Agencias. La huelga de hambre que mantienen 32 presos mapuches desde hace 51 días en Chile comenzó a complicar hoy al gobierno de Sebastián Piñera, cuestionando el actuar en derechos humanos de la ex mandataria Michelle Bachelet.
El gobierno de derecha, sector que mayoritariamente pidió en el pasado "mano dura" contra los activistas mapuches, acusa ahora a la centroizquierda de provocar la crisis bajo el mandato de Bachelet.
"La ley antiterrorista fue invocada por el gobierno anterior", reclamó la vocera de la actual administración, la ministra Ena von Baer, luego de críticas de Amnistía Internacional.
EL GOBIERNO DE BACHELET Y LA VIOLACION DE DERECHOS HUMANOS DEL PUEBLO MAPUCHE
Hoy, con la posibilidad de que varios indígenas mueran en las cárceles chilenas, las opciones de una solución al problema son lejanas, aunque surgen voces que piden una mediación.
El senador Juan Pablo Letelier, jefe de la bancada socialista, solicitó incluso dejar de aplicar la criticada norma antiterrorista, como también piden sectores eclesiales. "La realidad de los mapuches (...) es dramática.
No se puede ni se debe criminalizar a los mapuches, no se debe ni se puede pensar que lo correcto es aplicar la Ley Antiterrorista", dijo Letelier.
Sin embargo, ni en la centroizquierda, ni aun en la derecha las voces son unánimes, como demuestra la actuación del gobierno de Bachelet.
Pero la Ley Antiterrorista es sólo una consecuencia del conflicto, cuyo eje son las demandas por territorio y autonomía, improbables de resolver en un corto o mediano plazo.
De hecho, la crisis entre los mapuches y el Estado chileno no ha podido ser eludida .
Los mapuches, procesados por una ley antiterrorista que prohíbe excarcelaciones durante la investigación y permite condenas dobles, exigen un juicio justo y denuncian montajes de policías y fiscales. "Nuestro cuerpo es lo último que nos queda para protestar", dijo el líder de los huelguistas, Héctor Llaitul, desde la cárcel de El Manzano en Los Angeles, al sur del país.
Llaitul, quien ya estuvo preso un año y medio en otro juicio antes de ser absuelto, además pidió una salida política al conflicto cuyo telón de fondo son demandas por autonomía y territorio.
El nudo del problema es que los mapuches consideran, en base a antiguos títulos derechos que unas tres millones de hectáreas les pertenecen en el sur del país, zona agrícola, forestal y turística.
La mayoría de esos predios son propiedad de firmas administradas por los principales grupos económicos del país, que controlan más de la mitad del producto interno bruto chileno.
LA RESPONSABILIDAD DE BACHELET EN LA CRISIS
La posibilidad de un acuerdo, jamás logrado en la historia independiente del país, enfrenta la dificultad de que la etnia mapuche está fragmentada en 2.200 comunidades, sin un líder común.
En ese escenario, Piñera, la oposición y quizá la propia Bachelet deberán encarar la decisión de buscar o no una salida política a una crisis que mantiene a Chile cuestionado en derechos humanos.
Publicado en
Agencia de Prensa Alemana
Der Spiegel
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