustración de nuestros funcionarios en muchos casos, porque saben que, con los elementos que se reunieron, quizás en un caso común y corriente se habría obtenido la sentencia condenatoria.

-Usted menciona la exigencia de los jueces sobre las pruebas en casos vinculados al conflicto mapuche, además del trabajo de inteligencia policial. Desde la perspectiva de la fiscalía, ¿cuál es la autocrítica?

-Con este escenario que enfrentábamos en los tribunales, nos vimos obligados a variar la forma de presentación de pruebas. Si el tribunal nos exige más pruebas, nosotros tenemos la obligación de producir esa prueba y llevarla al tribunal. Si nos quedábamos con la idea de que si llegábamos con la prueba que comúnmente llevábamos para un caso, el nivel de absoluciones sería mucho mayor al que hoy hay. Revertimos esa mirada y, frente a ese escenario de exigencia, respondimos tratando de obtener más pruebas y de mayor calidad. Pero la verdad es que en este tipo de casos no es fácil. Por eso, revitalizamos las maneras de investigar, recurrimos a nuevas estrategias, con nuevos elementos junto a la policía, porque ha sido un aprendizaje conjunto. Si no hubiésemos sido capaces de modificar cómo enfrenar este tipo de casos y los juicios, las absoluciones no serían del porcentaje que hay, sino que mucho mayor.

-Fijándose en los resultados de su gestión, ¿cómo podría evaluarla?

-La evaluación la tienen que hacer otros. Estas investigaciones no tienen sesgos de a quiénes están dirigidas y por qué las tenemos que hacer. Acá buscamos dar respuesta a la sociedad y a los afectados. Una evaluación personal, fría, de cifras, la verdad es que uno podría decir que, en estos casos, es difícil. El nivel de resultado es similar al que tenemos en delitos sexuales, donde hay un altísimo nivel de absoluciones. Pero cuál es la ventaja que tenemos en uno u otro sentido: que cada vez hemos ido mejorando, y por lo tanto, si no se hubiese reaccionado en este ámbito de conflictividad, uno podría decir que nos quedamos dormidos y fuimos avasallados por el conflicto, y creo que ha sido al revés. Hemos ido dando respuestas, mejorado la gestión, tenemos más personas condenadas, no al nivel que se estila en otros delitos, pero claramente acá ha habido una respuesta significativa.

-Entre la labor suya de presentar pruebas, la exigencia de los jueces y la inteligencia preventiva policial, ¿cuál pesaría más en el nivel de violencia que existe en la zona?

-No es fácil la pregunta. En el delito, en general, hay una lógica de que quien comete delito y no es descubierto, la posibilidad de que siga cometiendo delitos es muy alta. Entonces, el delincuente sexual puede seguir cometiendo abusos, el ladrón y el traficante lo mismo. En este caso, no obstante, tenemos antecedentes, pero no son lo suficientemente duros como para llevar estos casos a juicio. Eso, en mi concepto, también genera de alguna manera una forma de potenciar futuros hechos. Porque el que es llevado a juicio y es absuelto, el que sabe que cometió delito y no llegamos a él para identificarlo, tiene una suerte de ropaje de impunidad y eso lo hace ser desafiante a la sociedad y cometer nuevos delitos. Eso es uno de los factores delicados. De ahí la importancia de anticipar los escenarios, de ahí la importancia de tener información desde adentro; eso es a lo que hay que apostar desde el punto de vista técnico e investigativo y lo que a nosotros nos va a generar réditos. Es muy difícil encontrar casos flagrantes (...) En el caso del señor (Celestino) Córdova, lo que generó la flagrancia y su detención es el hecho de que quedó herido y no pudo huir con el resto de su grupo. Entonces, fue gracias una situación circunstancial porque, hasta ese momento, si todo iba como comúnmente se realizaba, lo más probable es que el grupo hubiera huido y estaríamos hablando de dos personas fallecidas y a lo mejor con pocos antecedentes de los partícipes. No podemos apostar a la flagrancia. Debemos apostar a la investigación dura que se realiza policialmente con inteligencia previa, incorporando elementos que nos permitan obtener datos desde adentro y con eso trabajar.

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